Consejos para afrontar la maratón con las máximas garantías y desde una perspectiva saludable.
De inicio, siempre tenemos tendencia a pensar que llegar a la prueba con los deberes cumplidos en cuanto a: entrenamientos, cargas, kilómetros, y pruebas varias.
La entrada en meta está garantizada, pero la realidad es que todo detalle, por pequeño que sea, cuenta.
En mi primer maratón, llegué justo y poco informado.
Así que desconocía cuestiones básicas como, por ejemplo: cada cuanto avituallarme, que ropa llevar, que desayunar el día de la prueba, etc.
La suerte estuvo de mi parte, pero no siempre es así y no podemos dejar que el azar sea el que decida por nosotros.
Recorramos una pequeña lista de consejos para acabar de perfilar nuestra llegada a meta.
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Los indispensables para correr una maratón
Os los tenéis casi que saber de memoria.
Ya sea por la propia experiencia o por la gran cantidad de artículos en los que aparecen para cualquier prueba de media o larga distancia.
Seguramente todos atesoramos aquellos que nos resuenan más, yo os comento los que siempre recomiendo tener presentes a todos los deportistas que me consultan.
Vamos a ello.
Regla de oro – maratón
El día de la prueba no se estrena nada.
Por mucho que esos calcetines tan molones, que hacen maravillas, os hayan tentado en la feria de la maratón el día de antes.
No os diré que no los compréis
¿Quién no se da un capricho antes de una maratón?, pero guardarlos para los próximos entrenos.
Lo ideal es que TODA la equipación esté lista y probada desde el entrenamiento de 30 km -entrenamiento cuasi obligatorio para ir con las mejores garantías-.
Y aquí incluimos la estrategia de alimentación, y eso nos remite a conocer dónde irá colocada; evitemos sorpresas de pérdidas de geles, por ejemplo.
Otra regla inviolable
es ir a la salida lo más relajado posible, y para ello lo mejor es tener todo muy bien planificado.
Yo recomiendo una checklist que deberemos confeccionar los días previos, y repasar al levantarnos -si la repasamos dos veces en plan “piloto de avión” mejor que mejor-.
En este listado incluiremos TODO, horario, alimentación, ropa, dorsal, etc.
Es un método que iremos refinando con el paso del tiempo y que, además de darnos tranquilidad, nos puede salvar de algún inconveniente -en mi lista incluí el papel higiénico después de comprobar que no siempre iba a encontrar en los aseos portátiles-.
El descanso
Ahora abordemos el tema del descanso, que en ocasiones genera algo de confusión.
Es importante haber tenido una semana en la que, además de bajar considerablemente nuestros entrenamientos, tengamos una buena higiene a la hora de ir a dormir.
Pero rompiendo cierto culto a la noche previa a la maratón, debemos ser conscientes que los nervios y la emoción nos pueden jugar una mala pasada y ese día Morfeo olvidarse completamente de nosotros.
No nos alarmemos.
No va a influir en nuestro rendimiento, lo importante es haber tenido una semana en la que nos olvidemos un poco del reloj, de los entrenos e incluso de la maratón; ya tendremos tiempo para hablar de ella después.
Por experiencia os puedo asegurar que ninguna mala noche ha estropeado una maratón, es más lo que nos decimos a nosotros que el hecho de no haber descansado correctamente.
Aprovecho para daros un truco en el caso de que los pensamientos os invadan, con demasiada frecuencia, y os impidan conciliar el sueño. Cuando aparezca uno de ellos lo podéis etiquetar.
Es un método que funciona realmente bien, solo tenéis que ponerle tres etiquetas, aunque se pueden ampliar.
Primera etiqueta: este pensamiento se trata de algo del pasado, del presente o del futuro.
Segunda: es bueno, malo o neutro.
Y, por último: es mío, de otros o de nosotros (familia, amigos, etc.).
El tiempo concreto en la maratón
Ahora sí, una para los deportistas que visualizan un tiempo concreto en el reloj de llegada.
Si controláis el GPS como si se tratase de una extensión de vuestro propio brazo os podéis saltar estas líneas, para el resto.
Tened en cuenta que los relojes no son precisos al 100%, básicamente porque el sistema tiene un error conocido, de esta forma la distancia final de vuestro crono siempre va a ser superior a la real.
Por tanto, debéis bajar entre 3 y 4 segundos el tiempo medio si queréis conseguir clavar el resultado.
Una de las mejores opciones es hacer uso de las liebres oficiales que os llevarán a meta en volandas y sin que os tengáis que mirar ni una sola vez a la muñeca.
