Genoveva Seydoux, 53 años, fotógrafa, licenciada en INEF, doctorada en Sociología y con un master en ADE, es una escaladora autodidacta que desde hace unos años realiza escalada en artificial y solitario.
Para ella, la aventura y la libertad no se encuentran en las grandes paredes ni en lugares remotos.
Simplemente necesita una pared cerca de casa llena de silencio y soledad para encontrar lo que ella busca: ser libre y feliz.
La primera vez que coincidí con Geno fue en el mundo Twitter; sus tuits llenos de libertad, vida y pasión me tocaron la fibra.
Luego fui descubriendo sus actividades y simplemente me parecieron increíbles.
Yo hago alta montaña y, aunque a primera vista pueda parecer que no tiene nada que ver con estar en una pared muchos días, la pasión, las sensaciones, el amor por la naturaleza y las montañas, y los valores son un factor común.
Sus fotos y sus pequeñas notas me transmitieron toda la magia y el poder que ella siente cuando, en solitario y por muchos días y noches, se encuentra en esas paredes, tan cercanas a su casa y al mismo tiempo tan lejanas de su zona de confort.
O quizás su zona de confort sea justamente esas paredes.
Así que, cuando me propusieron hacer una entrevista, tuve muy claro que ella era la persona a la que quería entrevistar, porque a todo lo anterior comentado se le unía el hecho de ser mujer y poco conocida.
Inscríbete a nuestra newsletter y recibirás nuestra revista digital Sportvicious.
Primero de todo, gracias por aceptar esta entrevista a un día de volver de una de tus increíbles y agotadoras actividades y después de hacer tu primera conferencia el 17 de septiembre, en el Encuentro Estatal de Escaladoras organizado por Encordadas, que tuvo lugar en Calcena (Zaragoza) el fin de semana del 16, 17 y 18 de septiembre.
Muchas gracias a ti, Maite. Estas jornadas fueron increíbles. Encordadas me reservó una acogida insuperable, con muchísimo cariño.
Era la primera vez que daba una conferencia y también la primera vez que acudía a semejante acontecimiento.
¿La escalada te escogió a ti o tú a ella?
Justo antes de comenzar INEF, me apunté a un curso de escalada una semana.
Me atraía mucho; de hecho, había escogido la universidad de Marsella justo porque tenía la opción de escalada.
¿Qué estilos de escalada has practicado?
Cuando comencé a escalar lo hice en la modalidad deportiva. Era finales de los 80, en pleno boom de la escalada libre.
Después no pude escalar durante muchos años y, cuando pude volver, comencé con la artificial ya que me permitía escalar en solitario y poder dormir en la pared, que era un sueño que siempre había tenido.
Hasta hace unos 5 o 6 años, nunca había tocado un friend, Tascón, gancho o estribo; ni siquiera había plantado ningún pitón.
Entonces, ¿cómo has aprendido todo lo que sabes ahora?
Sola. Mirando vídeos, leyendo libros, experimentando, probando, buscando, investigando, inventando…
¿Y por qué sola?
No dependo de nadie y eso me da mucha libertad. Voy a mi ritmo, donde quiero, como quiero. Soy libre.
Deduzco que la libertad es una de las mejores cosas que la escalada te aporta. ¿Qué más te aporta?
Felicidad, paz, armonía, silencio y sí, sobre todo muchísima libertad.
¿Qué tipo de entrenamiento sigues a nivel físico y a nivel mental?
No tengo. Mi entrenamiento a nivel físico coincide con las aventuras.
A nivel mental, desde el momento que comienzo a preparar la aventura, mi mente se pone en marcha y ella misma hace su proceso de preparación.
¿Cuál fue tu primera pared en solitario?
La primera vía abierta desde abajo fue cerca de casa, “plou de tot menys aigua”. Fue una vía corta donde la noche me sorprendió.
En esta pared deduzco que no pasaste la noche. ¿Cuándo y dónde pasaste la primera noche sola en la pared y qué sentiste?
La primera vez que dormí en la pared fue a finales de julio del 2018, en La Mussara (Tarragona) y fueron dos noches.
Quería probar la hamaca que yo misma me había hecho.
Como era la primera vez que hacía algo parecido, acabé agotadísima pero feliz, muy feliz.
La hamaca que tenía entonces no se podía montar en la pared.
Así que, a pie de vía la tuve que montar e izarla hasta la reunión que había instalado arriba.
Pensaba pasar una noche, pero al final fueron dos.
Por el placer de estar allí arriba y contemplar las tormentas en el mar.
¿Cuál es el máximo de días que has estado en la pared en una actividad?
Veintidós días el pasado marzo-abril.
He leído en uno de tus tuits que solo en este 2022 ya llevas más de 70 vivacs en la pared. Eso me hace pensar que has tenido experiencias de todo tipo. ¿Cuál es tu peor experiencia?
Todo forma parte de la aventura. Y aunque es cierto que me he encontrado en situaciones muy extremas y desesperantes, he conseguido superarlas e integrarlas dentro de la aventura.
Pero quizás para mí, lo peor son los cuerpos de animales sin vida (cabras, jabalís, perros) que encuentro en los caminos de aproximación, así como las picadas de bichos. Una vez fueron 50 picadas en cuatro días. ¡Un horror!
¿Y la mejor experiencia en la pared?
Todas y cada una de ellas.
¿Cómo es tu preparación antes de una actividad en la pared?
Lo hago todo con mucha calma. Primero redacto listas de lo que necesitaré.
