Carlos Soria, tapicero de profesión y alpinista por devoción, afronta a los 76 años el doble reto de coronar los ‘ochomiles’ Annapurna (8.091 metros) y el Dhaulagiri (8.167 metros), dos de las montañas más difíciles de la cordillera del Himalaya, dentro de su proyecto de convertirse en el alpinista de más edad en hollar los 14 ochomiles del planeta. Para ello tendrá que ascender también el Shisha Pangma (Tibet).
Es algo que solo han conseguido tres españoles, Juanito Oiarzabal, Alberto Inurrátegui y Edurne Pasaban, eso sí, con una edad mucho menor. Carlos partió hacía Katmandú el 14 de febrero para aclimatarse en el Valle del Khumbu. Desde allí nos atiende y reconoce que “hay más nieve de lo que esperaba” mientras asciende picos de menos altitud para acostumbrar al cuerpo.
El 5 de marzo estará ya en el campo base del Annapurna y quiere hacer cumbre a primeros de abril para después ir al Dhaulagiri. Para ello tendrá una ayuda especial porque en esta expedición le acompañará Jordi Roca, nombrado mejor repostero del mundo en 2014, quien ha diseñado los menús de esta Expedición BBVA.
Los hermanos Roca regentan un afamado restaurante en Girona y en los últimos meses han llevado a cabo un exhaustivo proceso de investigación para diseñar una dieta adaptada a las condiciones de la montaña. Jordi Roca llegará hasta el campo base del Annapurna a 4.200 metros de altura.
Comida liofilizada por primera vez a la montaña
Carlos Soria visitó su restaurante, El Celler de Can Roca, para intercambiar impresiones con los cocineros que trabajan en diferentes líneas de investigación culinaria. Una de ellas, la liofilizacion, será la gran protagonista de un menú histórico y vanguardista, especialmente diseñado por Jordi Roca desde sus fogones en Girona, y que será cocinado por los miembros de la expedición en su camino hacia la cumbre del Annapurna.
La liofilización es un proceso en el que se congela la comida y posteriormente se introduce en una cámara de vacío para realizar la separación del agua. De esta manera se elimina el agua desde el estado sólido al gaseoso del ambiente sin pasar por el estado líquido. Para cocinarlo en la montaña solo será necesario el agua, lo que facilitará el proceso en el campo base. “Jordi ha preparado cosas liofilizadas a las que solo hay que añadirles agua. Lo hemos probado en Girona y lo mejor será probarlo allí”.
Para nosotros ha sido todo un reto diseñar productos que conserven el nivel de nuestra cocina a pesar de las condiciones en las que cocinan a tanta altura”, señala Jordi Roca. “Estamos trabajando en una línea de menús liofilizados que la expedición pueda llevar durante los ascensos. Carlos podrá tomar arroz con perdiz, sopa de ajo o sepia con guisantes a más de 7.000 metros de altura.
Jordi Roca también aprenderá de cocina
El día 27 de febrero llega Jordi Roca a Katmandú y junto a Carlos Soria volará hasta Sama, un pequeño pueblo de 500 habitantes localizado en el Valle del Manaslu, a 3.500 metros de altitud. Allí visitarán el proyecto solidario de BBVA en la escuela del pueblo. “Con los niños a los que ayudamos, Jordi hará una chocolatada y una arroz con leche”, cuenta Carlos Soria.
También serán unos días de aprendizaje para uno de los mejores cocineros del mundo. «Estaremos con las mujeres viendo como cocinan y nos mostrarán los secretos de la cocina nepalí. De allí iremos al campo base del Annapurna y Jordi Roca compartirá tres días con nuestro cocinero Nathi Sherpa. Él utiliza bidones con hielo para conservar la carne, fabrica hornos con ollas y piedras calientes… cosas a las que no estarán acostumbrados en el mejor restaurante del mundo”, comenta Carlos Soria.
El menú del campo base es apetecible
El menú habitual en el campo base está compuesto por “arroz, pollo, carne e incluso pescado. También chapatis, que son como tortas de pan. Huevos siempre hay y nunca falta el jamón”, explica el veterano alpinista español.
Lo más importante en las ascensiones es la hidratación del cuerpo porque a partir de cierta altura los alpinistas apenas sienten hambre, lo que puede convertirse en un arma de doble filo. Carlos Soria reconoce que “cuando te aclimatas vas teniendo hambre hasta los 6.000 o 7.000 metros. Allí lo más importante es beber. Tomamos caldos con arroz, queso blanco, atún, chocolate y otros caprichos que apetecen allí arriba. El agua lo calentamos con un infiernillo sobre la nieve”.
Para Jordi Roca será una “bonita aventura. Se está preparando físicamente para no tener problemas, aunque tenemos médicos y está ilusionado. Realmente será una bonita experiencia para todos”, finaliza Carlos Soria.
Carlos Soria: http://www.carlossoriaalpinista.com/
Fuente: EFE