Sábado 11/6/2011 10:30 de la mañana, salgo de casa en Bici, con el petate listo, y me dirijo a Probike.
Llego a Probike con tiempo suficiente para saltarme un turno, cargan las bicis y salimos dirección a La Molina como si fuera una excursión del colegio. He olvidado los auriculares y no puedo evitar oír las conversaciones de un par de pesados que no dejan de hablar de memeces en bucle, y otra vez, y otra vez, y otra vez, no callan hasta que llegamos.
Llegada al albergue Vergé de les Neus, el recepcionista nos dice que tenemos que esperar para hacer el «check in» si en este caso se llama asi. Se nos quita de encima quirúrgicamente, supongo que lidiar con grupos de adolescentes curte bastante, y te deja una mirada cínica perpetua.
Puesto que no puedo dejar la bici, voy a comer con ella, restaurante El Bierzo, abierto todo el año, menú 12€. Un sábado de junio nunca han tenido tantos clientes juntos. Paciencia. A mi lado un grupo de ex Titán Desert de lo más heterogéneo, parecían los Ocean’s Four, pero en lugar de preparar atracos hacen aventuras en Mountain Bike.
Todos dejamos las bicis a la vista, cada cual vigilando a través de un ángulo. Cuando uno de los personajes suelta un chiste que me hizo reír a gusto. Le suelta un compañero,
¿A ti te gustan los viajes?
Si, contesta
¿Y te gusta el sexo?
Si, contesta
Pues ¿sabes donde puedes irte?
No, contesta
Podrías irte a tomar por c..o
Llegan unos amigos de Sant Feliu y Moià, y subo a verlos a su hotel, el SuperMolina. Subo un poco más y ajusto la suspensión de mi flamante Niner Air 9, he montado una Rockshox Reba rtl.
Vuelvo al Albergue, dejo la bici en la sala paddock. Empieza el breafing, 400 personas escuchando, Pere Cahuer hablando, nos cuenta los detalles de la que se nos viene encima. En teoría nos comemos el 80% del desnivel los primeros veinte kilómetros. Luego lo que queda es fácil. Eso si, nos advierte de que habrá barro, y que el final por el margen del rió puede incluir líquidos y solidos diversos debido a los desperfectos en los sistemas de alcantarillado causados por las últimas lluvias.
Por desgracia, el soporte que me han vendido en Probike no sirve para manejar el fucking roadbook, tengo que cortar todas las páginas, esto es un porta mapas. Tenía que haberme traído el porta roadbooks de Pedals de Foc, que según he visto, con una pequeña modificación va perfecto, lo que yo llevo es inútil y absurdo, cada vez que saque una página con los guantes largos.
En lugar de un frontal normal, llevo una luz de 500 lúmenes con batería, pero imbécil de mi, no sirve para mirar el roadbook, así que tengo que atarlo en el casco de cualquier manera y colgar la batería del mismo. Llega la hora de cenar.
Siempre que se me viene encima una de estas, tengo tendencia a cenar en exceso, y sea por la cena, por el agua del grifo, o por los nervios, tuve la sensación de tardar 5 horas en digerir. Subí a la habitación del albergue, que compartía con 3 corredores más, 2 de ellos educados y correctos, el otro tosco y ruidoso, no paró de emitir soniditos con el móvil y de dar portazos en toda la noche.
A las 2:50 suena la primera alarma, creo que no he llegado a dormirme. Me duele la cabeza. Intento descansar en la cama hasta las 3:40.
Me visto de luces y bajo a desayunar. Otra vez se me mezclan los nervios con la fuerza, desayuno demasiado por miedo a quedarme sin gasolina, cuando en realidad. Lo que me sienta mejor es desayunar solo fruta.
Nos concentramos todos los corredores en el campo de futbol, el maestro de ceremonias, Pere Cahuer nos da la salida y subimos por carretera neutralizados hasta el que entramos en las pistas de esquí.
Tengo el desayuno atravesado, empiezan las subidas serias, subimos todo el rato por las pistas de la Molina hasta que coronamos el coll de la Molina, donde vemos un amanecer precioso. Las siluetas de los bikers que van delante recortadas contra un horizonte rojo y azul. Increíble. Vamos hacia Coll de Pal por carretera. En el cielo hay una gran capa de nubes 200 metros por debajo de nosotros, parece un gran colchón de algodón de azúcar.
