No quiero poner en evidencia a los pocos o muchos que rulan por nuestras estaciones y montes sin respetar al prójimo.
A los que por propia naturaleza les molesta compartir sus sesiones con los demás por el mero hecho de ripia con tipos diferentes de tablas. Tampoco a los que se creen superiores o mejores por ir mejor vestidos o por llevar un “look” menos desenfadado.
Tan solo quiero hacer un llamamiento a todos los practicantes de los deportes blancos para que mejoren su comportamiento y respeto por todo lo que nos envuelve en este fascinante mundo en el que vivimos, la integridad de las personas con la naturaleza, el respeto por el medio ambiente, algo que esta tan de moda.
Tenemos que sensibilizarnos con la protección y conservación del medio ambiente, tanto los que practicamos deportes en los centros invernales creados por el ser humano, como los que lo hacemos en zonas vírgenes o con poca influencia humana.
En la parte que nos toca, debemos lograr que el turismo siga siendo un importante motor de la economía sin provocar el deterioro de los recursos sobre los que se asienta y a su vez, que la actividad turística permita mantener la diversidad biológica y cultural, reduciendo el consumo excesivo y el despilfarro de los recursos naturales.
Debemos aportar nuestro granito de arena en la responsabilidad individual y colectiva en promover pautas de consumo personal y social sostenibles, en las que prime el ahorro de recursos naturales. No quiero decir otra cosa que tenemos que colaborar independientemente de donde vengamos, en mantener nuestro planeta tal y como era hace unas décadas.
Por elevadas o pequeñas que sean las colinas o montañas de nuestros países, todos somos de las montañas. Todos dependemos de ellas, estamos ligados a ellas y sus efectos repercuten sobre nosotros. El tiempo, el viento, el hielo, la nieve, el agua, entre otros, no evitarán que estas sean frágiles y vulnerables.
Esta parte más oscura de nuestro mundillo blanco, una triste realidad, pero tan real como la vida misma, que nos sirva para abrir los ojos e intentar mejorar en todo aquello que nos concierne.
Bien, el sol sale para todos pero intentemos colaborar para que nuestro entorno, nuestra pequeña parte del universo, la Tierra, no se contamine de lo malo que la sociedad aporta. Intentemos mantener ese purismo que nos caracteriza, seamos auténticos haciendo del mundo lo que ha nosotros nos gustaría que hiciese con nosotros.
Ante todo respeto por todo.

Jordi Casas

Radical Snowboard

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