De todos es sabido que Nasser Al-Attiyah no tirará la toalla en ningún momento hasta llegar a Rosario. Se encuentra demasiado lejos de la cabeza como para esperar terminar en lo más alto del podio del Dakar, pero el catarí está afrontando día tras día las etapas con la intención de hacerlo lo mejor posible y, visto lo visto, la estrategia funciona. La primera parte de la especial nos regaló un duelo maravilloso entre Sébastien Loeb y Stéphane Peterhansel, los dos pilotos oficiales de Peugeot, aunque al final se dejaron robar la cartera por el defensor del título.
Sin presiones y libre de ataduras, Al-Attiyah superó primero a Loeb y después a Peterhansel. Monsieur Dakar, que hasta entonces luchaba a brazo partido con su compañero de equipo, decidió levantar el pie al final de la etapa y dejaba escapar algunos minutos con intención de mantener la cabeza fría y proteger el motor en previsión de un final de rally que, de momento, se presenta poco diáfano. Por su parte, Loeb ha intentado seguirle el ritmo al piloto oficial de Mini, pero ha faltado un pelo para que acabara perdiéndolo todo de verdad. A dos kilómetros de meta, una pieza de la transmisión de su DKR 2008 pasaba a mejor vida y el alsaciano ha tenido que cruzar la línea de meta a remolque gracias a la ayuda providencial de Cyril Despres. La prueba de que el nonacampeón del mundo ha arriesgado al máximo sin medias tintas es que, a pesar de la avería y de verse remolcado, ha llegado con 1’09» de ventaja sobre Stéphane Peterhansel.
En la general, Stéphane Peterhansel (Peugeot) conserva más de 51 minutos de ventaja sobre Al-Attiyah (Mini) y 1h17’24» sobre Giniel de Villiers (Toyota). En principio, una renta más que cómoda para llegar a Rosario, aunque es cierto que, de puertas para adentro, los problemas recurrentes de los DKR 2008 seguro que hacen mella en la serenidad exhibida.
En la categoría de motos, Toby Price (KTM), líder de la general, también ha seguido controlando hoy a sus rivales. El australiano ha seguido el ritmo de sus adversarios antes de meter cuchara en la segunda parte de la etapa. Esta tarde, el piloto oficial de KTM ha engordado su ventaja y cuenta ya con más de 35 minutos de ventaja sobre Štefan Svitko. Por su parte, Paulo Gonçalves (Honda) se ha visto obligado a abandonar por culpa de una caída.
Ahora bien, el duelo que ha centrado todas las miradas ha sido sobre todo el de Antoine Méo, cuarto en la general esta mañana, con Pablo Quintanilla, tercero. Separados por 1’15» al tomar la salida, los dos pilotos han combatido en buena lid. Aunque en algún momento de dificultad se ha pensado que Méo acabaría por capitular, el francés ha acelerado el ritmo aprovechando los problemas del chileno con el freno trasero.
Un golpe de suerte para el pentacampeón del mundo de enduro que dejaba a su adversario a 2’38» en la llegada a meta. Štefan Svitko solo ha podido ser quinto en la etapa de hoy a más de 12 minutos del piloto galo, motivo de sobra para inquietarse. En la segunda posición de la general, apenas le quedan 8’23» de ventaja sobre el francés. Cuando quedan dos días para alcanzar la meta de Rosario, la pregunta es obvia: ¿podrá Antoine Méo salir en busca y captura de Svitko? He ahí uno de los desafíos que se anuncian más emocionantes para esta recta final del Dakar.
En la categoría de camiones, Eduard Nikolaev se impone por delante de Versluis y de Van Genugten, mientras que, en la general, Gerard de Rooy (Iveco), sexto en la etapa de hoy, protege su posición con 1h09′ de ventaja sobre Ayrat Mardeev (Kamaz) y 1h45′ sobre Federico Villagra (Iveco).
Por último, en quads, carrera que ha quedado detenida en el CP2 (km 243), Alejandro Patronelli ha vencido a Brian Baragwanath (a 59 segundos) y a su hermano Marcos (a 1’16») conforme a las diferencias medidas en el CP4 (km 396). Si acabaran validándose estos cronos, la carrera volvería a ponerse al rojo vivo con Alejandro a 18 segundos de su hermano.