Existe un dicho que dice que “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña” y en el caso de Jon Aizpuru se puede decir que literalmente fue así.
Sin apenas conocimiento del mundo del trail no le tocó otra que conocer este mundillo ya que desde hace unos años la Ehunmilak se disputa en su localidad. Literalmente la prueba pasa por delante de su casa.
Primero participó como voluntario, luego en la distancia media (G2H) para ser luego un habitual en la prueba reina hasta conseguir vencer el pasado 2019.
Con alguna secuela física puso rumbo Chamonix, la cual no pudo finalizar por lesión.
Pero ésta ya se había convertido en el objetivo de Jon Aizpuru. Este 2020 Lavaredo Ultra-Trail® y UTMB® están en el punto de mira de Jon Aizpuru.
Ehunmilak, la prueba de casa, tienes ahí una historia de «cero a cien» ahí detrás, cuéntanosla
Desde hace diez años se organiza Ehunmilak, en mi localidad, Beasain, al principio muchos no sabíamos ni lo que era, pero el proyecto fue creciendo y el segundo año desde la organización pidió al equipo de balonmano donde jugaba que echásemos un cable.
Así que allá que nos fuimos, a indicar en cruces, ayudar a la organización y poco más, ni metido en el monte.
Para mí era un proyecto raro y diferente pero había como un mito alrededor de los que corrían.
Hasta entonces además de jugar a balonmano corría un poco, pero nada, carreras tipo Behobia, tratando de ganarle a mi hermano o a mi vecino, creo que tengo 1h25′ para que te hagas a la idea.
Metiéndome en la dinámica, fui conociendo a gente que la había hecho y en 2013 decidí con un par de colegas empezar a entrenarla, cada uno por su lado, e hicimos la G2H.
Hice una carrera un mes antes para prepararme pero nada más, la G2H fue la 2ª carrera de montaña de mi vida.
Hice como 14h 30min y dije que no iba a hacer nunca más algo así.
En 2014 me fui a Australia a trabajar y a vivir un poco la vida.
Corrí alguna por allí, en Australia, otra en Malasia (la corta de Kinabalu, que ya no se hace) y otra en Hong Kong, y a la vuelta.
En 2015 me dije que quería repetir la experiencia, pero la misma carrera no era lo suficientemente atrayente, tenía que ser algo sugerente, por eso decidí hacer la Ehunmilak.
He hecho 5 ediciones desde entonces, acabándolas todas, excepto la 2018 que se cortó, pero llegué hasta donde nos dejaron.
Y cómo fue la evolución
Jon Aizpuru: El primer año fui undécimo, 26 horas y media, en 2016 ya con RaidLight hice tercero en 24h y algo, luego 2 segundos, uno ya bajando de 23h y en 2019 gané con 22h22′ o algo así.
Cada año iba mejorando y anímicamente ir mejorando tus parciales te ayuda a seguir motivado.
Cuando la hice por 1ª vez pensé que la podía hacer en 24h, al siguiente que todavía podía limarle media hora y eso me ha mantenido motivado.
En 2018 sin embargo no me sentí a gusto, fue el año de la cancelación, me metí presión, había hecho 2º y lo normal es pensar en ganar, no lo planteé bien.
Pero en 2019 me liberé de esa autopresión, me preparé mejor, más kilómetros y la experiencia ayudó, sabes dónde exprimirte, los avituallamientos van más rápidos, cómo trabajar con mi hermano Xabi, así que conseguí ganar.
Si te ha gustado la entrevista, visita nuestra sección especializada.
Y ganar frente a uno de los grandes, Javi Domínguez
Jon Aizpuru: Javi es la referencia desde que empecé en esto, los consejos que me ha dado los he interiorizado y siempre he aprendido de él.
Por ejemplo en Mont-Blanc iba 5 min detrás de mí, iba preguntando referencias, es un tío que conoce perfectamente su cuerpo y la carrera, así que pensé que no iba mal de ritmo.
Yo, a diferencia de él, todavía me pregunto que qué hago aquí y él ya ni siquiera se lo plantea ya que está a otro nivel y sabe que va a caer en la tentación de hacer otra ultra.
Lo cierto es que esas preguntas del estilo para qué sufrir o mejor estaba en casa en carrera no te ayudan a progresar cuando sabe que vas a volver, esas cosas me hacen pensar en qué puedo mejorar.
En 2018 hiciste el Grand Raid de Reunión que te marcó
Jon Aizpuru: Reunión es la carrera más dura que he hecho en mi vida.
En 2019 me ayudó en Ehunmilak o en UTMB, cualquier sufrimiento comparado con Reunión se queda en nada.
Fui solo, sin asistencia, la prueba es durísima, un par de caídas, una de ellas barranco abajo, y eso que el día salió bueno.
Se me hizo muy muy larga, el final, la bahía de los Ingleses fue una tortura, sin desnivel apenas, pero vas por un terreno como ir por un rompeolas.
Y en 2019 tenías ya Mont-Blanc en mente
Mont-Blanc se ha convertido en el epicentro del trail.
Fui en 2016 con la Ehunmilak, en su stand, de chiripa porque les falló una persona.
Por primera vez pude ver el «circo» que montan allí, la carrera en sí no es mejor que la de mi pueblo [lo dice en serio], pero la farándula alrededor es espectacular. Ahí me picó y ya para 2019 entraba dentro de los planes.
No fui bien, tenía un problema de tobillo, se me inflamó de una forma que no lo podía ni doblar, me retiré en La Fouly [km 109], iba en el Top 15 o así, fui mucho rato con Zach Miller, y me quedé con la sensación de que son muy buenos pero son humanos.
Me gustó la sensación, el nivel de competitividad medio-alto, muchos en muy poco tiempo, vi que eso era otro nivel, que si te despistas te comen enseguida.
Eso me ha animado a probarme con este tipo de gente, por eso he escogido 2 de las carreras con más nivel, Lavaredo y Mont-Blanc.
Ambas me han influenciado, en Lavaredo ganó Iker Karrera, y la veía como algo increíble, vas descubriendo carreras, Reunión fue igual, las mitifiqué y quiero ir haciéndolas.
Otras como Madeira o Transgrancanaria me pillan algo pronto en cuanto a preparación, pero ya veremos otros años.
Así que estas 2 serán mi objetivo, quizá haga alguna como preparación, para probar geles y demás, verme en carrera e ir probando.