LADAKH www.sportvicious.com

Ladakh también es conocido como “El Pequeño Tíbet” o “La tierra de los pasos elevados”.

Situado al norte de la India, al oeste tiene frontera con Pakistán y al norte con el Tíbet ocupado por China.

Hasta aquí llega, por el oeste, el macizo del Karakorum con montañas de más de 7.000 metros, como los K12, 13 y 14 de la misma cadena del famoso K2.

Mientras que al este comienzan las montañas del Himalaya.

Ladakh es una zona estratégica donde los conflictos, sobre todo con Pakistán, han provocado una gran presencia militar.

De forma que actualmente en Ladakh hay más militares que población civil.

En el pasado, Ladakh tuvo importancia por su ubicación estratégica en un punto de cruce de varias importantes rutas comerciales, incluyendo la histórica “Ruta de la Seda”.

A finales de enero de 2023, un grupo de amigos, motivados por la escalada de cascadas de hielo, aterrizamos en el aeropuerto de Leh, la capital de Ladakh.

Donde nos espera Rigzin un alpinista local promotor de la escalada en hielo en Ladakh, dispuestos a compartir juntos 12 días de escaladas.

Leh, está situada entre montañas a unos 3.500 metros de altitud.

La ciudad, de calles empinadas, respira budismo por todos sus rincones, con infinidad de banderas y ruedas de oración por todas partes.

En ese primer viaje visitamos el valle de Nubra, en el norte de Ladakh.

Una zona de acceso restringido donde es necesario gestionar un permiso especial, incluso para los propios hindúes.

Allí escalamos varias cascadas de hielo.

Y pudimos abrir 5 nuevas cascadas, mientras compartimos la vida cotidiana del valle alojados en casa de Dolma y Stanzing, una agradable familia local.

Unos colchones en el suelo y una estufa de leña, fueron los lujos más que agradecidos, que compartimos con esta familia y sus dos hijos pequeños.

También fuimos invitados a una celebración popular con danzas y reconocimientos, que reunió a buena parte de los habitantes de esta parte del valle.

Y la guinda final la puso la “puja” (ceremonia budista) que los monjes del pequeño Monasterio Yarma Gonbo.

Uno de los más antiguos del valle, que hicieron especialmente para nosotros y con quienes compartimos un día excepcional, enseñándonos el Monasterio y sus costumbres.

De esa vivencia, grabamos imágenes que se han plasmado en la realización de un documental al que hemos titulado “LADAKH, HIELO EN EL PEQUEÑO TÍBET”.

Está disponible para proyecciones en ciclos y clubes de montaña.

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Ese primer viaje me deja totalmente enamorado de Ladakh y de sus gentes totalmente conectadas a la mística tibetana.

Tanto es así, que solo 6 meses después vuelvo a aterrizar en su capital.

Acompañado por otro grupo de buenos amigos, pero en esta ocasión para recorrer la Meseta Changtang, también conocido como el “Tibetan Plateau”.

Las montañas de 6.000 metros están situadas en esta alta meseta de paisaje extravagante y montañas rocosas que cambian constantemente de color a medida que pasa el día.

También es el hogar de los Changpa, un pueblo de nómada tibetanos, con su estilo de vida tradicional.

Los Changpa se establecieron cuando muchos nómadas tibetanos, en su mayoría del oeste del Tíbet, huyeron y se establecieron en los lugares contiguos de Ladakh.

Los Changpa comparten paisajes con raras especies de vida salvaje como el Kyang (asno salvaje), el íbice del Himalaya e incluso el leopardo de las nieves.

Hay más de 3.500 refugiados tibetanos que residen en la región de Changtang.

Dependen principalmente de la ganadería (yaks, cabras y ovejas), con cuyo pelo se fabrica la Pashmina, un tipo de tejido de cachemira muy apreciado.

Después del turismo, la Pashmina es la segunda fuente de ingresos de Ladakh, un turismo que en más de un 50% es interior, de la propia India.

La montaña que nos hemos propuesto subir se llama Gyama Pyramid Kangry de 6.300 metros de altitud.

Una estética pirámide nevada situada en un lugar solitario.

Para llegar a su base, son necesarios 6 días de trekking durante los que solo veremos campamentos de nómadas tibetanos con sus rebaños y en los que atravesamos varios collados de más de 5.000 metros de altura.

El Gyama Pyramid Kangri no cuenta con ninguna ascensión estatal conocida y con muy pocas ascensiones en general.

Su escalada resulta un tanto engañosa.

Ya que de lejos solo se ve la parte superior y hasta llegar a su base, no se puede observar que hay un pequeño glaciar en su base y que la pendiente a superar es el doble de lo que se puede ver.

La ascensión desde el CB situado a 5.550 metros (entre los más altos del Himalaya), sin ser muy difícil, exige concentración y determinación.

Ya que la pendiente es acentuada y la altitud en Ladakh tiende a notarse más que en otras zonas de igual altura.

Según una teoría local, la ausencia de bosques en esta zona, a diferencia, por ejemplo, de Nepal, hace que la altura se note más.

Una teoría sin base científica, pero que bien podría justificar esta situación.

Esta ascensión es el colofón perfecto a 9 días de recorrido en soledad.

Algo excepcional en unos tiempos de masificación de las montañas, con colas incluso en las más altas montañas del planeta.

Y la guinda final al fantástico viaje por Ladakh la pone el haber tenido la suerte de compartir una “puja” muy especial en el pequeño Monasterio de Korzog, compartida con nómadas tibetanos venidos desde los valles próximos al gran lago Tsomoriri.

El lugar que pone fin a nuestros días rodeados de montañas de más de 6.000 metros, que algunos casos ni tan siquiera tienen nombre.

Un viaje fantástico en el que, además de las montañas, hemos visitado monasterios, recorrido el río Indo y hasta hemos tenido la suerte de coincidir con la visita del Dalai Lama (el líder espiritual tibetano) a Ladakh.

Donde habitualmente pasa buena parte de los veranos donde el tiempo es mejor que en su sede de Dharamsala, más al sur, al ser una zona protegida de las torrenciales lluvias monzónica, protegida por las altas montañas.

Así que como dicen en Ladakh “Julley, Julley”, que sirve tanto para hola, adiós, que todo vaya bien y todo lo que implique buenos deseos.

Rafa Vadillo

Fotografía de Rafa Vadillo