David Lama, Hansjörg Auer y Jess Roskelley fueron alcanzados, un 16 abril, hace ahora justo dos años, por una avalancha que sesgó sus vidas en las montañas rocosas canadienses.
Pocas veces a lo largo de la historia del alpinismo, un accidente así, dejó de ser una simple nota en un medio comunicación para convertirse en noticia.
En los últimos años nos estamos mal acostumbrando a ver demasiadas pérdidas en las montañas.
No es el momento de hacer una lista…
No soy de remover historias que revistan dolor…
Pero no vamos a dejar pasar la oportunidad de hacer un pequeño homenaje a estos tres grandes alpinistas que tantas imágenes y aventuras nos ofrecieron en sus carreras como deportistas de la montaña.
Siempre he sido de reconocer las cualidades de las personas acudiendo a los que de verdad las conocen. Sus amigos.
Declaraciones de Simone Moro
Echando mano de mi hemeroteca privada, esa que casi me ocupa 16 gigas de información, recordaré aquellas palabras que extraje de una de las redes de Simone Moro:
«David Lama Hansjörg Auer Jess Roskelley, tres soñadores, que trajeron luz al mundo del alpinismo, han desaparecido en una avalancha.
La sombra de su pérdida es grande entre las personas que aman las montañas, pero la luminosidad que instauraron y que inspiró a muchos de nosotros continuará llenándose.»
No es fácil aceptar la muerte, pero en ocasiones no es fácil dejar de jugar con ella.
El mundo del alpinismo perdió en aquellos días, la generación que estaba dando, como dio Moro, “luz” a un mundo cada vez, creo a mi entender, más encasillado.
Las grandes aperturas, de Lama y de Hansjörg eran oro puro para la nueva generación de alpinistas.
Fue sorprendente el abanico de mensajes que desde todas las partes del mundo llegaron a copar las redes sociales.
Así como las portadas de espacios deportivos.
Detrás de cada uno de ellos había una persona, un alpinista y un soñador
Cada uno a su estilo, con toda la vida por delante llena de proyectos y de grandes oportunidades de dejar sus nombres grabados a fuego en la piedra.
Nadie y subrayo, nadie, fue ajeno a la pérdida.
Hacer memoria de aquellos que nos dejaron en una pared, en una grieta, en una caída o en una travesía, daría para un libro.
Pero creo que ellos a su manera, nos estaban ofreciendo el suyo, su libro de vida con hojas llenas de un entusiasmo inusitado por la montaña.
No solo dejaron huérfanos y con un dolor inmenso a sus familias y amigos, el alpinismo y la escalda, necesitaba de ellos, y es ahí donde la pérdida fue enorme.
Una despedida muy temprana en aquella pared del Howse Peak a 3.295 metros, montaña situada en Alberta, Columbia Británica, parque nacional de Banff en Canadá.
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DAVID LAMA – HANSJÖRG AUER – JESS ROSKELLEY
David Lama, estaba en lo más alto de su carrera, hijo de una austriaca y de un Sherpa, iba camino de llegar a ser leyenda.
Sus incursiones y escaladas en las grandes paredes, así lo estaban pronosticando.
Sobre Hansjörg Auer, voy a recuperar con permiso de los Pou estas palabras:
«Un 10 como persona y un 10 como alpinista.
Iker y yo siempre hemos dicho que nunca nos hemos encontrado a nadie más fuerte que Auer.
Era el alpinista con más calidad con el que nos hayamos encordado nunca.»
Jess Roskelley era hijo de John Roskelley uno de los mejores alpinistas de su época.
Fue el primer americano en recibir el Piolet d’Or, en el año 2014.
Ambos coronaron juntos el Everest en año 2003.
Jess a los 20 años fue el americano más joven en escalar la montaña más alta de nuestro mundo.
Era, al igual que sus compañeros, miembro del equipo extremo de la marca The Noth Face.
Asiduo de las montañas en Alaska, donde Jess dejó varias rutas de alto nivel.
El padre de Jess fue el que dio la voz de alarma aquel fatídico día.
Al no recibir la llamada de su hijo la misma noche del descenso.
Nuestro memorándum.
Noel González
Fotografía de The North Face