Una vez más, nos ponemos el dorsal para una carrera para el Desafío Lurbel. Era mi principal objetivo de este año, después de finalizar el UTMB en el 2015 y durante casi 4 meses en el dique seco por falta de fuerzas y de motivación.
¡Además el Desafío Lurbel es en casa! concretamente en las montañas de Alicante donde me estrené en un Ultra Trail allá por el año 2.010. Todo eso es motivación extra para conseguir terminar esos 120 kilómetros con 7.000m+.
La salida del Desafío Lurbel es a las 22h del viernes 11 de noviembre. Somos pocos participantes, unos 190 inscritos inicialmente pero al parecer salimos solo 130 corredores. Y de ellos terminamos 108, lo que viene siendo un 25% de abandonos. Rafa y yo salimos de los últimos, participamos en la modalidad de equipo mixto. En los primeros kilómetros se puede correr y cada uno se va colocando en su sitio. La primera subida es a la Sierra Cortina, donde una vez arriba vemos todas las luces de Benidorm a nuestra derecha. Impresiona, sí, pero bonito no es. Bonito sí que es el cielo y la luna que nos espera una vez perdamos de vista esta contaminación lumínica de la ciudad.
En el km. 15 está el primer avituallamiento, donde paramos a rellenar los bidones, comer fruta y algún trocito de chocolate. Empieza la primera de las 3 subidas “reina” de este Desafío Lurbel, el Puig Campana, 1.000 metros de desnivel positivo en poco más de 3 km. Lo he subido muchas veces, en carrera, entrenando… pero sigo sin aprender que si te pasas, lo acabas pagando. Y eso me pasó. Empezamos la subida a un ritmo suave, detrás de un grupo de unas 5-6 personas. Pero para mí era demasiado lento, no pretendía esprintar subiendo, pero sí darle un puntito más. Así que adelanté a 3 o 4 de ellos y Rafa me siguió, poniéndose delante de mí. Y cuando llegamos a la canal de subida, lo perdí. Una pequeña pájara empezaba a asomarse, así que bajé el ritmo y pegué un traguito a un gel 226ERS de cafeína para espabilarme y poder llegar al pico. En los últimos metros antes de coronar hace muchísimo frío, pero por no pararme a ponerme los guantes, continuamos hacia bajo para estar menos expuestos al viento. La bajada tiene tramos técnicos donde hay que ir con más cuidado. Una vez pasados estos tramos alargamos zancada y corriendo llegamos al siguiente avituallamiento, en el Helipuerto de Polop, km. 27.
Llegar hasta allí se hace entretenido, con una última bajada que deja a Rafa un poco tocado del pie, ya que sufre fascitis. Llegamos y vemos a Santi, un compañero de Alcoy, quién se retira por lesión. Miro la cara de Rafa… si hubiera ido solo se habría quedado allí… Intento despistarle y seguimos hacia el siguiente punto de control. Llegar hasta el km. 40 se hace bastante pesado, el recorrido es por un tramo de pista en subida haciendo eses y se tarda en ascender. Vamos hablando, intentando que Rafa no piense en lo que le duele; pero es inevitable.
Llegando al avituallamiento del Pas del Comptador, Rafa decide retirarse. Yo le animaría a seguir si quedaran sólo 15-20 km; pero quedan 80 y es lo único y lo más sensato que puede hacer. Nos despedimos, son las 5:30h de la mañana y empieza una nueva carrera para mí. ¡Luchar con y contra mi cabeza para llegar a la meta!
Voy con fuerzas y en la subida antes de llegar a Benimantell llevo un buen ritmo para adelantar a algunos corredores. Coronamos a 1.100 metros aprox. y empieza la bajada hasta el pueblo. La primera parte es técnica y luego se abre un poco más a una pista, por la que se puede correr bien. Tengo el frontal con poca batería pero sigo no quiero pararme. Llego a Benimantell donde tenemos una de las bolsas de vida, llevamos solo km. 48, no he metido mucho cosas en ella: energético 226ERS para rellenar el bidón y una camiseta de recambio. Como un sándwich y fruta y sigo en carrera.
Empieza a amanecer y las vistas son espectaculares. Voy dirección hacia la impresionante Serrella, subimos hacia la Mallada del Llop por la canal, un tramo precioso y duro. Antes de desviarnos para coronar, veo a un/a corredor/a que se ha equivocado de camino y seguía hacia abajo; le aviso y cambia de rumbo. Todo ese tramo de Mallada del Llop, Pla de la Casa y la bajada hacia el Recingle Alt (bajo del pico Serrella) lo hago completamente sola. ¡Mentira! me cruzo con algún excursionista. No son tramos complicados, pero se echa un poco en falta saber que hay alguien ahí.
La primera parte de la bajada hacia Confrides es bastante técnica y me alcanza Gemma Avellí, una gran corredora catalana de Ultratrails que admiro. Se había perdido hacía unos kilómetros y por eso va detrás de mí. Vamos un rato juntas pero su ritmo es algo más rápido que el mío y aún queda mucha carrera por delante. ¡Prefiero que tire ella!
