Prueba de larga duración de estas zapatillas Bont Sub-9, específicas para triatlón, ya que llevamos usándolas desde primavera con unas sensaciones extraordinarias. Para los que no conozcáis la marca, sólo decir que los últimos años de profesional del monstruo Amstrong, Bont era su elección. Con el logo de su sponsor pero elaboradas por Bont.
Dicho esto, lo que os interesa saber es que esta marca Aussie destaca por hacer unas de las zapatillas más técnicas del mercado, destacando el hecho de que son termoformables SIN LÍMITE de veces. Es decir, las puedes adaptar a tu pie tantas veces como necesites. Para ello sólo necesitas un horno y, recomendable, un termómetro para éste.
La recomendación que hacemos es que, de entrada, las pruebes sin adaptar ya que puede ser que te vayan bien sin más, aunque la customización ayudará a que te sienten como un guante. Al ponértelas, lo primero que se percibe es una rigidez brutal. Eso y su gran ligereza, 250grs. este modelo.
Además, su interior es muy cómodo, gracias a la suavidad de la piel de canguro que usan en todas su zapatillas. Como ya sabes, la piel de canguro, siendo muy fina, tiene una resistencia espectacular, además de un tacto muy agradable.
A diferencia de otras marcas, en Bont usan el carbono no sólo para la suela, sino que crean una ‘bañera’ con él. Esto significa que la suela y parte de la estructura de la zapatilla es una única pieza de carbono. Por este motivo son tan rígidas, ligeras y adaptables por medio de calor. A pesar de su extrema rigidez, son ideales para devorar kilómetros.
Un detalle más de lo técnicas que son es la retícula impresa en la zona de montaje de las calas, lo que facilita el ajuste milimétrico.
Tras varias sesiones tal como venían en la caja, probamos a adaptarlas. Para ello usamos un horno convencional, el de casa, con un termómetro para ir controlando la temperatura. Esta debe ser de 70º y las zapatillas tienen que permanecer 20 minutos calentándose. No te despistes y hazlo sin calas y sin las plantillas. Una vez las sacas del horno, debes colocar las plantillas, ponerte las zapatillas, abrocharlas bien y permanecer de pie, en ligera flexión, durante unos minutos. Al principio notarás que están blandas, por lo que se amoldan a tu pie. Con los minutos van endureciendo, con la forma que conservarán. Por último, puedes afinar más, por ejemplo en la zona del tendón de Aquiles, dándole algo de forma con el dedo, para evitar presiones en esa zona crítica. Además, si lo necesitas, sabes que puedes repetir el proceso, tantas veces como haga falta. Una vez adaptadas, salimos de nuevo a rodar.
Sin haber perdido un ápice de rigidez, se notan más cómodas, con lo cual aún dan más ganas de exprimirte kilómetros y kilómetros sobre la bici.
Siendo un modelo específico de triatlón, había que probarlas en carrera.
Algún amigo había manifestado dudas acerca de la facilidad para meter el pie con la zapatilla anclada al pedal, dado que a pesar de contar con una generosa abertura, la zapatilla es rígida.
Nada más lejos de la realidad, ningún problema en la T1, con una facilidad de entrada del pie importante.
Además su sistema de atado, por medio de un único velcro, contribuye a ello.
Entre los peros que le hemos encontrado, está el de la longitud de los tornillos de las calas.
Al trabajar con carbono de la más alta calidad, se pueden usar espesores pequeños sin sacrificar en absoluto la rigidez, por lo que hay que mirar bien que los tornillos de las calas no sobresalgan demasiado.
Por otro lado, siendo una zapatilla de triatlón, en invierno puede ser fría. Pero para ello tienes otros modelos, específicos de carretera, o de mtb, que aportan los mismos valores de ligereza y rigidez, además de adaptabilidad, en los que la facilidad de entrada y de cierre sobre la marcha, no tienen la importancia que tienen en esta Sub-9.
Si estás pensando en cambiar de zapatillas y buscas rigidez, comodidad, durabilidad y posibilidad de adaptación, Bont debería ser una de tus opciones.
Marc Castanyer