Hilaree Nelson @Nick Kalisz The North Face www.sportvicious.com

 

Mi nombre es Hilaree Nelson, soy esquiadora de montaña y madre de dos hijos.

Unos pocos días antes del lunes 26 de septiembre me invadió un sentimiento de añoranza por mi hogar, difícil de explicar, ya que no era la primera vez que me encontraba en el Himalaya ante un proyecto de tal envergadura; pero el constante monzón con su incesante lluvia y humedad no me lo estaban poniendo nada fácil.

No me sentía segura y se me hacía difícil encontrar la paz y la inspiración de la montaña estando rodeada constantemente de niebla.

Por si fuera poco, la peligrosidad del paso del C3 al C4 había hecho que el día anterior decidiéramos descender al campo base de nuevo.

Mientras esperábamos el momento adecuado para salir hacía la cima, me sumergí en el mundo de los recuerdos.

No estaba aquí por casualidad, no solo la pasión que sentía por las montañas, el esquí y la exploración me habían traído a esta increíble aventura; el duro trabajo, el esfuerzo y la constancia también habían sido importantes ingredientes.

En un par de meses cumpliría 50 años y mi vida había sido una aventura en mayúsculas.

Aún recuerdo aquellos meses en Chamonix, después de la universidad, donde descubrí el esquí de alta montaña y que me llevaron a proclamarme campeona del mundo en 1996.

Sin darme cuenta, poco a poco, esta hermosa afición se fue convirtiendo en un oficio que afortunadamente siempre contó con el patrocinio de The North Face.

En los últimos años había vivido un hermoso y extremo legado de aventuras y desafíos.

Entre las más remarcables e increíbles aventuras estaba la ascensión sin oxígeno y posterior descenso en esquís del Cho Oyu en 2005, aún la recuerdo como si fuera ayer.

También recuerdo con cariño los descensos con esquís de varios grandes picos de los Andes de Bolivia y Argentina.

Otro momento muy importante en mi carrera tuvo lugar en 2012 cuando me convertí en la primera mujer en ascender dos ochomiles en 24 horas, Everest y Lhotse, con oxígeno.

Había participado en más de 40 expediciones por todo el mundo, pero fue mi descenso integral en esquís del Lhotse, en compañía del amor de mi vida, Jim Morrison, en 2018, el que me otorgó un gran reconocimiento.

Aún no puedo casi creérmelo, por un lado, National Geographic me nombró uno de los Aventureros del Año 2018.

Por otro lado, Men’s Journal me seleccionó para su elenco de las 25 mujeres más aventureras de los últimos 25 años.

Y, por si fuera poco, The North Face hizo que me convirtiera en la primera capitana mujer del North Face athlete team. Me encontraba en un momento muy especial de mi vida.

Así que, pese a que las condiciones meteorológicas de los últimos días me tenían algo desanimada y me hacían sentir insegura, tenía claro que sí estaba preparada para esta nueva aventura que había comenzado.

El lunes 26 de septiembre, Jim y yo decidimos salir hacia la cima del Manaslu para luego descenderlo con esquís.

Aproximadamente a las 10:42h alcanzamos cima, y aunque de manera breve, celebramos el momento; seguidamente, sin prisa, pero sin pausa nos calzamos los esquís e iniciamos el descenso.

Primero Jim comenzó a descender y luego yo le seguí.

Solo recuerdo el fuerte estruendo que una pequeña avalancha provocó al comenzar a barrer la ladera.

No sé exactamente lo que pasó, fueron tan solo unos segundos, pero sentí que mi cuerpo era arrastrado hacía la vertiente opuesta de la ruta de ascenso.

Solo pude pensar que Jim estaría como loco gritando e intentando localizarme, pero aquella vertiente era de muy difícil acceso, imposible de descender. Y aunque todos los que hacemos montaña extrema sabemos que el día menos pensado puede llegar, es cierto que nadie quiere morir.

La montaña me abrazó y yo no tuve otra opción que dejarme abrazar. Varios días estuve enterrada en la nieve esperando que alguien me sacara de allí.

El miércoles por la mañana oí un helicóptero y al poco sentí como recuperaban mi cuerpo.

A partir de ese momento todo se precipitó. Me trasladaron hasta el campo base y de allí a Katmandú.

Finalmente, el domingo 2 de octubre, mi cuerpo fue trasladado hasta los campos de cremación en un camión con la parte trasera abierta decorado con guirnaldas de flores y un cartel con mi foto.

No podía creer todo el amor que, en aquellos días tan tristes y duros para mi familia y amigos, recibí de ellos.

Allí estaban todos, habían venido de muy lejos para darme el último adiós en aquella emotiva ceremonia que seguía el ritual sherpa, en uno de los países más bonitos del mundo, Nepal.

Visita la web de Hilaree Nelson https://hilareenelson.com

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“Me encanta ir a lugares donde no hay mapas, donde no ha estado nadie. Haciéndolo me pongo en una posición física y mental que me hace sentir incómoda, pero para mí eso es ser una exploradora. Busco el sufrimiento porque a través de este me conozco mejor”.  

Mi nombre es Hilaree Nelson, soy esquiadora de montaña y madre de dos hijos.

Artículo realizado por Maite Pariente

Fotografía de Nick Kalisz/The North Face

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