El pasado 2 de abril de 2017 se disputó la quinta edición de la Romànic Extrem, Oscar Tomàs fue uno de los afortunados que le tocó un dorsal del sorteo que realizamos en nuestra página web. Oscar corrió en la modalidad de media maratón de la Romànic Extrem y nos manda su crónica.
«Tan sólo llegar al Valle de Bianya el sábado por la tarde, ya tuve el presentimiento de que la carrera no sería una carrera cualquiera. Al entrar en Hostalnou de Bianya, rápidamente vimos a mano derecha el centro cívico, emplazamiento destinado para recoger los dorsales. Ya se olía el ambiente de competición.
Una vez recogido el dorsal hicimos un paseo por el pueblo, fijándonos en las hermosas montañas que rodean el valle de Bianya y ya pensando en la carrera del día siguiente.
El domingo despertó frío y brumoso (2 grados a las 7:00h de la mañana en Olot), desayuno en el hotel y a las 8:15h salimos hacia Hostalnou de Bianya, sólo entrar en el pueblo ya nos indican hacia dónde tenemos que aparcar. Dejamos el coche y nos dirigimos hacia la carrera.
La salida de la Romànic Extrem estaba en la zona deportiva del pueblo, una explanada de césped donde también se encontraba el bar (ya habían encendiendo las barbacoas…), una carpa de masajes, un inflable para niños y un par de carpas más. La verdad es que el lugar es perfecto, vistas a las montañas, espacioso, etc…
8: 55h. me coloco en la zona de salida y después de un breve briefing por parte de la organización, cuenta atrás y salida; empiezo a correr con una sola consigna: ¡disfrutar de la carrera!.
Un primer tramo de pista nos adentra hacia las montañas del valle y rápidamente llegamos a la primera subida, la Cresta de Puigsolana. Después de la lluvia del día anterior el suelo está blandito y en algunos tramos el terreno está resbaladizo. Desde un primer momento me quedo maravillado de los bosques que estamos atravesando, senderos de subida y de bajada. Pasamos por Sant Martí de Capsec y enfilamos hacia la subida reina de la carrera, hacia Sant Tomàs, donde nos encontramos con un avituallamiento a mitad de la ascensión, que me perfecto para coger fuerzas y finalmente alcanzamos la cima.
Desde este punto tenemos unas vistas del valle de Bianya impresionantes, incluso llego a parar un minuto para disfrutar de esas bonitas panorámicas. Cresteamos un rato y iniciamos el descenso, se trata de una bajada técnica, donde los árboles nos ayudan a no coger demasiada velocidad.
Un poco de trote y de nuevo volvemos a subir hacia el Coll de la Barcadura; las piernas empiezan a estar tocadas. Volvemos a reiniciar un descenso, de nuevo una bajada técnica y rápida que te acaba de destrozar las piernas y para rematar volvemos a subir la Cresta de Puigsolana. Aquí si que mis piernas me dijeron basta… menos mal que ya estábamos en el kilómetro 18… Bajo suave de la cresta y comienzo a trotar suavemente para evitar los calambres… ya siento la música de la llegada ¡Ya estamos !
Una vez sentado en el césped con el bocadillo de butifarra y una cervecita, le comento a mi mujer que ha sido una carrera, tanto por el recorrido como por la organización, ¡impresionante!.
¡El año que viene volveremos Romànic Extrem!»
Oscar Tomàs