Faltando un kilómetro para llegar al avituallamiento, oigo una voz mirándome desde enfrente… ¿Jessi? Levanto los bastones saludando. Y la voz sigue: “Ole mi campeonaaaa”, cuando me acerco y veo a Mayte ¡me da un subidón! Mayte es una amiga-guerrera que se ha venido sola a animarme. ¡Es un sol! Me acompaña hasta el avituallamiento del km. 77’7 del Desafío Lurbel y mientras me cambio de ropa (era la segunda base de vida), ella me rellena los bidones y me prepara la mochila. Estamos un ratito hablando mientras pasta y un trozo de pizza frío.
Gemma sale mientras estoy comiendo y ya no la veré hasta meta ¡qué máquina! Finalmente salgo hacia la Aitana y Mayte me acompaña un ratito. Es un lujo tener a gente cerca y más cuándo hay pocos corredores y pasas horas sin hablar con nadie. Nos despedimos con un fuerte abrazo y empieza la pesadilla hacia la Aitana. La subida era prácticamente toda por pista y se hizo muy pesada. Encima no tenía cobertura en el móvil para escuchar música y el mp3 se había acabado la batería.
Siguiente avituallamiento en la Font de la Forata, km. 85 donde me paro un ratito a hablar con los voluntarios, ¡necesito hablar con alguien! Me comentan que la subida hacia el Pico de la Aitana se hace más entretenida. En este tramo nos unimos los de la carrera de 85km y la de 120km; me va adelantando alguien de vez en cuando.
A pocos metros de coronar el pico más alto de la provincia de Alicante (1.558m), oigo otra voz que me llama desde arriba, y es el fotógrafo Pedro de la Torre, que por amor al arte de la fotografía, estaba allí para inmortalizar nuestro paso. ¡Muchas gracias por la foto, Pedro! Tras hablar con él y con Víctor Cerdá, que también está allí como parte de la organización, empiezo la bajada hacia Sella. Hay tramos técnicos, mucha pista y una última bajada casi vertical de unos 500m de desnivel donde hay que andarse con mucho ojo, mucha cabeza y muchas piernas. De estas ya quedaban menos… después de casi 100km de carrera. Abajo me esperaba otra sorpresa… estaba Kiko. También los Aper’s Noelia, Javi y David (A To Trapo). Saludo a todos y bajamos hacia el pueblo, empezamos a oír un cencerro ¡es Lucía con Arnau en la barriguita!. ¡Qué subidón con tanta gente a la que quiero! En el avituallamiento recargo agua y como algo, aunque a estas alturas ya no me apetece nada. Son las 17h de la tarde, justo la hora a la que esperaba llegar por allí si todo iba bien.
Ya sólo quedan 18 km a meta y 700m de desnivel positivo. Estos primeros kilómetros de salida del pueblo son por asfalto y por pista, bastante aburridos… pero Kiko, Noelia y Javi me acompañan un buen tramo y hablando pasa más rápido. Casi no corro nada, me despido de ellos y me quedo sola. Bueno sola no, con la luna que ya estaba asomándose. En ese momento me empiezo a emocionar. Pensaba en la gente que tengo cerca, que se les veía muy ilusionados por estar ahí, otra gente que no había podido venir pero me estaba animando mucho a través del whatsapp. Me sentía querida y eso me emocionaba mucho. Pero no es momento ahora, que sino me coge un nudo en la garganta y no puedo correr. Me obligo a sacar esos pensamientos de la cabeza y a correr hasta el siguiente avituallamiento, para llegar lo antes posible a meta.
Última subida hasta el Pas de la Rabosa y bajada hacia el Coll de Pouet (por aquí habíamos pasado hacía unas cuantas horas, en el km. 22); pero esta vez tomamos el camino hacia Finestrat. Este tramo lo conozco, me gusta esta bajada y la quiero disfrutar pero tengo un dedo que me hace bastante daño… así que me pongo la música y al ritmo de Izal, Vetusta Morla, Miss Cafeína… voy bajando y cantando.
Durante los últimos 7 km del Desafío Lurbel me adelantaron unos 2 o 3 corredores de la carrera de 85km; pero tampoco me importaba. Mi objetivo era llegar a meta y pensando que tardaría unas 24h estaba contentísima viendo que llegaría antes de las 23h.
Últimos metros antes de llegar al pueblo, nos desvían, no pasamos por la Font del Molí… por si acaso está Kiko, le llamo y me dice que está esperándome en la salida de la senda por donde llegamos. ¡Qué ganas de verle y de llegar! Majo, Ali, Anabel y Rafa están esperándome en meta.
Al final cruzo la meta del Desafío Lurbel en 22h27’, 3ª de la general femenina y 1ª sénior. El resultado es lo que queda de cara a los demás, yo me quedo con la gente que tengo cerquita, que cree en mí y me apoya en estas locuras.
Como resumen del Desafío Lurbel comentar que el balizaje era perfecto; el recorrido es precioso aunque con mucha pista pero que es necesaria para pasar de una montaña a otra. Los avituallamientos bien, pero con poca variedad. Cuando llevas tantas horas te apetecen sabores diferentes. Pocos voluntarios durante la carrera, sobre todo en algún tramo técnico y algún cruce; aunque como llevábamos el GPS, si alguien se hubiera perdido habría sido fácil de localizar. Y muy pocos participantes por ser la prueba de Skyrunner National Series.
Jéssica Mataix