Crónica de Francisco Javier
En las primeras horas del domingo al lado del acueducto en Segovia, aunque contento por finalizar la prueba estaba cansado, muy cansado. Este cansancio venía de poco más de 18 horas vividas intensamente con tres amigos increíbles. Todo empezó el sábado sobre las 7:30 h. cuando Emilio me recogió y nos dirigimos a Fuencarral. Allí ya estaban los incombustibles garabitas Lucas, Oli y Paco Gilo. Llegaron Julian y Nacho, entregamos las mochilas, sellamos las credenciales, fotos, saludos con todos los conocidos, charla técnica (ver imagen) y el equipo del Gran Grupo Garabitas nos dirigimos a la salida.
Los primeros kilómetros se hacen fáciles. Nuestra estrategia era correr media hora y andar diez minutillos, respetando las cuestas “puntuables” que también las haríamos andando.Hasta Colmenar la cosa fue relativamente fácil. A partir de ahí el calor empezó a atizar de lo lindo y el terreno se volvió más complicado. Emilio se nos escapaba y Nacho empezaba a quedarse un poco. En el siguiente avituallamiento apareció mi hermano José y nos acompañó hasta pasado Manzanares. Después de Mataelpino donde nos tomamos una cervecita regeneradora (bueno dos), nos encaminamos hacia la barranca. En ese pedazo de cuesta pestosa el año pasado el avituallamiento estaba al principio y mi mente dibujaba ya, tocado por el calor, el frescor de la coca-cola que me iba a beber. Pero mira por donde que llegamos y….¡no hay nada!. ¿Dónde está el avituallamiento? Seguimos subiendo y me fuiapagando. Los casi dos kilómetros de cuesta me mataron. Me quede sin agua y no veía el fin de la subida. Pero como todo llegó, apareció la coca-cola, el agua, el isotónico, algo de fruta, pero mis fuerzas se quedaron por el camino.
A partir de ahí hay una bajada por la carretera que debería ser fácil. Pero no, no fue fácil. Mis piernas empezaron a tomar vida propia. Todos los músculos empezaron su particular rebelión y tuve que dejar de correr. Me quedé atrás hasta que Nacho paró a esperarme. Entramos en un camino hacia Cercedilla y nos topamos con otra cuesta en la que tuve mi crisis de “abductores acalambrados” el año pasado.
Lo que es la mente, porque esto lo hizo mi cabeza. Según vi la cuesta le conté a Nacho lo sucedido el año pasado y se repitió. En mitad de la cuesta y pocos segundos después de decirlo volvió a ocurrir. El cambio fue que este año en vez de ser la crisis de “los abductores acalambrados” pasó a ser la crisis de “los abductores mosqueados”. Al mismo tiempo que paré intentado evitar los calambres, un buen número de moscas empezaron a invadir mi espacio. En un momento estaba inmóvil y lleno de moscas. ¡Joder! ¿Dónde estaba el fotógrafo para inmortalizar el momento?. Conseguí salir no sé como de allí y poco a poco en compañía de Nacho parece que la crisis y las moscas quedaron atrás.
Llegamos a Cercedilla y allí estaba la flor y nata de los Garabitas. Duchita, tremendo bote de cerveza helada, jamón, paella y buen trato (¡se puede pedir más!). Me recuperé bastante y después de casi una hora de parada emprendimos la marcha.
La subida a la Fuenfría fue larga y dura. Pero llegó la cima y en la bajada que tiene un primer tramo pedregoso que se hace eterno apareció el niño pestoso. ¡Papá cuanto queda! ¡Papá me aburro! ¡No llegamos nunca Papa! Iban Julian y Emilio delante. Por detrás Nacho y yo. Dos y dos, como si fuéramos en un coche. Hubiera estado bien que Emilio o Julian llevaran una pantallita en la chepa para que los niños vieran una película y así no protestaran.
Con esa coña llegamos al último avituallamiento. Café, magdalenas y a comernos los últimos 11 kilómetros.
