SPORTVICIOUS TEAM FINISHER DE LA PIERRA MENTA 2017

Ayer se disputó la última etapa de la Pierra Menta 2017, como era de esperar, una de las más bonitas y divertidas de las cuatro etapas que componen esta competición.

El público se vuelca animando, gritando y dando soporte a cada uno de los corredores. El ambiente hace subirte en una nube, te arrastra hacia la cima. El dolor muscular y el cansancio desaparecen al ver toda esa gente dándote ánimos y gritando sin cansancio “allez, allez”.

La etapa tuvo que ser modificada por el riesgo de aludes. La organización preparó un recorrido de 2.750 metros de desnivel positivo, esta vez no llegamos al Grand-Mont, nos quedaremos en la ante cima, para realizar un bucle de dos subidas por los alrededores. Lo que no acabamos de entender es porque la organización cuando comunica el perfil y los cambios indican menos metros de los que realmente acabamos realizando al final de cada etapa.

Antes de finalizar la segunda subida y sumando casi los dos mil metros de altitud positiva nos prepararon una sección técnica donde tuvimos que utilizar la cuerda disipadora junto con el arnés, para evitar posibles caídas. Instantes antes de llegar a la arista, divisamos a un grupo de corredores realizando una larga cola para poder acceder a esta sección. Esperamos más de 20 minutos a que nos tocara nuestro turno.

Aunque el día era soleado y con calorcito, el viento que soplaba y la repentina parada, hacía que el sudor del esfuerzo para llegar a este punto cogiéramos frío en el cuerpo. Llevamos ropa de abrigo pero nos resultó imposible utilizarla porque en la mochila llevábamos los esquís colgando y para acceder a la ropa tendríamos que sacarnos primero los esquís y había posible caída de ellos por la ladera. Los primeros clasificados no han tenido que esperar pero el grupo de atrás ha sufrido estas consecuencias.

La bajada era para disfrutar pero la concentración y el cansancio hace que te olvides del paraje donde estás, de vez en cuando levantas la cabeza y a lo lejos se levanta el majestuoso Mont Blanc, la cima más alta de Europa. Todo el mundo espera que esta etapa sea para el disfrute de los corredores, pero antes de llegar a realizar la transición para afrontar la tercera subida y penúltima, el corredor que me precede hace un movimiento raro y se rompe el pie. ¡Qué mala suerte!

En mi caso, las heridas en los pies hace insoportable los ascensos a las cumbres pero no es momento en pensar en el abandono de la carrera. Así que con una sonrisa de oreja a oreja tocó sufrir para ser finisher de la mítica Pierra Menta.