Algunos estarán más nerviosos el día 23 de febrero que el día que se sortea el Gordo de Navidad. Ese día, en el Ayuntamiento de la pequeña localidad de Zegama, en el corazón de Euskadi, se sortearán 225 de los 500 dorsales disponibles para la Zegama Aizkorri, la maratón de montaña más icónica del mundo.
Antes, se habrá abierto un periodo de inscripciones (16 de enero-3 de febrero) para lo que parece una maratón de montaña común: 42 kilómetros con 2.750 metros de desnivel positivo recorriendo el macizo de Aratz y la sierra de Aizkorri, en Guipúzcoa. Sin embargo, para los 7.456 preinscritos del 2016, Zegama Aizkorri significa mucho más. A la mayoría, les cuesta explicar en palabras qué significa esta prueba, donde los auténticos protagonistas no son los corredores, sino el barro, la meteorología y los cientos de personas que salen al monte a animar a los corredores.
La verdadera maratón de Zegama Aizkorri empezará con la preinscripción este próximo lunes y hasta el 3 de febrero, pues sólo 1 de cada 25 preinscritos logrará acceder a uno de los 500 preciados dorsales que se sortearán este año. El año pasado, en tan solo 24h se preinscribieron 3.926 personas, y se espera que este año las cifras sean parecidas.
Las inscripciones para el Kilómetro Vertical y las preinscripciones para el maratón se podrán efectuar online en la web de la prueba.
El kilómetro vertical, en el punto de mira mundial
Por tercer año consecutivo, los cuádriceps de 200 corredores se medirán a los 5,2km y 1.200m de desnivel que separan la plaza de Zegama de la cima del Iraule, en lo que se está convirtiendo también en un clásico: el kilómetro vertical. Este año, además, se refuerza entrando a formar parte del circuito mundial de las Skyrunner World Series.
Hace ya años que al frente de esta aventura está Ainhoa Txurruka, la directora de la prueba que explicaba: “Estamos muy contentos un año más de ver que Zegama Aizkorri es una carrera marcada en rojo en el calendario de tantos corredores. Este año nos hace especial ilusión poder seguir potenciando el kilómetro vertical. A los corredores que finalmente puedan tener dorsal les diría que vengan y ¡que se abriguen! Pero también que lo disfruten, que vivan el momento, el ambiente y que vivan esta fiesta, que es nuestra gran fiesta”.
Así, el 23 de febrero, los cientos de corredores inscritos se sentarán delante del ordenador con su “Alea jacta est” particular. Y es que la suerte ya estará echada para todos.
Fotografía de Lymbus