Nacho empezó a darle a la zapatilla fuerte llevándose a rueda a Julian y Emilio. Yo me quedaba, no podía seguir su ritmo. El niño pestoso se quedó solo y volvió a gritar ¡Papa cuanto queda!.
En todo este tramo tenía que trotar de vez en cuando para alcanzarles. Y así hasta Segovia. Llegó por fin. 16 horas y 45 minutos después atravesamos la meta. Cuartos por equipos (chachisss) y puesto 136 individual (que no está mal),pero como he dicho al principio lleguémuy cansado.
Felicitar a toda la organización de la prueba, en especial a Anna, por el trabajo realizado para que unos pocos locos podamos disfrutar de una prueba perfecta y muy recomendable, a todos los voluntarios por recibirnos y atendernos en cada avituallamiento con una sonrisa, destacando los chicos garabiteros de Cercedilla, Paco J, Lucas, Paco Gilo, Olias y María que se dieron una paliza tremenda durante todo el día para que todos los participantes pudieran disfrutar de una suculenta paella a su paso por Cercedilla.
Francisco Javier Sánchez Mulas
CRÓNICA DE DANIEL
Cientos de saludos, fotos por aquí, fotos por allá, fotos con los grandes Emilio Comunero, Kike Dragon, Sergio Mayayo, Luis Garabitas, etc. Una charlita de la organización y todos en marcha rumbo a Segovia. Las máquinas salen a toda pastilla, increíble la primera imagen delpuente que nos cruza la carretera de Colmenar, ¡es un espectáculo! Nos miramos Carlos y yo y la frase que se repetirá unas cuantas veces durante la carrera “mira tío, mira los pelos de punta” nos decimos a la vez que nos reímos.
Como ya teníamosacordado en llano y en bajadas corremosy en todo lo que sea cuestecilla o se le parezca andar como Dios manda.
Llegamos a Tres Cantos ya nos espera José en la pasarela, como me alegro de verle y eso que hace una hora me despedí de él. Sellamos, fruta, agua y para Colmenar. Es increíble la de ánimos que te van dando todos los voluntarios y los mismos corredores al cruzarte con ellos, todos llevamos en la cabeza el mismo destino la misma meta.
Por el camino de Colmenar nos encontramos con Benigno al que conozco de las tapias y que debuta en esta distancia (un carrerón el suyo) que a su vez va acompañado de otro compi, llevan un ritmo muyyyyyy bueno y con ellos llegamos a Colmenar.
Ya en Colmenar intentamos comer, digo intentamos ya que a las 12:30 de la mañana lo que a uno le entra es una buena cerveza con unas patatitas, no el pedazo de Tupper con pasta que tenía preparado, aún así como todo lo que puedo y tiramos para Manzanares el Real. Esta parte del recorrido es la más aburrida para mi gusto, atraviesas medio Colmenar y con la “calo” con la comida en la garganta, ¡vamos una patata!, le comento a Carlos de correr un ratejo pero él me contesta con razón, que espere un ratejo que lleva el estómago lleno de agua de todo lo bebido y va algo pesado y con gases.
Yo le recomiendo que no beba de la camel y que mejor de los botellines de agua que nos dan (calientes) ya que al aspirar por el tubito con fuerza te hace pillar más gases.
Ahora viene lo bueno, nos pasan dos chavales, uno de ellos lleva la camiseta de la carrera de San Juan de Leganés. Creo conocerlos de vista, vamos charlando y mecaguento ¡nos despistamos! Vamos rodeando una valla que no me sonaba de nada de la vez anterior, se lo digo a Carlos y me pillo un rebote de tres pares de cojones,más al fondo pillamos a unos ciclistas que ya más o menos me tranquilizan al indicarnos el camino. Carlos de todas maneras ya sabía por dónde íbamos, que eso también me tranquilizo bastante.
