No podría ser de otra manera, Mathieu Van Der Poel hace historia en un mundial en ruta que deja ya claro cual es el ciclismo que dominará las próximas décadas.
Estamos, como he dicho en varias ocasiones, en que, la nueva generación de riders está aquí para dejar de lado de una vez por todas, las carreras de conservadoras.
Un mundial diferente – Mathieu Van Der Poel vencedor del Mundial
Sí, así de claro. Pero estoy viendo que la bola que ha creado la UCI, parece ser que está funcionando.
Los que estáis siguiendo las diferentes modalidades, veréis que está muy bien planteado y que no estamos viendo un desorden en las transmisiones.
No me equivoco al asegurar que más del 80% esperábamos como agua de mayo la carrera de los ELITE del World Tour a pesar de que, en ningún momento, nos íbamos a aburrir.
Sobre todo, con la prueba de Down Hills.
Si podéis visionarla, no os la perdáis…
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La cita
Llegó el pasado domingo 6, con un recorrido que no dejó a nadie indiferente.
Para mi gusto, y sólo digo, para mi gusto, debería haber sido un poco más abierta. Me explico. Menos ciudad. Pero es lo que hay, y lo que fue.
Recuerdo el primer día que vi el perfil allá por el mes de junio, me dije: esto me huele a clásica más que a una prueba propiamente dicha, de mundial. No me equivoqué.
La carrera
En una carrera así, está claro que los riders que tienen ventaja sobre el resto son los que todos sabemos; si, esos a los que llamamos “clasicomanos”.
Todos los especialistas en este mundillo, al menos los que se dedican en cuerpo y alma al ciclismo en ruta, dieron en el clavo, con esas “porras” típicas.
Yo tampoco me equivoqué.
Y es que después de que la carrera llegase a la ciudad de Glasgow, donde tendrían que completar, nada menos de 140 km en 10 vueltas a un circuito, todo lo que se vio en los 130 km restantes, fue un espejismo.
La otra carrera
La cuidad de Glasgow se convirtió en todo un circuito de eliminación. Sí, de eliminación.
El ritmo frenético que la prueba llegó a tener desde la entrada hasta la meta, visto lo que vimos todos en la TV, fue demencial.
Si ves la lista de inscritos, y ves el final en meta, te darás cuenta lo que te digo.
Sólo acabaron 50. No era una carrera pensada para rodadores, ni para los que agarran los puertos de montaña como si anduvieran por su garaje. No.
Y esto lo entendió a la perfección uno de los grandes nombres del circuito internacional del ciclismo UCI.
Yo llegué a pensar que Pogacar, iba a dejar su sello en la prueba, así quitándose de encima el dolor que leprodujo el No Tour.
Que Wout van Aert, se desquitaría de la plata en el mundial de Ciclo Cros, pero no.
Salió una vez más ese portento de prototipo de ciclista de la generación X, atacando en la última vuelta, como si de un muro de una clásica se tratara, dejando claro que iba a por ese maillot arcoíris sin pedir permiso a nadie.
Resumen
Ya no hay más. El holandés Mathieu Van Der Poel se proclamó campeón del mundo en una carrera hecha para ellos, hecha para él.
Lo demostró dentro de las últimas vueltas, donde sus ataques en las rampas cada vez eran más duras y demoledoras.
Ni esa caída que nos levantó a todos de la silla, lo mermó.
Eso sí, suerte que, en este tipo de carreras, no hay (pinganillos), a lo mejor hubiéramos visto al Van Aert o al propio Pogacar, forzar el ritmo. Meritorio oro el que este holandés se lleva a casa junto unos nada despreciables 8000€.
Aunque yo me quedo con otra cosa.
¿Podrá hacer triplete con el mundial de Mundial de XCO esta misma semana?
No las tiene todas consigo. Será muy difícil, pero quien sabe…
Noël González
Fotografía de uci.org