La marca incorpora esta nueva tecnología a sus modelos de las gamas Rev, Integrale y Mya. El objetivo es conseguir que sea cual sea el nivel de esquí del usuario, disfrute con este deporte gracias a esta nueva tecnología de la campaña. Por eso su lema de lanzamiento es Making Skiing fun. Again.
HEAD presenta en España su nueva colección de esquís para la temporada 2012-13 y lo hace, antes de nada, con la llegada de una nueva tecnología, la Era 3.0 que profundiza sobre las prestaciones de los esquís rocker.
HEAD abre una nueva era y apunta directamente a un objetivo: convertirse en el primer productor de diversión en el sector del esquí. El objetivo de Era 3.0 es permitir que cada esquiador esquíe mejor y en cualquier terreno.
Después de muchos años de test, HEAD ha constado que las ventajas de un esquí de construcción Rocker no pueden ofrecer su máximo rendimiento si no son combinadas con un específico tipo de radio y una salida mejorada. Bajo esa premisa nace una nueva era de esquís que aúna tres mejoras. Llega así la tecnología Era 3.0.
Allride Rocker
Los esquís Era 3.0 se benefician de la estructura Rocker con el fin de garantizar buenas prestaciones para todo tipo de esquiadores. Los esquís son más manejables y la polivalencia para los terrenos blandos se mejora, de manera que aumentan las posibilidades de los esquís Era 3.0.
Objetivo: obtener buena manejabilidad y flotabilidad.
Radio progresivo
Con los esquís Rocker tradicionales es necesario tomar mucho ángulo para poder tomar el giro y acabarlo en la dirección exacta que queremos. Pero HEAD incorpora en sus esquís Era 3.0 un radio progresivo, que requiere un 50% menos de inclinación para garantizar un pleno contacto de los esquís con la nieve. Mientras que los esquís Rocker tradicionales tienen que estar muy afilados para que el canto agarre, la tecnología Progressive Radius ofrece un agarre del 100% incluso ya con un ínfimo ángulo de afilado.
Objetivo: curvas perfectas.
Intellrise Rebound
En los esquís Era 3.0 HEAD ha colocado sus fibras piezo-eléctricas en la parte delantera del esquí con el fin de evitar las vibraciones desagradables de la espátula que sufren los rockers tradicionales.
Objetivo: una mayor estabilidad.