Cuando el 22 de febrero de 1965 Walter Bonatti se retiró del alpinismo extremo con una última ascensión en solitario a la cara norte del Cervino, el mundo parecía ya inmerso en otros derroteros. Bonatti tenía entonces 35 años y en tan sólo 15 años había conquistado las paredes más difíciles del mundo y con su legado se había convertido en no menos que en una leyenda.
Por desafiar a lo imposible pero también por su ética y su profundo amor a las montañas, el suyo fue un viaje duro y apasionante hacia sí mismo. Pero Bonatti, angustiado por las rivalidades, los descréditos y las falsas acusaciones, y aún en el cenit de sus fuerzas y de su popularidad, quiso seguir fiel a sus principios y buscó transferir en otros horizontes las mismas vivencias de aventura, autenticidad y belleza que tantas veces había recibido de sus montañas.
Cuando yo, con 13 o 14 años, leí por primera vez el libro “Montañas de una vida” de Walter Bonatti, mi padre no me regaló tan solo un libro de alpinismo, sino que me obsequió con el más valioso de los regalos: la capacidad de hacerme soñar. Y os prometo que pocas veces he vuelto a sentir esa fuerza y esa certeza en mi interior, como cuando crees haber vislumbrado a la persona que te gustaría ser. A un igual.
Jordi Camprubí Ruiz
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Walter Bonatti: https://es.wikipedia.org/wiki/Walter_Bonatti