Un paso detrás de otro, otra zancada más, pisando la tierra para volver a despegarse. Consumen kilómetros, acostumbrados a avanzar, a detenerse, a soportar el peso, a cambiar el ritmo.

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Buscan el equilibrio para desequilibrarse constantemente, sueñan con el apoyo perfecto. Los gemelos, el sóleo y el músculo plantar se contraen con fuerza para dar salida a la pisada, mientras el tibial anterior espera su turno. Empieza el movimiento. Caminas, corres, saltas… decides parar; con el permiso de tus pies. ¡Cuídalos!

Protegidos, fuertes y cortos ligamentos unen sus 26 huesos. Músculos y tendones conectan con 6 meridianos principales y trasmiten la energía necesaria.

Seis meridianos. Medicina tradicional china

Bazo, hígado y riñón son los tres meridianos Yin de la pierna. Tienen en común la acción sobre la sangre y los líquidos. Muy importante es el punto B6.

Estómago, vesícula biliar y vejiga son los tres meridianos Yang de la pierna. Tienen en común la circulación de energía.

En cuanto a la patología ósea y articular, lesiones habituales como el espolón calcáneo, la artritis, la artrosis, los esguinces o las fracturas tendrían en común la debilidad del riñón en alguno de sus síndromes.

En la tendinitis de los tibiales, del tendón de Aquiles, revisaremos el hígado (por el fracaso en el aporte nutricional al tendón), sobre todo en los casos crónicos.

Las sobrecargas musculares, las roturas de fibras o las contracturas podrían ser debidas al estancamiento de sangre/energía y a la insuficiencia del bazo para proteger su terreno, los músculos.

Todos ellos conectados con su órgano correspondiente y ramificado por la musculatura por la que pasan. Cuando son libres para realizar su papel, ayudan a tener fuerza y flexibilidad.

La importancia del retorno venoso

La sangre cargada de toxinas y residuos tiende a estancarse en la zona más distal del cuerpo y desde donde le cuesta más esfuerzo volver. Impulsarse hacia arriba es una meta contracorriente. La sangre por su propio peso, por la ley de gravedad, se “deja caer”.

Los músculos, las paredes venosas y el aporte de energía se ponen manos a la obra con el objetivo de ayudar al retorno venoso.

Desde los pies al corazón. Entonces es cuando el papel energético es fundamental. Piensa que tus músculos están agotados y las venas, más dilatadas de lo normal para mover sangre y linfa. Tus músculos se recuperan gracias al trabajo energético llevando sangre con nutrientes y oxígeno para volver a la carga. Las paredes del sistema circulatorio también tienen que ayudarse energéticamente para contraerse. Debes cargarte de energía a través de la alimentación, con alimentos ricos en antioxidantes como frutas y verduras (para contrarrestar la oxidación). La sangre sin energía se estanca, produciendo dolor en ligamentos y tendones, además de pesadez.

La sangre nutre e hidrata; la energía aporta movimiento y calor.

La estructura articular

De los pies dependerá el estado postural del resto del cuerpo.

Tenemos tres puntos de apoyo (1º metatarsiano, 5º metatarsiano y talón) que unen los arcos plantares.

Dos líneas, Lisfranc (cuñas–cuboides–metatarsianos) y Chopart (astrágalo–cuboides–escafoides), dan estabilidad y capacidad de adaptación al pie.

El tratamiento basado en la osteopatía (con maniobras enfocadas al movimiento) es una de los puntos fuertes para que el andamiaje articular funcione correctamente. La clave es mejorar la capacidad de adaptación desde el apoyo en el suelo.

Cuando haya falta de movilidad, optaremos por la osteopatía como herramienta. Si hubiera inflamación, edema y dolor muy intenso, usaremos acupuntura. Ante las contracturas musculares, va bien el masaje profundo con el músculo en estiramiento.

¿Y si usamos las tres técnicas combinadas? Se lo pondremos muy difícil a la lesión.

ejercicios palo

Trabajo sobre el pie

Podemos realizar un ejercicio (con un palo) sobre la planta del pie y mejorar la movilidad articular.

Haremos un masaje profundo de la planta del pie, liberando el músculo plantar y dando movilidad a los ligamentos que unen las estructuras óseas. Buscaremos un efecto sobre las zonas reflejas de la planta del pie.

Debemos tener en cuenta que muchas lesiones del aparato locomotor tienen el punto de partida en los pies.

Auto-masaje

Dentro de todas las maniobras, quiero destacar algunas imprescindibles en la recuperación:

1. Masaje transverso en la fascia plantar.

1 fascia plantar

2. Masaje longitudinal profundo del tibial posterior.

2 tibial post

3. Masaje en estiramiento del tendón de Aquiles.

3 tendón Aquiles

4. Dígito-presiones en puntos de acupuntura.

4 Digito-presón (pt. hígado 3)

5. Zonas reflejas = tratamiento a distancia. Por ejemplo, masajear la cara interna del pie para buscar efecto sobre la columna vertebral.

5 zona refleja columna vertebral

Envoltura de barro + infusión antiinflamatoria

Necesitamos dos plantas: árnica y harpagofito (poder antiinflamatorio).

1. Hacemos una infusión con una cucharada de postre de cada una y agua.

2. Mezclamos la infusión previamente colada con arcilla verde hasta formar barro.

3. Colocamos en todo el pie. Lo podemos dejar durante 2 horas o dormir con el emplasto cubierto con un calcetín de algodón.

Esta envoltura nos ayudará a bajar la inflamación, el dolor y rebajar la tensión de la musculatura.

Si vemos que tenemos sobrecarga en algún músculo, también lo podríamos aplicar en la zona de dolor.

Nos dará muy buenos resultados en la recuperación de entrenamientos exigentes, carreras (sobre todo de larga duración). Muy interesante en carreras a pie de varias etapas seguidas.

Tu pisada depende de tus zapatillas, de tus pies… pero también de ti.

 

Tinín

Osteópata, masajista, medicina tradicional china. (MTC)

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