Ashima Shiraishi es una niña de trece años, nacida en Nueva York pero de origen japonés, a la que desde bien pequeña le apasiona trepar por las paredes. Según sus padres, “desde que iba a la guardería”. Se desconoce si le picó una araña radioactiva como le ocurrió a Peter Parker para convertirse en Spider-Man, pero lo que es seguro es que le picó el gusanillo de la escalada para convertirse en su pasión.
Pequeña, pálida, casi transparente, de risa fácil y con un espeso flequillo de pelo negro como el carbón cortado en una perfecta línea recta, es la mejor escaladora de los Estados Unidos de su edad. Ligera como una pluma se desliza por las rocas con una habilidad que muchos escaladores de élite en edad adulta no son capaces.
Sus padres, Tsuya y Hisatoshi Shiraishi, emigraron de Japón en 1978 para instalarse en el barrio de Chelsea en el oeste de Manhattan, al sur del más famoso barrio de Hell’s Kitchen (cocina del infierno). Un día, con tres años, pasando la tarde en Central Park, Ashima se acercó a Rat Rock, una roca de 15 metros de altura —lugar favorito de los aficionados de la escalada en el parque— y se pasó toda la tarde intentando escalar la roca hasta que se hizo tan oscuro que no se podía ver dónde poner los pies.
A partir de entonces, los Shiraishi iban diariamente a aquella enorme pared para que la pequeña se uniera al resto de escaladores ante el asombro de sus padres que “ni siquiera sabíamos que aquello era un deporte”.
Mientras hacía buen tiempo y era verano no había problema, pero llegado noviembre y con él el frío hubo que buscar una solución. Los escaladores habituales se refugiaban en los gimnasios y Ashima convenció a sus padres para que la apuntaran al Manhattan Plaza Health Club.
Allí descubrió el búlder (del inglés boulder), una modalidad de escalada que consiste en subir bloques de roca o pequeñas paredes de hasta unos ocho metros de altura sin necesidad de utilizar materiales convencionales como cuerdas, fijaciones o arneses. Normalmente se pone una pequeña colchoneta (crash pad) para evitar golpear en el suelo. Se suele hacer por parejas y uno cuida del otro para cogerlo si cae.
Es una de las modalidades preferidas de iniciación a la escalada porque no precisa de nociones previas en escalada o montañismo, ni tampoco realizar un gasto excesivo en material. Se necesitan unos pies de gato, una bolsa de magnesio y la colchoneta. Pero eso no significa que sea una modalidad sencilla. La dificultad puede ser infinita. Los escaladores tienden a intentar superar barrigas imposibles o escalada totalmente en paralelo al suelo.
La mayor dificultad que puede encontrar un niño cuando escala en una cueva o en una roca al aire libre es que la vía la ha abierto un adulto. Las marcas del magnesio entre una grieta y otra pueden superar la apertura de brazos de cualquier niño. Pero también cuentan con alguna ventaja, sus pequeños dedos pueden encontrar suficiente agarre donde no cabe un dedo más gordo.
Generalmente el búlder es lento. Es un deporte de muchas repeticiones y caídas. De ganar un metro, caer y volver a empezar. De mucha observación y paciencia. De mucho estudio previo. De horas y horas de intentos para, una vez conseguida la ruta ideal, escalar en apenas unos minutos. Nada de esto parece aburrir a Ashima Shiraishi. Al contrario, es tal su amor por este deporte que llora cuando algo no le sale como esperaba.
Obe Carrion, su entrenador privado, opina que“cuando Ashima está subiendo no es una niña. Se comporta como un escalador profesional. Está muy concentrada y pone lo que hemos bautizado como cara de piedra, que es la que usa durante las competiciones”. Allí, su mayor rival es Brooke Raboutou, hija de los ex campeones de escalada Robyn Erbesfield-Raboutou y Didier Raboutou.
El pasado mes de marzo, Ashima viajó con su familia a Catalunya para escalar en la cueva de Santa Linya, Lleida, atraída por los éxitos conseguidos por uno de sus ídolos, Chris Sharma, en esta meca del búlder. Allí realizó rutas de mucho mérito como Digital System (8c) en su segundo intento y el Rollito Sharma Extension (8c) y La Fabela (8c+) —la más dura de Santa Linya— en una misma jornada.
Ashima Shiraishi no tardará en conseguir encadenar un 9a. De momento es de las pocas mujeres en el mundo que ha logrado un 8A al flash, por lo que más que considerarla una niña prodigio de la escalada se la considera ya una realidad. Como le ocurriera en su momento al joven checo Adam Ondra, hoy en día uno de los mejores escaladores del mundo, cuando se inició en la escalada con seis años. Seguro que Ashima sigue sus marcas de magnesio en las rocas.
Ascensiones de mérito
Power of Silence (V10)
Chblanke (V11/V12)
Roger in the Shower (V11)
Crown of Aragorn (V13)
Southern Smoke (5.14c)
Lucifer (5.14c)
Ashimandala (V11)
One Summer in Paradise (V13)
The Automator (V13)
24 Karats (5.14c)
50 Words for Pump (5.14c)
Digital system (8c)
Favel (8c+)
Rollito Sharma extension (8c)
Ashima Shiraishi: http://en.wikipedia.org/wiki/Ashima_Shiraishi
Òscar Cusidó