La marca francesa Raidlight tenía un hueco en su amplio catálogo, pero importante: el calzado. Empecemos definiendo para qué son las zapatillas y cómo Raidlight llegó a las soluciones que presentan.
Raidlight nació en el trail running, allá por 1999, posiblemente sea la única que proviene de este deporte sin haber migrado del atletismo o el esquí. Nacida de cero, en pocos años se ganó la confianza de los trailers por sus productos ligeros y funcionales. La carencia del calzado se debía a causas económicas, porque ideas, como veremos, no faltaban. Dado que en un principio iba a ser un único modelo, debía cubrirse la mayor demanda y usos posibles, lo que los estudios llevaron a una zapatilla de montaña, todo uso, versátil y funcional, olvidándose de nichos o usos puntuales tipo kilómetro vertical. Solo con tenerla en la mano ya se ve que es una zapatilla seria, para montaña, sin concesiones, protegida, de suela agresiva, de materiales duraderos y sin afectarle vaivenes de modas. Y con esto nos referimos a, posiblemente, su pequeño hándicap: en torno a 400 g en talla 45 es algo más que la competencia, pero creemos que más vale una zapatilla resistente y sólida en montaña que algunas livianas y de dudosa protección del pie o durabilidad como parece que el mercado se está “infectando”.
Incluso antes de ponérnoslas, con el minicatálogo que acompaña la zapatilla, podemos ver sus novedades, que merecen desglosarse una por una.
Insole Fit: las tres pisadas que la casi totalidad de la población tiene (pronador, neutro y supinador) pueden personalizarse siempre que estés dentro de los parámetros normales con unas sencillas plantillas. Como sello de garantía, están elaboradas gracias a la colaboración de Sidas, una empresa ortopédica que ha “donado” sus conocimientos y base de datos para desarrollar tres plantillas completamente diferentes y que cubren la gran mayoría de usos. Es curioso poder compararlas, cómo llevan refuerzos, amortiguación extra, arcos diferentes y diversos ángulos y dimensiones diferenciadas. La marca, con buen criterio, no recomienda el uso de sus plantillas si usas unas ortopédicas, y las neutras si no estás seguro de tu pisada.
Abshock Pad: una de las innovaciones más sorprendentes es la posibilidad de sustituir la amortiguación trasera con facilidad, sin anclajes mecánicos, y de una forma rápida y limpia. Sorprende que haya sido patentado, lo que significa que a nadie se le había ocurrido antes. Apenas hay que quitar la plantilla, tirar de una pestaña, y ya está la “pastilla” fuera, presta a sustituirse. La marca ofrece tres posibles variantes, una media, la estándar, una más reactiva (Dynamic) y una más amortiguada (Absorb++). Probándolas, la diferencia es palpable, pero tampoco la más amortiguada es un chicle, ni la dinámica te rebota hasta que saltes, la configuración de las mismas se ha situado dentro de parámetros razonables y no extremos, con lo que las propiedades de las zapatillas cambian, pero no de una forma dramática. Nos ha parecido interesante por dos motivos: uno, la posibilidad de personalizarla para la carrera o el entrenamiento concreto, no es lo mismo hacer series o una carrera rápida, que un rodaje largo y lento o una ultra; la segunda es la capacidad de usar dos o más amortiguaciones iguales o no en competiciones de larga distancia, renovándola a voluntad, dado que su pequeño tamaño y la facilidad de cambio pueden significar que una amortiguación temporalmente cedida vuelva a la “vida” en pocos segundos. Interesante innovación que, para los escépticos, no se nota bajo la plantilla y no le vemos inconveniente alguno, de hecho creemos que alguna marca lo está envidiando ya. Creemos que tiende a ser una amortiguación firme, que necesita su tiempo de aclimatación, pero que consideramos que es ideal para larga distancia donde los pies sufren y la pisada se va haciendo más torpe y más necesitada de protección.
