Eugeni Prieto sigue con su reto “Todos con Laia” y para ello cruzó la línea de meta del Triatlón Doble Olímpico de Terres de l’Ebre con Laia a sus brazos.
El pasado fin de semana se disputó uno de mis retos del proyecto “Todos con Laia”, el triatlón Doble Olímpico de Terres de l’Ebre. No era uno de mis principales objetivos tan sólo me servía como entreno para afrontar los 3 ironman que tengo en mente esta temporada. Así que no podía hacerme demasiado el valiente y apretar porque a tan sólo 15 días me espera el Ironcat.
A pesar de que la prueba se disputaba no muy lejos de casa, Sant Carles de la Ràpita, parte del equipo decidimos marchar el sábado al mediodía y pernoctar allí para ir más tranquilos y descansar bien. Sobre las 5 de la tarde del sábado ya estábamos instalados, fui a recoger el dorsal y el chip en el pabellón e hicimos tiempo hasta las 7 horas para asistir al Briefing.
Los nervios eran evidentes, es inevitable horas previas a una competición.
El pabellón estaba repleto de triatletas esperando que nos dieran las últimas instrucciones y detalles de la carrera.
Yo observaba… chicos muy jóvenes, bicicletas impresionantes, cuerpos atléticos… me dio la sensación de que había un buen nivel.
Tengo muy claro que las apariencias engañan y que no quieren decir nada pero algo me decía que sería una carrera rapidísima al ser de corta distancia.
Sin embargo tenía muy claro cuál era mi objetivo, no podía apretar en ningún momento, para mí era un entrenamiento, cumplido pero entrenamiento… lo que pasa es que me conozco demasiado a mí mismo y sabía que acabaría dando todo y apretando como el resto de triatletas.
Hacer una carrera por debajo de tus posibilidades ¡cuesta mucho!
Domingo 6:00 horas de la mañana suena el despertador.
Toca levantarse, desayunar y prepararse para comenzar la aventura.
Me hago un buen bocadillo de pavo y queso, y me lo como muy concentrado, motivado y con muchas ganas de disfrutar del día.
Cojo la bici, el neopreno, las gafas, gorro, zapatillas… y marcho hacia la zona de salida donde están los boxes y donde dejo la bicicleta y todo lo que necesitaré para hacer las transiciones.
El ambiente que se respira ya es el de triatletas ansiosos por querer empezar.
Son las 07:40 horas me pongo el neopreno, cojo las gafas y el gorro y me dirijo hacia la zona de salida.
Hace frío y aire. El frío no me preocupa nada ya que sé que desaparecerá pero el viento… me preocupa y bastante por el tramo de la bici.
La playa está repleta de triatletas, entro al agua para nadar un poco y calentar y a las 8:10 se inicia la carrera.
Salimos todos juntos (unos 400 triatletas), los primeros 50 metros no cubren, así que se deben hacer andando o corriendo por el agua. Esto fastidia bastante pero por contrapartida no te llevas tantas patadas al empezar a nadar.
Comienzo a nadar y cuando llevo unos mil metros noto que no tiro, hay bastante corriente y los 3000m no se acaban nunca. Finalmente acabo la natación, a la salida me quito la parte de arriba del neopreno y miro la hora, llevo 1h06min. ¿Cómo puede ser? Nunca hago este tiempo, miro la distancia y me doy cuenta de que ¡me salen 3600m!
Voy tocado, creo que es más psicológico que nada, pero la cabeza es una parte importante y queda todavía mucho. Me siento mareado pero rápidamente hago cambio de chip mental, me quito el neopreno y me pongo los calcetines, casco y gafas y me como un plátano.
Inicio el tramo de la bici, 90km repartidos en 3 vueltas de 30km cada una.
Realmente 90km de infierno, un viento insoportable hace que no pueda disfrutar nada, es más, sufro fuerza. Además el avituallamiento está situado en la zona de los arrozales donde más viento hace y donde me veo incapaz de pararme para comer. Así que decido subsistir con lo que llevo, me hidrato con isotónico Nutrisport durante los 90km y un gel que me como a la mitad del recorrido aproximadamente.
Después de 2h49min acabo los 90km y entro a boxes para ponerme las zapatillas e iniciar el último tramo: correr.
Este es el que mejor se me da y con el que más disfruto pero me siento desmotivado: La natación no me ha dejado tener buenas sensaciones y después la bici con este fuerte viento hace que la mente no esté al 100% y esto no ayuda nada.
También me noto dolor en la pierna que hace días que arrastro y me quedan 20km por delante repartidos en 4 vueltas de 5km cada una.
Hay bastante gente animando eso quieras que no anima y mi equipo está allí confiando en mi, esto acaba de motivarme. Así que empiezo a correr y aunque no me siento cómodo intento no pensar y voy avanzando.
Poco a poco voy consiguiendo las diferentes pulseras, después de 1h 26min estoy en la recta de la meta con LAIA que me espera con una sonrisa de oreja a oreja que hace que me dé cuenta de que su sonrisa compensa todo el dolor o sufrimiento que haya podido tener.
Un total de 5h 22min. Realmente muy contento y con muy buenas expectativas para los siguientes retos.
Gracias a todos los que hacéis posible este proyecto, los patrocinadores: Sportvicious, Nutrisport, Taymory, Recupera’t fisioterapia y nutrición, Vermuts Miró, Tuga, Sailfish, Suunto, Restaurante Vermuts Rofes, Construcciones Priar , Rocanys Aguardientes y a todos los colaboradores, a todo mi equipo, a mi familia y como no a LAIA por regalarme mi principal objetivo: su sonrisa.
Eugeni Prieto Soria
El reto “Todos con Laia”:
https://www.sportvicious.com/2014/01/eugeni-prieto-sigue-su-reto-para-que-laia-siga-con-su-sonrisa/
https://www.sportvicious.com/2013/09/todos-con-laia/