Deporte : Entrenar Sportvicious - Skeeze

Hacer deporte y entrenar son dos cosas diferentes.

Externamente puede parecer lo mismo: montar en bicicleta, salir a correr, nadar unos largos en la piscina, remar en un lago, esquiar…

Sin embargo, realizando exactamente la misma actividad, internamente no lo es.

Deporte

En el primer caso, el objetivo es pasarlo bien y disfrutar de una actividad.

Échale un vistazo al último número de nuestra revista digital Sportvicious en la sección de revista.

Entrenar

Entrenar, busca una mejora de las prestaciones, se enmarca dentro de un programa de actividades cuidadosamente seleccionadas.

Tiene una direccionalidad hacia un hito determinado, ya sea con o sin dorsal.

Plan de entrenamiento – Deporte o entrenar

Mejorar las prestaciones implica conocer el punto de partida. Con la evaluación inicial, somos capaces de detectar los puntos fuertes y los puntos débiles.

Mantener los primeros y eliminar o atenuar los segundos es trabajo del entrenador y del plan de entrenamiento.

Es tan importante la individualización y personalización del plan.

Cada individuo tiene un perfil de prestaciones respecto a las exigencias del deporte que practica y diferentes aspectos a trabajar y sobre los que hacer más o menos hincapié.

El “ecosistema” en el que se debe integrar el plan también es diferente atendiendo a las obligaciones familiares y/o laborales.

Durante la ejecución del plan de entrenamiento, se deben incluir también los tests de evaluación continua. Estos nos permiten valorar la idoneidad del plan respecto a los objetivos a alcanzar.

Se puede ajustar o corregir el plan, atendiendo a los resultados obtenidos respecto a los resultados formulados y esperados.

Evaluación – Deporte o entrenar

Será la propia carrera que preparemos la que nos dirá si hemos conseguido los resultados o no y si el plan de entrenamiento ha alcanzado sus objetivos.

Es necesario puntualizar que lo que nos importará realmente serán los datos conseguidos en la competición respecto a uno mismo.

Estos serán realmente el objeto del análisis posterior y no tanto una posición o un resultado externo.

Éste dependerá más de la calidad de los participantes que no de nuestro nivel y progreso.

Los dispositivos y las herramientas de análisis

Evaluar implica medir y los procesos descritos anteriormente se pueden realizar actualmente con una alta precisión gracias a numerosos dispositivos de medición que están a nuestro alcance.

El problema está en que esta tecnología ofrece una ingente cantidad de métricas que puede llegar a abrumarnos.

Tan importante es tener el dispositivo como saber seleccionar los datos, analizarlos y usarlos para optimizar nuestro entrenamiento y gestionar nuestras competiciones.

Mucha gente es reacia al uso intensivo de los dispositivos de seguimiento en su entrenamiento y prefieren ir por sensaciones.

Se escudan diciendo que tienen poco tiempo, que hacen deporte en su tiempo libre y que no quieren que sea una obligación más.

Si fueran consecuentes, no se exigirían casi como un deportista profesional en sus entrenamientos ni estarían insatisfechos con sus resultados en el caso que no fueran los esperados.

No planificar es estar planificando para fallar

El poco tiempo disponible y hacer del deporte una obligación no deberían ser excusas para tener un plan de entrenamiento y usar los medios tecnológicos deberían ser 2 motivos.

Entrenamiento

Con el entrenamiento se busca mejorar y, de este modo, entrar en el círculo virtuoso que nos permite disfrutar más de la actividad que estamos realizando.

Tecnología

Con el uso de la tecnología se puede dedicar el poco tiempo disponible a conocer y mejorar aquellos aspectos que más cojean y sacar más rendimiento a cada minuto dedicado al entrenamiento.

Cuando uno detecta que cada sesión es un paso adelante y no una sesión más, deja de percibirla como una obligación.

Cuando uno va por sensaciones y sin ningún patrón ni plan de trabajo, es cuando tiene la percepción de que el entrenamiento es una obligación.

Entrenar en la justa medida

Entrenar es una actividad altamente exigente.

De hecho, debe serlo para provocar cambios en nuestro cuerpo que, gracias a los efectos de la sobrecompensación, nos haga mejorar sesión tras sesión.

Independientemente de las condiciones genéticas que determinan en gran medida los resultados de un deportista, su capacidad de alcanzar el máximo potencial dependerá de sus capacidades físicas y psicológicas para soportar las cargas de entrenamiento.

Encontrar este punto justo era hasta ahora ciertamente complicado.

Podía suceder que el entrenamiento superara la capacidad de asimilación, provocando en el deportista un síndrome de fatiga crónica, lesiones o enfermedades debido a sobrecargas o inmunodepresión.

También podía suceder que el entrenamiento no alcanzara los estímulos óptimos, desaprovechando el tiempo disponible y no alcanzando el nivel potencial.

Hasta ahora tampoco teníamos datos objetivos de la carga que representaba cada competición, con lo que nunca sabíamos si estábamos entrenando suficiente ni adecuadamente a las exigencias de cada carrera.

Conviene aclarar que con lo de suficiente me refiero al nivel cuantitativo de estrés que genera una competición. Por otra parte, con lo de las exigencias me refiero a la forma cómo se genera el estrés al finalizar.

La dosis de carga de entrenamiento es un elemento multifactorial. Numerosas variables intervienen en la cantidad de carga de un entrenamiento que un deportista es capaz de asimilar.

Las horas de sueño, la dieta, el estrés familiar, los horarios, la meteorología, etc., intervienen en cuánto (volumen), cómo (intensidad) y cada cuándo (densidad o frecuencia de las sesiones) se puede entrenar.

Ejecución y registro del entrenamiento

Los entrenadores basaban sus planes según los conocimientos, la experiencia, la comunicación con el atleta y el “ojo clínico”.

En función de toda esta información, tenían una idea aproximada de las exigencias de cada prueba.

Se establecían un plan de entrenamiento acorde a ello e iban ajustando las dosis para alcanzar los resultados esperados.

Una vez ejecutados los entrenamientos, había un trabajo importante tanto del deportista como del entrenador para registrar los datos en un diario de entrenamiento.

Estos diarios debían registrar fielmente tanto los datos cuantitativos relacionados con el tiempo de entrenamiento, la distancia realizada, los ritmos…, como los datos cualitativos relacionados con la percepción del esfuerzo y el estado de ánimo del deportista.

El sistema era tan precario que faltaban muchos de los datos que tenemos en la actualidad.

Las herramientas de análisis para poder hacerlos inteligibles de un vistazo y realizar las correcciones en los planes de entrenamiento eran harto complicadas.

El problema es que las decisiones se tomaban en base a percepciones y no en base a certezas.

El método de ensayo-error era la fórmula común de mejora de los procesos de entrenamiento, con la pérdida de tiempo y los riesgos que conlleva.

Tecnología actual

Nos ofrece innumerables dispositivos que arrojan muchísimos datos de forma instantánea.

A partir de estos datos y con las herramientas de análisis podremos dar un paso más allá en la calidad del trabajo como prescriptores/deportistas.

Información objetiva

Esta información queda a nuestra disposición y se puede complementar, según la aplicación que utilicemos, con innumerables datos.

El peso corporal, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial al despertar, la calidad del sueño, etc.

Todo esto no es más que el antiguo diario de entrenamiento pero digitalizado.

Ventaja

Genera informes gráficos de forma rápida, fácil, económica e intuitiva.

Nos dan una idea global de nuestro estado, progreso, evolución futura y capacidad de rendimiento.

Eduard Barceló
Fotografías de Skeeze