Grip Pad: aunque esta no es una innovación, dado que se hace, por ejemplo, en pies de gato, la sustitución completa de la suela es una absoluta novedad en trail running. Nos contaron desde Raidlight que lo ideal hubiese sido hacerlo cada uno en su casa, pero los resultados no fueron los óptimos principalmente porque el cliente no siempre iba a limpiar bien la zona de pegado; además no todo el mundo es un manitas, y eso se pensó que retraería a algunos clientes. La solución finalmente adoptada contempla la sustitución de la suela completa en las instalaciones de Raidlight o bien por un zapatero. La primera cuesta 30€ y la segunda 15€, bastante poco si tenemos en cuenta que muchas zapatillas de montaña “mueren” por la suela cuando no está el resto de la misma en mal estado. El proceso es sencillo, aunque requiere unas habilidades que uno en su casa no debería probar, aunque quien quiera jugar a MacGyver es libre de hacerlo. La suela, por cierto, proporciona un excelente agarre en todas circunstancias (razonable en piedra húmeda, donde no conocemos zapatilla que agarre como para ir despreocupado), superior a muchas de la competencia, tanto por el excelente compuesto como por el diseño específico en cada zona de la misma. Sencillamente sobresaliente.
Protect Fit: la última solución presentada durante el lanzamiento de la zapatilla es la polaina, santo y seña de Raidlight en el pasado, pero que una vez la zapatilla es propia ha permitido incorporar unos ojales y desechar la cinta inferior de sus famosas polainas Stop Run. Están realizadas en MP+, material impermeable y transpirable, con lo que es un accesorio interesante para días de lluvia, frío, nieve, etc.
Y si parece poco, para la próxima temporada (otoño-invierno) estarán disponibles otros “gadgets” como una miniraqueta para nieve o arena, una suela para agarre en zonas de baja adherencia y compuesto más blando, unas polainas para terreno desértico y unas cadenas elaboradas por Yak Trak.
Las primeras sensaciones fueron algo extrañas, son zapatillas que necesitan un tiempo, porque las conclusiones del primer día no fueron del todo buenas. Tras el segundo ya nos empezaron a gustar y a partir del tercer rodaje, creímos en la solidez del producto, buenas ideas y el acierto de Raidlight en su primera zapatilla. Como decíamos, sorprende el agarre, excelente; la estabilidad –gracias a una pieza plástica central- es también sobresaliente, pues supone un buen entendimiento entre la parte delantera y trasera del pie; y nos encanta la protección de todo el pie, se nota que es una zapatilla concebida en Europa y para montaña de verdad.
Se siente cómoda, aunque en un principio parezca que agobia la zona media del pie y la sintamos más que en otras zapatillas es debido a que la lengüeta, unida al resto, hace de “botín”, consiguiéndose un buen tacto y sensación, sin afectar negativamente más que esa primera sensación que en pocos días será inapreciable. Sin embargo, la zona de los dedos queda más suelta, es más ancha, dejando que puedan moverse con facilidad para evitar ampollas y rozaduras indeseadas. Finalmente, en cuanto a sensaciones puras, el lazado, bastante curioso, por cierto, puedes no tocarlo y permite poner y sacar la zapatilla sin desabrocharla, porque el “botín” que comentamos permite que no se suelte o salga. Un segundo tipo de cordaje que hemos probado (el clásico, con cruces) ajusta algo más el talón, mejor en caso de subidas con bastante pendiente, pero para el día a día, zonas no muy técnicas o según gustos, el que viene de serie es perfectamente válido.
Tras más de 200 kilómetros con ellas, excepto esos gramos extra que hemos contado al principio, las buenas maneras de esta zapatilla nos confirman que hay un nuevo y serio contendiente en el mercado del calzado de montaña, con personalidad propia y sin complejos. Esperábamos un producto correcto como corresponde a una marca de prestigio como Raidlight, pero nos hemos encontrado un competitivo producto que deberá marcar no solo un antes y después de la marca, sino hacerla ganar adeptos gracias a su buen hacer y respetable producto.
Equipo de pruebas Sportvicious