El último de los indispensables es uno de los grandes olvidados, porque la maratón no acaba en la línea de meta o en un honroso abandono.
Tampoco cuando bajamos las escaleras del metro caminando hacia atrás, colgamos la mejor foto en las redes sociales, llamamos a amigos y familiares para explicarles, con todo lujo de detalles, la carrera, o miramos de no caminar de forma extraña en el trabajo.
En realidad, la maratón nunca acaba. Ahora es el momento del balance, del aprendizaje, de valorar el camino.
De agradecer a las personas que nos han ayudado o apoyado, de revisar nuestro “para qué” intrínseco y confrontarlo con la experiencia que acabamos de pasar.
Para qué
Quizás este es uno de los factores de los que menos se habla cuando se dan tips para afrontar la prueba.
Siempre solemos hablar de tiempos, ritmos, e incluso, en alguna ocasión, de lo que podemos llegar a sentir al cumplir nuestro objetivo, pero la realidad es que sin una cierta actitud nos vamos a perder lo más importante: disfrutar el momento.
Todo comienza, justamente, por tener claro “para qué” (que debe ser un valor intrínseco; que surja de nosotros y no del exterior) queremos correr una carrera, que de inicio ya supone un reto.
Si no nos lo hemos planteado estaría bien hacerlo, porque si lo tenemos claro, sin lugar a duda, vamos a vivir los 42 kilómetros 195 metros de manera diferente.
Dicotomía del control
En la filosofía estoica existe un término llamado: dicotomía del control.
Los filósofos estoicos pusieron énfasis en que comprendiéramos que lo único que podemos controlar en la vida es lo que depende de nosotros.
Claramente, las únicas cosas que dependen de nosotros residen en nuestro interior, es por eso que la motivación debe ser intrínseca.
Por tanto, nada nos puede garantizar que pasará el día de la carrera.
Pero sí tenemos claro que nuestra actitud a lo largo del camino recorrido ha sido la mejor posible.
Y que nuestro esfuerzo y compromiso han estado en todo momento, pase lo que pase, ya hemos conseguido alcanzar nuestro objetivo, lleguemos o no la meta.
Como ejercicio podéis anotar en una hoja lo que os ha llevado a afrontar el reto.
Así podéis identificar rápidamente lo que os pertenece exclusivamente a vosotros y a lo que tenéis que dar valor.
Os dejo algunos ejemplos que yo he tenido presentes y que han ido variando a lo largo de los años:
ser capaz de tener el hábito de entrenar, demostrarme que puedo superar adversidades, acompañar a un amigo, entrenar con mis compañeros, etc.
La herramienta
Antes de sentarme a acabar estos párrafos he salido, sobre las 07:30 am, con dos compañeros a hacer una tirada de 30 km.
Teniendo en cuenta que formamos parte del grupo de liebres oficiales, es importante que lleguemos con las máximas garantías.
Uno de mis compañeros y yo mismo no hemos ido en las mejores condiciones por temas familiares.
Pero después del entrenamiento nuestras sensaciones anímicas habían mejorado.
La Maratón, recorrer esos 42 kilómetros y 195 metros, se convierte en una herramienta.
Una herramienta que nos permite construir hábitos, socializar, aumentar nuestra resiliencia, mejorar nuestra sensación de bienestar y salud, actuar de paliativo en momentos vitales complicados.
E incluso ser generadora de cambios en nuestro devenir.
No es poca cosa, y más en una época tan convulsa como la que vivimos.
Aventurarse
El mejor consejo que os puedo transmitir para afrontar de la mejor manera posible la maratón viene del significado que conlleva aventurarse a correr esa mítica distancia.
En todos estos años, yo mismo, y así me lo han transmitido otros corredores, he llegado a la conclusión de que debemos pensar siempre que estar en la línea de salida es un regalo, un regalo único y especial.
Un regalo que vale la pena disfrutar.
Me diréis que me he dejado los tips sobre alimentación antes, durante y después de la prueba, los consejos sobre el calentamiento precarrera, el ritmo a llevar a lo largo de la misma, los trucos para avituallarse correctamente, y un largo etc, y tenéis razón.
Y me podría extender tanto que tardásemos más en leerlo que en conseguir llegar a meta.
Pero confío en que estos pocos párrafos os sirvan, también, para concienciarnos de que toda información que podamos adquirir de fuentes contrastadas, además de la que vamos acumulando a lo largo de los años, es bienvenida y que nunca es tarde para aprender a afrontar una maratón.
Txema Morales
Fotografías de Zurich Marató Barcelona