Llegamos al Puente Medieval y allí esta Belén animando a todos corredores con su mejor sonrisa, también están los pequeñajos. Sellamos de nuevo, le contamos lo ocurrido, hablo con un ciclista de la organizacióny me comenta que por lo menos 3km más o menos nos hemos desviado, nada, nada, eso lo recuperamos le comento a Carlos.
Seguimos para Manzanares y ya empiezo con mi juego de ir cazando gente y uno y otro, el ritmo es muy bueno Carlos me sigue de maravilla, a veces me disparo pero él me controla a la perfección.
Llegando a Manzanares “cazamos” a un grupo–equipo que en sus dorsales indican son trabajadores de hacienda pública, nada, dos segundos con ellos y arreamos más fuerte por si las moscas. Ya estamos en Manzanares y sorpresa tenemos macarrones para zampar pero vamos que ni catarlos. En Manzanares empieza las primeras molestias en forma de ampolla a Carlos y su primer compeed cae allí, yo de momento solo tiro con un poco de réflex.
Vamos para Matalpinoy como le digo a Carlos jugamos en casa, ya que los tutes que nos dimos allí tienen que valer para algo, tenemos las hermosas vistas de la Pedriza a nuestra derecha, un gusto ir por esa zona tanto que ya empiezo a darle más duro y Carlos conmigo. Le pregunto qué tal, como va con esas ampollas, y me comenta que bien, bien pero poquito después nos paramos a poner otro compeed.
Yaestamos en Matalpino y nos recibe con unas cuestecitas del copón yo si las subo despacio, más me duelen las rodillas y los isquios, decido la última cuesta subirlaa un ritmo mayor y allí está Pedro (amigo de las tapias) con el resto de voluntarios que están recibiendo a los corredores con una ovación que me pone la piel de gallina por decimocuarta vez en la carrera, le pregunto por el resto de conocidos y todos genial, unas fotos, unos botellines de agua y para Navacerrada–La Barranca.
Salimos de Matalpino con sus jodidas cuestas y entre miles de llamadas y mensajes (que nos podéis imaginar la ayuda y el subidón que dan, gracias y más gracias a todos), recibo la llamada de Andrés mi “meu” ¿dónde estás? ¿Por dónde vas? Ok, ok, pues no pares que te voy a dar una sorpresa ¿pero dónde? Le contesto tu tira y me contesta el cabroncete. Dos o tres veces estoy a punto de caerme al suelo por ir contestando a mis amigos, sus mensajes y al final decido dejar el móvil hasta Segovia (aparte de cómo tira de batería el cabrón).
Esta parte del recorrido es bastante amena por sus vistas, con mucho zigzagy sube y baja en su recorrido pero llegando a la Barranca, nos espera una recta de tres pares de cojones todo pa’rriba y con una solanera de la leche. Allí igual que Matalpino subo mi ritmo y tiro un poco más para adelante que Carlos ya que me estaba agobiando no ver el puesto de la organización.
Es el único tramo que másme despego del sonrisotas en todo el camino, ya llego, sello y espero a Carlos que no tarda en llegar. Allí nos encontramos con uno de los chavales de Leganés con los que nos habíamos perdido, estaba jodio, jodio, su compañero ya había abandonado en Matalpino y él llevaba el mismo camino, le animo para que llegue a Cercedilla y allí descanse un poco y con dos cojones tire hasta Segovia, pues nada, el campeón detrás nuestra que iba camino de Cercedilla.
Yoa todas estas mirando en cada curva si aparecía Andrés por alguna de ellas según salimos del parque de la Barranca nos tenemos que meter como por una especie de coto que nos anuncian “peligro perros sueltos” yo flipo como tengamos que correr por que nos persigue un perro nos pilla fijo en estas condiciones.
Subimos un corta fuegos con una pendiente importante y ya después le comento a mi compi de arrear un poco y nada dicho y hecho, trotamos por esos pinares tan chulos nos sentimos fuertes pero poco le duro la alegría al compañero por los visto se le acaba de explotar “otra”ampolla, decidimos ya ir a ritmo legionario hasta Cercedilla.
