Estamos sin duda alguna, ante uno de los inviernos más atípicos de la historia reciente en todos los aspectos debido al Covid.
Este año que ya sucumbió, nos dejó unas estampas dignas de algún guión olvidado de Hitchcock; incluso en el ámbito deportivo.
Sin ir más lejos, y dejando de un lado los deportes de balón y motor, los tres últimos acontecimientos con más público en nuestro continente, La Vuelta, El Tour y El Giro, han sido el espejo de lo que la realidad más cruda, nos ha mostrado éste ya pasado año.
Todo ha estado marcado por eso que llaman pandemia, (o plandemia, según preguntes).
Gran parte del planeta deportivo ha estado parado, a medio o nulo gas.
Las grandes competiciones del mundo del Outdoor han ido cayendo sin remedio bajo la guillotina de la plaga o del terror propagado por las grandes cadenas de televisión.
Han sido muchas las voces que han estado calladas con una mascarilla virtual de oreja a oreja dejando que sean otras las que de una manera u otra decidieran por ellas.
Centenares de pruebas canceladas o en su defecto suspendidas, pendientes de que alguien diga o les diga cómo actuar ante una pandemia (Covid) que por momentos parecía más una epidemia.
El azote del Covid en el mundo del deporte
No solo las carreras han sufrido el azote del Covid, las empresas, y, sobre todo los pequeños clubs y sus localidades, se han quedado sin esa motivación que les daba organizar un evento deportivo que les reportaba, economía y visualización a nivel estatal e incluso internacional.
Estamos ante otra de las grandes cadenas de la economía rota, y por ahora, parcialmente hundidas.
¿Os dais cuenta de que de esto no han hablado en la televisión? Aún recuerdo los estancos abiertos, los espacios deportivos cerrados y que salir a correr, fuera un delito allá por el mes de abril.
Tengo la impresión de que parte de este mundillo deportivo, del que muchos viven, tardará en levantarse y ojalá me equivoque, lo digo de corazón.
La montaña también se quedó huérfana durante la plaga. Pero desde el punto de vista más objetivo, no ha sido malo, sobre todo en el plano medioambiental.
Éstas se han recuperado en muchos aspectos, y creo que ha sido de lo mejor que les ha podido pasar. La falta de visitas masivas al medio natural, la nula asistencia pública y de competiciones dejó imágenes únicas e irrepetibles.
Ésta se mecería un descanso y que el ser humano, la dejara en paz por un espacio de tiempo.
¿Volveremos a disfrutar del deporte cómo antes del Covid?
Pero seamos realistas por un momento y volvamos a lo que nos ocupa.
A los miles de aficionados y aficionadas que nos gusta y nos une el deporte y competir cada fin de semana de forma no profesional, les dejo esta pregunta, ¿volveremos a esa realidad de la que disfrutábamos hace menos de un año?
Mucho me temo que, al menos en lo que al 2021 se refiere, no. No hay que ser muy avispado para ver lo que nos espera.
Hay que tener fe en que esto, imagino que más tarde que pronto será historia, mientras tanto, veremos lo que podremos y no hacer.
Las federaciones ya están con los calendarios preparados, eso sí, provisionales, ya que no se fían de lo que pase de un día para otro con esto de: «hoy digo digo, mañana tal vez digo Diego».
Hay margen para actuar y deben de hacerlo ya.
Espero que esta vez lo hagan y no estén agazapadas hasta que alguien que no sabe nada de deporte, hable en su nombre. (A la famosa desescalada me remito).
El mundo del deporte en tiempos de Covid
Quiero ver luz al final del túnel. Quiero volver a competir con la libertad de decidir y sin que me impongan nada sin mi consentimiento.
Creo qué en el fondo, el mundo del deporte amateur, popular y no profesional, ha estado demasiado callado, y ya es hora de que nos pongamos las pilas y levantemos la voz.
Somos muchos los que pagamos licencias federativas, en algunos casos hasta de varias federaciones, que no nos han servido para nada, y que este próximo año, volveremos a pagar simplemente porque nos gusta competir; pero eso sí, esta vez, no a cualquier precio.
La industria que hay detrás es enorme, y nosotros, queramos o no, somos una gran parte de ella.
Si no pagamos una Media Maratón, un Trail o simplemente un 5k, éstos desaparecen.
Y con ello se desmorona el castillo de naipes que hasta ahora tenían muy seguro.
Somos el pilar que sostiene esa otra industria y a las federaciones. No podemos permitir carreras e inscripciones abusivas por mucho que queramos correr o competir.
Esto nos debe servir a todos nosotros para abrir los ojos y no la cartera. Nosotros nos tenemos que creer que tenemos el poder y no ellos…
¿Volveremos a competir?
Hay que volver, sí, pero no a cualquier precio. No todo vale con tal de competir. Esta vez no. Crucemos los dedos para que todo llegue a buen fin.
Este invierno será atípico, lo repito, meses en el que nos preparamos para el resto del año, pero este inverno… ¿Para qué? ¿Hay expectativas?
Claro que las hay, pero no somos nosotros solos los que tenemos que poner de nuestra parte. Esta vez no.
Espero que no tardemos en madrugar los domingos con ese cosquilleo único en el mundo que solo nosotros conocemos.
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Artículo y fotografía de Noel González