Después de tres intentos, Tita Llorens se ha convertido en la primera nadadora del mundo en atravesar a nado el canal que separa Ibiza de Mallorca sin utilizar neopreno. Completó los 84,3 km en 28 horas y 13 minutos a una velocidad media de 2,75 km/h.
La parte más dura de este reto ha sido su preparación, el hecho de compaginarlo con mis 8 horas de trabajo y mi edad.
Ahora tengo 46 años a punto de cumplir 47, me he demostrado a mí misma que soy tozuda, constante y perseverante.
He demostrado que se pueden lograr grandes cosas con trabajo e ilusión. Lo más difícil ha sido levantarme después de una y otra derrota y volverme a levantar, sabiendo que en ese segundo intento había dado el 200% de mí.
Al cabo de pocas semanas mi cabecita volvía a pensar que lo tenía que intentar nuevamente.
Me repetía a mí misma que mi trabajo era el correcto y estaba preparada para nadar los 83 km, ahora tan sólo era cuestión de suerte.
Día 15 de julio a las 3’30 de la madrugada, llegábamos a Sa Punta Grossa o Punta d’en Jonc por tercera vez.
Habíamos salido de la Playa de Talamanca, hora y media de camino hasta llegar ahí, íbamos con el velero que nos acompañaría durante toda la travesía.
Suelo marearme en barco por esa razón me vi obligada a tomarme una Biodramina, no sé si estaba caducada o era sin cafeína pero me produjo mucho sueño durante todo el trayecto.
En cuanto llegamos y ya con el velero parado, todo mi equipo empezó a funcionar.
Siscu Pons y Tere Villalonga prepararon los kayaks, Sofía Moll me untó de lanolina y vaselina dejándome una buena capa porque serían muchas horas en el agua.
Fueron Toni Huguet, Jaume Pons y Selina Moreno, los encargados de iluminar con sus frontales mi cuerpo para que Sofía me acabara de repartir la crema.
También estaban allí, el patrón, Guiem Bosch, la fotógrafa Mireya Pons con su cámara preparada para captar las mejores imágenes y mis nadadores acompañantes, José Luis Larrosa, José Garijo y Martí Riera.
Todos expectantes por ver por primera vez un reto de estas características. ¡Todo un equipo pendiente de mí!
Antes de tirarme al agua vi un pez volador en la superficie, lo primero que pensé, era si sería un mal presagio pero no le di más importancia y me lancé.
Me tiré con miedo, miedo de encontrarme con lo mismo del año pasado, pensaba ¿y si me encuentro con medusas a primera hora? ¿Y si me pican? ¿Y si esta vez que es la tercera no es la vencida? ¿Y si no nado ni dos horas?…
A las 4h 13’ me tiré al agua con todos mis temores. Fui a tocar tierra para empezar la travesía.
Empecé a nadar muy lenta y con una brazada corta, casi sin deslizar.
Siscu me insistía en que alargara la brazada, me costaba verlo, yo estoy siempre muy pendiente de su cara y de su expresión.
Su mirada me dice lo que hay, si es bueno o malo, siempre va a mi izquierda, por el lado que respiro y Tere va a mi lado derecho.
De vez en cuando miro que ella esté ahí y más en la oscuridad, es entonces cuando más los necesito.
Cuando llevaba una hora en el agua se tiró Toni, él había programado los turnos que harían mis compañeros para nadar a mi lado.
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