Luego preparo los petates, la comida, el agua, los libros, el material de escalada y fotográfico, los artículos de higiene, ropa y botiquín.
Puedo tardar semanas en tenerlo todo preparado. Obviamente hay días que no hago nada; todo depende de la envergadura de la aventura que esté preparando.
Es un proceso mental; a medida que pasan los días la mente se centra en la aventura que me espera.
¿Qué es lo más complicado de tus aventuras?
Tener que escoger y trasladar las toneladas de material. Cuando abres una vía, no sabes qué sorpresas te esperarán y qué piezas necesitarás.
Y después de una aventura, ¿cómo lo vives todo?
Un caos acumulado en la alfombra del salón. El proceso de vuelta comienza el día en que decides que la aventura se acaba. Aún te encuentras en la pared, pero la mente ya piensa en los porteos al coche y en todo lo que tendré que hacer para volver al coche.
Una vez en casa y pasados unos días, comienzas a pensar en cuándo volverás a marchar.
Lo difícil es cuando no tienes ninguna pared en la mente y tienes que encontrar una nueva.
De hecho, a menudo el material se queda sobre la alfombra porque pasa poco tiempo entre aventura y aventura.
¿En qué ocupas el tiempo cuando te encuentras en la pared descansando?
Leo mucho, escribo sobre lo que he hecho y los problemas técnicos que he tenido que resolver, escucho música, juego a cartas o a mahjong, medito, contemplo el mundo.
¿Te mantienes conectada con el mundo exterior o prefieres estar desconectada?
Genoveva Seydoux: Depende. En principio prefiero estar desconectada. Cuando estoy en la pared busco soledad, estar en armonía con todo lo que me rodea.
El teléfono va en contra de mi filosofía.
Pero también sé que puedo disponer de él si el mal tiempo me sorprende y necesito saber cuánto durará para así evitarme viajes bajo la lluvia con todo el material, lo que es tranquilizador.
¿Por qué paredes cerca de casa?
Porque puedes ir fácilmente, cuando te apetece. Además, las que frecuento tienen lo que busco: soledad y silencio.
También por una cuestión de fatiga y ecológica.
¿Qué pared te gustaría escalar?
Cualquiera que esté un poco aislada, donde no vaya nadie, y obviamente libre de restricciones y prohibiciones.
Si alguien conoce alguna, que contacte conmigo.
No importa si está un poco lejos. La aproximación no es un problema, es parte del juego.
¿Tu última aventura?
Genoveva Seydoux: Hace poco pasé once días en una pared en Calcena abriendo una vía corta y muy bonita en una pared con roca bastante mala, pero donde pude utilizar ganchos invertidos y, por lo tanto, disfruté muchísimo de todo.
No escalé cada día, pero sí dormí en la hamaca.
De hecho, tuve lluvia y viento, y eso hizo que tuviera que permanecer en la hamaca más de lo que requería la vía.
Deduzco que te gustan los ganchos. ¿Qué te atrae de ellos?
Creo que todos tenemos unos juguetes preferidos; los míos son los ganchos.
Quizás porque, por un lado, son fáciles de poner y quitar (la mayoría de veces) y, por otro lado, hacen una escalada limpia.
Los utilizas y luego ya no están.
Además, te permiten pasar por lugares donde no puedes poner nada más y, como estoy delgada, a veces los utilizo de una manera no convencional, es decir, los pongo invertidos como si fueran cam hooks y juego con las fuerzas de una palanca.
¿Alguna vez has competido? ¿Qué piensas de la competición en el mundo de la escalada?
Genoveva Seydoux: Hace muchos, muchos años, cuando las primeras competiciones, hice un par, hacia el 1990.
Personalmente no me gusta nada, sencillamente porque es una actividad que se encuentra a las antípodas de lo que busco.
La competición implica ruido, gente, plásticos y todo está normalizado, sin libertad.
¿Qué te gustaría aportar al mundo de la escalada?
No tengo ninguna pretensión de aportar nada. Bueno, quizás sí: decir que las aventuras se pueden encontrar en la pared que tenemos cerca de casa.
Y me gustaría que hubiera menos críticas, menos machismo y más, mucha más tolerancia y respeto por las diferentes modalidades de escalada y por la naturaleza.
¿Tienes patrocinadores? ¿Qué te piden a cambio?
Genoveva Seydoux: Colaboro con Koubaclimbing, Totem y Adventuremenu. También colaboraba con Krukonogi Titanium pero, debido a la situación rusa, está todo parado.
La colaboración consiste en colgar fotos en Instagram y enviar feedbacks sobre productos que me envían.
Me gustaría colaborar con ropa técnica porque tengo ideas que podrían ser útiles.
Además eres fotógrafa. ¿Qué haces con todo el material fotográfico que obtienes de las aventuras?
Subo fotos en las redes sociales, hago reportajes gráficos que cuelgo en mi web y últimamente edito vídeos que subo a YouTube.
Y cuando estoy lesionada, miro todo este material gráfico y me hace soñar.
¿Un sueño futuro?
Genoveva Seydoux: Un proyecto grande, largo. Tengo muchas ganas de estar un largo tiempo abriendo una vía.
Hablo de pasarme más de un mes colgada en la pared. Solo necesito encontrar la pared.
De nuevo, si alguien sabe de alguna, me gustaría poder hacerla este invierno.
Entrevista realizada por Maite Pariente
Fotografías de Genoveva Seydoux
Instagram @bigwallgine
Twitter @genofoto
YouTube @genofoto