La disciplina del Kinesiotape recibe varios nombres, si buscamos actualmente hay una amplia bibliografía sobre el Vendaje Neuromuscular, el Kinesiotaping, Kinesiology Taping, el Vendaje Neuromiofascial, Medical Taping. En este artículo siempre nos referiremos a él como Kinesiotape o VNM (vendaje NeuroMuscular). A la par, dicha disciplina cada vez es más utilizada en diversas especialidades de la medicina como fisioterapia, podología, medicina deportiva, traumatología, e incluso logopedia.
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Breve historia del Kinesiotape y sus orígenes
El primer estudio del VNM data de mediados de los años 60 de la mano de los doctores Murai y Kenzo Kase (este último con una amplísima bibliografía sobre la materia que nos ocupa). A mitad de la década de los noventa el Kinesiotape llegará a EEUU, y no será hasta finales de esta misma década cuando en Alemania y Holanda se empiece a introducir en el mundo del fútbol y por lo tanto se asiente en Europa de la mano de Alfred Nijhuis.
Así pues, la cronología nos confirma que se trata de un método relativamente joven y en constante revisión por parte de los terapeutas que la aplican; aumentando así, cada vez más los diferentes campos y disciplinas médicas donde se puede aplicar el Kinesiotape VNM.
¿Cómo funciona el Kinesiotape VNM?
Según Kineweb.es “El vendaje neuromuscular ayuda a nuestro organismo a activar su propio proceso de autocuración sin alterar la movilidad y facilitando la circulación. El vendaje da la información y es el cuerpo quién la interpreta y actúa. Por tanto, cuando hablamos de kinesiotape, hablamos de un método completamente natural”.
La Certified Kinesio Taping Practitioner© (CKTP©) cita en su web que: “El kinesiotape o VNM tiene sus orígenes en las ciencias de la Quiropraxia y la Kinesiología. Según estas disciplinas, el movimiento y la actividad muscular son imprescindibles para mantener o recuperar la salud. La musculatura es necesaria para el movimiento, pero además, también influye en la homeostasis o equilibrio global del organismo al actuar directamente sobre el sistema sanguíneo, sobre el sistema linfático y sobre la temperatura corporal. Por tanto, si la musculatura no funciona bien, puede provocar síntomas y patologías en otros sistemas del organismo.
El Dr. Kenzo (quiropráctico y kinesiólogo), investigaba cómo ayudar de forma natural a la recuperación de los tejidos dañados. Experimentó con los vendajes y técnicas tradicionales, pero encontraba limitaciones en sus aplicaciones, ya que el tape aportaba estabilidad y soporte a las articulaciones, pero tenía otro tipo de efectos negativos tales como congestión venosa y linfática, limitación de la movilidad, aparición de rigidez, fibrosis y adherencias…
En comunión con sus ideas y con las experiencias adquiridas del uso del taping convencional, ideó un tipo vendaje elástico que podía ayudar en la función muscular sin limitar los movimientos corporales. Para el desarrollo de este tipo de vendaje, fue muy importante no sólo el estudio de los músculos, sino también el estudio de la piel, ya que se trata de un órgano reflexógeno muy importante. Posteriormente, con el estudio en profundidad de las fascias, las bases teóricas del kinesiotape o vendaje neuromuscular han ido adquiriendo más fuerza.
¿Qué beneficios aporta el Kinesiotape?
Podemos afirmar que son tres los beneficios o acciones que realiza en Kinesiotape en nuestro organismo:
- Circulatorio
- Analgésico
- Neuromecánico
- Efecto circulatorio
La aplicación del vendaje, teniendo en cuenta la tensión y la presión con la que lo hagamos, hará que la piel se eleve y forme unos pliegues cutáneos superficiales llamados ondas, que aumentan el espacio celular subcutáneo.
En este espacio encontramos capilares sanguíneos y linfáticos, que de esta forma hará que aumente la circulación de la zona.
- Efecto analgésico
Cuando aplicamos una banda de Kinesiotape en la zona de un músculo, provocamos la disminución de la presión en general, pero más concretamente de los mecanorreceptores (receptor que estimula la contracción del músculo). Al provocar este espacio de presión mejoramos la circulación de la zona y por consiguiente el drenaje de la misma y de los detritos tisulares (residuos celulares) y los mediadores inflamatorios.
- Efecto neuromecánico
El Kinesiotape o VNM posee una elasticidad concreta que provoca la retroacción del punto al que se adhiere la piel (punto base). Esta tracción sobre la misma piel y sobre las fascia, tensa la fibras de colágeno, provocando que la fascia más profunda se deslice en sentido de la piel y haciendo que los tejidos ubicados entre ambas capas vuelvan a la posición de reposo. Al relajar la fascia por inervación anatómica provocará el mismo efecto en el músculo que queremos trabajar. Por este motivo, es muy importante la dirección y colocación del Kinesiotape (de origen a inserción o de inserción a origen) para conseguir elongar o acortar el músculo elegido.
Con esta breve introducción podemos, al final, afirmar que la aplicación del Kinesiotape o VNM nos ayuda:
- con una acción analgésica. Disminuyendo el dolor de la lesión;
- acelerando el proceso de “reparación” de dicha lesión al aumentar y activar la circulación y el drenaje de la zona tratada;
- disminuyendo la inflamación y la aparición de hematomas;
- reduciendo la fatiga muscular;
- evitando la adherencia entre fascias al favorecer el movimiento.
Tipos de vendaje
Las vendas o tiras que se utilizan en el kinesiotaping o vendaje neuromuscular se pueden aplicar siguiendo tres técnicas principales.
Aunque en los últimos tiempos han aparecido algunas variantes (en abanico, en malla, pulpo, circulares…), éstas son las básicas:
- Vendaje “I”: se usa una única tira y está indicado para zonas pequeñas o lineales.
- Vendaje “Y”: se usa para músculos grandes.
- Vendaje “X”: se usa también para músculos grandes y largos.
Cualquiera de estos tres tipos de vendaje se puede colocar tanto con estiramiento de la propia tira como sin él, dependiendo del objetivo del vendaje. En este sentido, cuando se opta por el kinesiotaping sin estiramiento, se pretende facilitar la circulación sanguínea y linfática, mientras que cuando se decide estirar la venda antes de ponerla, se intenta que haya una corrección mecánica para que el músculo, articulación o ligamento, trabaje bien. Las tiras se estirarán hasta una determinada longitud dependiendo del tipo de lesión que se deba tratar.
Una vez que colocada la venda, se frota para activar el adhesivo termosensible y que quede bien sujeto a la piel.
El vendaje, puede producir algunos picores durante los primeros minutos tras su colocación, se puede mantener unos 3-4 días y es resistente al agua, por lo que el paciente o cliente puede ducharse sin problemas y sin necesidad de tener que retirarlo antes o protegerlo con plástico.
No obstante, es recomendable no mojar las tiras hasta una hora después de su aplicación para asegurarse de que está bien pegado al cuerpo. Si no es posible esperar este tiempo, existen sprays especiales que ayudan a que la adherencia sea mucho más rápida.
Para quitar las vendas, lo mejor es hacerlo a favor del vello (que normalmente es rasurado antes de ser colocado el vendaje) y sin dar tirones, para intentar evitar la irritación de la piel e, incluso, la rotura de pequeños capilares superficiales. Mojar la venda con agua suele ayudar a su retirada, así como limpiar los restos de adhesivo con un poco de aceite empapado en una gasa.
Francesc Alcon Clotet