Antonio de la Rosa ha superado el ecuador de su aventura transoceánica a remo y en solitario dentro de la competición Rames Guyane 2014.
Esta última semana ha tenido que lidiar con tormentas y cambios de vientos que han reducido su ritmo de remo a favor de los competidores más al Norte, cuyo cabeza de pelotón le sobrepasó con condiciones meteorológicas y marítimas más favorables. Aún así el español sigue luchando por volver a tener la segunda posición mientras cruza los dedos para que la desalinizadora no vuelva a estropearse, después de algunos últimos arreglos que ha tenido que hacer a base de cinta aislante.
La sensación de mitad de trayecto para los remeros tiene un sentido ambiguo, porque la noción de tiempo y distancia es diferente de aquí en adelante. Las duras condiciones del comienzo de esta prueba, han provocado que los participantes empleen un mayor número de días que los esperados en recorrer la primera mitad de los kilómetros de la travesía. Lo que queda hasta llegar a la Guayana Francesa, se espera que sea más corto en duración, un hecho simbólico que seguro anima el espíritu de los participantes. Antonio de la Rosa recordaba que “curiosamente la Edición de 2012 se ganó con 37 días, el segundo llegó en 38 y el último en menos de 50… igualito que este año. Creo que las condiciones meteorológicas son un poquito diferentes”.
Este aumento del número de días de la competición ya llevan 40, conlleva consigo nuevas inquietudes para los participantes, al cansancio se suma la falta de provisiones de comida. Por la experiencia de ediciones anteriores de la Rames Guyane, cada remero previó llevar en sus embarcaciones alimento para 40 – 60 días, y los cálculos hacen presagiar que 55 – 71 serán los días totales que pasarán en alta mar antes de poner pie en tierra. El aventurero comentaba con humor “el cafelillo con leche en polvo, no me va a llegar a Guayana, ya estoy bajo mínimos”. Además, un día no desaprovechó la oportunidad de pescar un gran pez para cenar “menudo festín me pegué en la noche, pescado fresco, fresco” y es que como él dice “tanto liofilizado y energy drink and bars me va poner muy light”.
La estrategia de Antonio de la Rosa sigue siendo mantenerse en el paralelo 8º e ir bajando hasta el de la Guayana Francesa lentamente. Las dudosas predicciones meteorológicas cambiantes constantemente con tormentas inesperadas y olas y vientos variables permanentemente, hacen que la observación y la suerte sean fundamentales. Así el vallisoletano decía que tras un día con “navegación muy buena, el mar se empieza a mover a ritmo hacia América del Sur, y yo con él. Da gusto remar y ver velocidades medias de 7km/h”, por la noche prosigue, “se ha levantado un sureste fuertísimo, que hoy en la madrugada ha traído un aguacero de esos tropicales que dan miedo”.
Así mismo, en esos momentos de condiciones meteorológicas adversas el aventurero no se encuentra solo. A veces encuentra nuevos compañeros de viaje para hacerlo más ameno. Esta semana, uno de esos días de tormentas, dos olas grandes pegaron contra el barco y trajeron consigo a un pájaro pequeño, aturdido pero vivo. Antonio nos contó a través de su blog de noticias “le metí para mi humilde morada, un secado rápido, una tarde de spa, buena siesta en mi amplia cama, y por la tarde, confiando que no tenga nada roto, comprobé que estaba bien. Probé a ver si volaba, y salió como un cohete”. El pájaro agradecido por sus cuidados a la mañana siguiente ya estaba revoloteando por la zona.
Son muchas las incertidumbres y mucho lo que aún puede pasar en la Rames Guyane 2014. El español sigue fiel a su espíritu animoso y aventurero, y como él mismo informa “aquí no hay quien se aburra”. Tras más de un mes de competición, nota la experiencia y cada vez se anticipa mejor a las circunstancias.
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