Entrando en Cercedilla, toma yaaaaaaaaa, mi amigo Andrés con su chica Cristina, madre mía que alegrón,me comenta que nos ve genial (y a si era) que por el se ponía las zapatillas y se subía hasta el final con nosotros, llegamos al polideportivo y allí una panda de chavales nos dedican una ovación de lujo, oeee oeeee campeón aplausosy más aplausos, yo flipo, me emociono hasta que empiezo a escuchar: cumpleaños felizzzzzz, cumpleaños felizzzzzzz, creo que hay ya nos dimos cuenta que esa ovación no estaba dirigida a nosotros.
Entramos al poli, allí está José ya algo cascado de tantas horas de pie currando como un fiera para la organización y con esa mochila que lleva que tiene que pesar un huevo y parte del otro, nos comenta que ya se va para Madrid y que nos va acompañarun poco hasta la estación.
Allí en el polideportivo aprovecho para comerme un platazo de paella que nos tenían preparado el grupo de los garabitas con Lucas a la cabeza (son geniales todos, a destacar como Paco nos cuidaba en la salida dándonos crema protectora a todos los corredores) y nada un poquito de crema en las piernas para entrar en calor, cambio de ropa y para la Fuenfría, que nos faltan 37km para Segovia.
Estoy esperando a Carlos para salir por lo visto había muchísima gente curándose las ampollas, tarda mucho y empiezo a impacientarme me acerco a la ambulancia de la cruz roja donde le están curando y madre mía la pedazo de venda que le están poniendo su cara un poema serio como ya comente por ahí nunca le había visto a si con ese semblante. Rápido le pregunto “Sonrisotas bien ¿no? ¿Llegamos?Y rápido me contesta con su peculiar sonrisa ¡hombreeeeee claro que si compi claro. Ya me tranquilizo un poco sé que vamos a llegar si o si los dos juntos. Ya partimos yapara la Fuenfría y nos acompaña José un rato antes ya me había despedido de Andrés.
En ese trayecto con encontramos con un corredor vasco Igor, creo que se llamaba, bueno del dorsal sí que me acuerdo el 333, ya que estuvimos adelantándonos varias veces durante la carrera, nos pregunta por el ritmo que vamos a llevar y que si le “adoptamos” (pienso para mi, dos niños en casa, otro adoptado en el grupo plan pues nada otro más y familia numerosa).
La primera parte de la subida es dura de la leche, más cuando llevas 70km en las piernas pero si encima no sabes ni la velocidad ni kilómetros que llevas te agobias un poco decido ponerme el mp3para que se me haga más ameno el camino y a la vez jugar al “pilla–pilla” con los demás corredores, luz roja que veía luz roja que pillábamos.
Mi subida todavía era fuerte pero estaba observando que la de Carlos disminuía todo a causa de nuestro hijo adoptivo que iba jodio jodio en uno de los controleseste decide quedarse ya que ve que no puede seguir nuestro ritmo.