Empezamos a bajar por una pista y me pierdo por primera vez. Maldigo el roadbook por primera vez. Media vuelta y hacia abajo. Bajada empinada que no disfruto por los nervios y el frío. Me encuentro a Tony Pérez, con quien hemos coincidido en varias carreras de larga distancia. Llegamos al primer control, me quito la batería del casco, pero no consigo quitar la luz. Tony se escapa.
Llegamos a la Pobla de Lillet, y nos dirigimos hacia el refugio de Ardericó, subidas, barro y más barro. A partir de este punto hace falta aceite para la cadena en cada control. Cruzamos dos cauces grandes de agua y otro enorme (unos 6 metros de ancho), lógicamente a pie con el agua hasta las rodillas y una fuerte corriente que nos desplaza.
Las cadenas sufren de lo lindo. Nos encontramos con un Master 50 de la zona que compite con Ambisist, nos acompaña un tramo. Al relajarnos, nos atrapa un pelotón de 15 bicis o mas, llegamos al control 3, aceite. Jaume Borotau ha abandonado. De buen talante, Jaume ayuda a engrasar las bicis de los corredores que van pasando.
Seguimos, al Master 50 se le parte la cadena. Nos saltamos un cruce y nos perdemos 4 km, volvemos atrás, volvemos adelante, nervios. Apretamos para volver al Control 3, retomamos el camino, pero quemándonos. 30 minutos perdidos, y unos 8 kilómetros extra, Que desastre! Nos acercamos a Artes y empieza el Calor, nos perdemos otra vez, más nervios y más prisas.
Teóricamente hemos superado lo más duro, mentira! De Artes a Monistrol, vamos por unas rampas imposibles de camino nuevo, poco consolidado, me destrozan. Voy tan agobiado que me he olvidado de comer y de beber. Empieza el pajarón, me duele la espalda, me duelen las piernas, la cabeza, todo me pesa.
Empezamos a bajar de Monistrol a St Llorenç, pero en lugar de bajar limpiamente, bajamos un trocito, y volvemos a subir por dentro del parque natural, un tramo embarrado que termina de fundirme, calambres en la pierna derecha. Pienso en abandonar durante unos minutos. Empiezo a comer despacio, y a controlar la respiración, bebo sorbitos de agua, y voy venciendo la pájara. Por el camino encuentro varios cadáveres que están peor que yo. Me piden gel que no tengo. Solo barritas llevo.
Llego a Sant Llorenç, y allí esta Alex con la moto de Enduro, dándome caña: Venga, que ya ha pasado todo el mundo, que bajabas de paseo! Joder, tener amigos para esto, esto no es ánimo ni es nada. En el control me recupero un poco aunque pierdo al grupo con el que iba.
Subo por terreno familiar en dirección a Castellar, hacia Can Cadafalch. Bajamos la pista del Puig de la Creu a Fondo. Dudas y más nervios dentro de Castellar, un coche nos insulta, encontramos el Control 7. Muchas ganas de terminar.
Sprint por el río, viento en contra, nadie da un relevo. Cruzamos el Ripoll varias veces hasta llegar al Control 8. Fin del control de tiempo. Son las 16:19. Casi nos echan del control, para que nos dirijamos hacia la Mar Bella, donde teóricamente habrá comida en condiciones. Más río, más viento, ya huelo el mar, con un toque de… azafrán. Llego a la Mar Bella después de 204 kms en las piernas.
Como me apetece comer algo sólido!, aunque hambre no tengo. Nada, frutos secos y un trozo de plátano.
Me ducho, y después de la ducha, mendigo un platito e ensalada de pasta y una butifarra. Aun oigo un comentario de alguien de la organización que dice que somos unos desconsiderados y unos glotones que no vamos a dejar nada para los que lleguen tarde, en fin… no me quedan fuerzas para argumentarle al amigo que no he comido nada que no sean barritas en 11 horas.
En fin, me ha gustado, pero si pensáis hacerla, no os creáis nada, no confiéis, no es de bajada, es dura, muy dura, planificad bien los detalles.
Xavi Guardia