Hacer y dejar hacer. Ni más ni menos.
Ya lo decía un señor de apellido Still (padre de la osteopatía): “anatomía, anatomía y anatomía”. De aquí partimos, claro que sí. A veces imagino el cuerpo humano como un laberinto lleno de puertas que al abrirlas no sabes qué encontrarás detrás. La puerta de entrada nos sirve la anatomía, la estructura y los pilares de sujeción. Pero la siguiente puerta es una incógnita.
Osteópata significa osteópata.
En países como EE.UU. la osteopatía es una rama de la medicina que se estudia (a nivel universitario) de forma independiente al resto de profesiones sanitarias.
Podemos definirlo como terapeuta que utiliza las manos como única herramienta para guiar al cuerpo a recuperar el equilibrio. Combina diferentes técnicas (maniobras directas, indirectas, fasciales, musculares) para liberar tejidos, articulaciones y la circulación de los líquidos.
No entiendo la osteopatía solo como una serie de maniobras mecánicas que devuelven la movilidad. Detrás de esto hay mucho más: sentir, escuchar, palpar, esperar, comprender, intuir y actuar. Parece más complejo, pero todo es necesario.
Sentir “el latido y la respiración de cada músculo y cada fascia”. Escuchar los mensajes del tejido, palpar como si notaras cada fibra, esperar la respuesta, comprender el mensaje que recibimos, intuir la prioridad de la maniobra y actuar. Y solo actuar no es osteopatía.
Así me lo transmitieron y cada día estoy más convencido de ello.
¿QUÉ HAY DETRÁS DE UNA MANIPULACIÓN ARTICULAR?
Una manipulación, un ajuste articular no es más que la llama que enciende la mecha, el chispazo inicial. La respuesta llega después, a veces casi inmediatamente. Otras veces, el cuerpo necesita más tiempo para reorganizarse.
El sonido del desbloqueo no se produce por la fricción de los huesos, se debe a la formación de una burbuja de gas.
Los huesos no “salen de su sitio” (eso sería una luxación); por lo tanto, el osteópata no tiene que “meterlos en su sitio”. El objetivo es que la articulación recupere su movilidad natural.
La importancia de la fascia
Tenemos que recuperar la función, la movilidad. Para ello debemos analizar qué parte está provocando ese desajuste, ese bloqueo articular. En ocasiones una maniobra directa (“trust”) nos abrirá el camino de la recuperación, pero siempre estará detrás el tejido blando. La fascia será una barrera importante a superar y la trabajaremos con técnicas miofasciales, estiramientos, bombeos, etc. a favor de su liberación.
¿EN QUÉ CONSISTE UNA SESIÓN DE OSTEOPATÍA?
Desde los pies a la cabeza y al revés también
Se analiza el estado del conjunto del cuerpo, viendo las interrelaciones musculares y articulares que componen el complejo aparato locomotor.
Sin protocolos de actuación. Siempre he creído que, cuando hablamos de salud, los protocolos son fundamentales en la urgencia, pero no en la cronicidad de una lesión.
El guión lo vamos escribiendo a medida que vamos testando articulaciones y su grado de movilidad, los músculos y su elasticidad, los ligamentos y su rigidez, además de los tendones y sus inserciones. Vamos haciendo nuestro esquema de trabajo, decidiendo si empezar por los pies o por la pelvis, si enfocar el tratamiento a nivel articular, fascial, craneal…
¿EN QUÉ CASOS PODEMOS USAR LA OSTEOPATÍA?
Los tratamientos pueden ser variados desde el aparato locomotor, ginecológico, digestivo, respiratorio, circulatorio…
Para que la idea quede un poco más clara, agruparé algunas patologías por especialidades (aunque esto no sea 100% real), teniendo en cuenta que en muchas ocasiones usaremos variedad de herramientas osteopatías.
Osteopatía craneosacral (craneal)
Pediatría en disfunciones respiratorias, digestivas, del sueño…
Patología del sistema nervioso: ansiedad, insomnio, hiperactividad.
Osteopatía estructural
Donde lo principal es el movimiento en lesiones deportivas, de origen mecánico, posturales…
Osteopatía visceral
Digestivo en alteraciones, digestiones lentas y pesadas, estreñimiento… haciendo un trabajo importante sobre el diafragma, por ejemplo.
PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATÍA
Cada célula de nuestro cuerpo se mueve, “respira”:
El correcto paso de nutrientes, la limpieza de nuestro organismo harán que cada célula pueda “respirar”.
La estructura gobierna la función:
Donde el movimiento sea libre, la función también lo será.
La unidad del cuerpo y la homeostasis:
Todos los sistemas están interrelacionados, conectados, adaptándose 24 horas al día para lograr la homeostasis (equilibrio).
La ley de la arteria es absoluta:
Donde la sangre llega con buena calidad, oxigenación y movilidad, la enfermedad es más improbable.
La autocuración:
Hacer y dejar hacer. Al cuerpo le pasamos una información y éste tiene sus sistemas de autorregulación para guiarlo a la recuperación.
Estos son unos de los principios de A. Taylor Still, padre de la osteopatía, que marcan el camino de esta profesión.
¡La vida es movimiento!
Tinín, osteópata, masajista, medicina tradicional china.