Por fin llegamos al alto de la Fuenfría , allí nos espera un caldito recuperador y una bajada llena de piedras sueltas que nos van jodiendo la pisada son 12km hasta abajo del todo hasta el último control ya vemos desde el alto las luces de Segovia ya nos queda nada y menos le pido a Carlos un último esfuerzo y que aguante los dolores, le comento que tiene que ir con ellos hasta el final que llegara un momento que se acostumbrará a él y será más fácil soportarlo A mi también empiezan las molestias en los pies ya empiezan las ampollas pero decido no parar, no quiero verlas hasta el final, no quiero que me (nos) corten el ritmo. La bajada se hace pesada y para hacerla más amena ponemos la música de mi móvil a todo trapo, un espectáculo para cualquiera que vea a dos chiflados bajar a toda caña cantado canciones a grito pelao y entre canción y canción ya estábamos en el último avituallamiento, sólo 12km nos faltaban para llegar allí me conecto el garmin ya que tenía reservando la bateríapara no agobiarnos , unas magdalenas,un café solo (que nos puso las pilas) a por las luces del fondo que nos indicaban la meta, uno tras otro iban cayendo los km y cada vez más, gritos,más risas y más energías (joder con el café) el camino perfectamente señalado yo en cabeza .Carlos detrás sin perder ritmo siguiendo las cintas reflectantes ya sólo faltan8km. ¡Sonrisotas! ¡Un dígito! vamos y a si 7km, 6km, 5km, 4km y por fin ya estamos parte alta de Segovia hemos bajado a toda pastilla y ahora empieza mi homenajeCarlos se para se coloca bien las zapatillas, cerramoslas mochilas y me grita ¡VAMOS DANI HASTA LA META CORRIENDO! Que subidón corremos más todavía no me acuerdo de los 97km que llevan mis piernas, bajamos a toda pastilla ya no hace faltalas luces de los frontales y mi patata va a mil por hora una cinta nos despista de camino hacia la meta pero afortunadamente pasa por allí un “corredor” que no pertenecía a la carrera (nos comenta que no podía dormir y había decido bajar animar a los corredores increíble). “Por allí por allí todo para abajo” nos gritaba el campeón ya empiezo a ver más ambiente por las calles, empezamos adelantar a más y más corredores que nos miran y flipan con nosotros , nos jalean, nos aplauden ya le grito a Carlos esta curva y ya Sonrisotas y ya efectivamente en esa plaza esta Anna para colgarme por segunda vez la medalla de los 100km M-S entramos los dos de la mano no podía ser de otra manera, estaba marcado desde que me dijo que él sería mi compañero hace ya de esto tres meses. Lo habíamos conseguido y después pues nada lo normal en mi lagrimillas risas y risas muchísimas como en todo el recorrido.
Una vez llegado al polideportivo para ducharnos y comprobar in situ las heridas de guerra de Carlos, ¡flipe porDios! Cómo tenía las plantas, me sentía un poco mal por la de veces que le metí presión para correr más, he ir más rápido y el tío con dos cojones siguiéndome, yo me miraba mis pies y nada, dos ampollitas de nada lo que creía que eran verdaderas ampollas eran dos astillitas que las tenía clavadas en el calcetín y los suyos sin embargo destrozados.
Una vez duchados (el) yo me duche como los gatos, allí nos quedamos tumbados en el suelo del polideportivo repasando todos los correos y mensajes que habíamos recibido de toda la gente y los dos llegamos a la misma conclusión: ¡qué buena gente son nuestros amigos! ¡SON COJONUDOS y LOS MEJORES!
Carlos ya no te digo nada que no sepas, eres un tío encantador y con una fuerza increíble, ya te dije que esta era tu carrera y yo no me la quería perder por nada del mundo. Creo que ha merecido la pena tanto esfuerzo y tanta lucha ¿verdad?
PD: por cierto nada más llegar a casa todo el mundo me felicito menos uno que me grito ¡¿PAPA Y MIS CROMOS?!
PD: ¡OSCAR VA POR TI!
Daniel
Carrerón magnífico, súper recomendable a quien necesite obsesivamente ser «ultra» (como era mi caso), organización impecable, recorrido precioso, entorno único y en mi caso con el mejor compañero del mundo, así que exceptuando los dos piés abrasados, encantado de la vida….,el próximo año repetimos, y en mente la idea de estar dentro de los 100 primeros…;¿Verdad Dani?.
Gracias por la informacion me es de mucha ayuda, es muy buena
Doy fé… dos tios cojonudos.
Emotiva la crónica David, se ponen los pelos de punta solo con leerla, no quiero ni imaginar como será viviendola en primera persona.
al final el compañerismo y la amistad ha sido fundamental, sin ellos tal vez se habria podido terminar, pero no hubiera sido lo mismo
Este año espero cumplir como lo hicisteis vosotros el año pasado.
un abrazo para los dos, máquinas!!