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Elena Martínez «OBSERVAR, ENTENDER Y DISPARAR: UNA MANERA DE VER LA FOTOGRAFÍA DEPORTIVA»

Si tengo que hablar de mi experiencia en fotografía deportiva, no puedo pasar por alto dos momentos imprescindibles en mi desarrollo profesional:

el Yak Mountain y la experiencia de Sport Media Club.

Del primero, rocódromo de referencia en Jerez de la Frontera (Cádiz).

Ciudad que tan bien y bonito me ha acogido estos dos últimos años mientras me formaba profesionalmente en fotografía (Escuela de Arte de Jerez, 2022-2024), ¿qué puedo decir?

A pesar de no practicar la escalada de forma, ni mucho menos, profesional, me salvó de tantas tardes de estancamiento, mental y físico.

Y me reconcilió con el deporte, quitándome miedos y faltas de confianza y hábito.

Tanto Juanqui y Fanni como amigos y compañeros (Alex “mago”, Antonio, María, etc.) con los que compartí momentos inolvidables, dentro y fuera.

De la segunda experiencia, el viaje que realicé durante mis prácticas con Gorka Martinez(GKMPH) a Onda (Castellón).

Donde el Sport Media Club llevó a cabo una de sus Sport Media Xperiences, esta vez la del workshop con Ángel Zorraquino y Abel Castro.

Pensar, disparar y volver a disparar.

Captar el movimiento preciso, el instante decisivo (no tan alejado al de Cartier Bresson).

Conocer el deporte para poder anticiparte al siguiente movimiento.

El aprendizaje durante esta jornada fue inmenso, aunque tuvimos que volver antes de la fiesta del color. Valió la pena, sin duda.

Considero la fotografía como el arte de mirar desde un punto de vista único, siempre desde lo sincero y el corazón. Fotografío lo que entiendo, lo que siento, o por lo menos lo intento.

La fotografía deportiva es, de esta manera, una parte más del conjunto. Observar, mirar y disparar.

Conectar con el entorno, con el elemento a fotografiar, con el deporte. Anticiparse, conocer. Comprender la cámara, el deporte y el entorno es, para mí, la clave para hacer buena fotografía deportiva.

Dejo a continuación una entrevista que realicé a Juanqui (Juan Carlos Galán Arena @yakmountainjerez) en marzo de 2024 donde nos habla de su forma de entender la escalada.

“El rocódromo Yak Mountain nace de una sala de Boulder que teníamos unos colegas de aquí de Jerez; era una pequeña habitación forrada con madera, rocódromo y un garaje.

Lo que llamábamos sala de boulder.

Teníamos un recinto para entrenar y poder llegar a la sierra, a la montaña, un poco más fuerte.

Como aquí en Jerez no teníamos montaña tan cerca, teníamos esa sala, donde nos reuníamos varias veces a la semana.

Hacíamos quedadas para la sierra; en fin, de ahí surgió la idea en el futuro de montar un rocódromo.

Se fue fraguando y cuando ya tuvimos la oportunidad de montar el rocódromo, alquilamos una instalación más grande.

Y surgió una sala de escalada, una tienda de montaña y un bar. Así empezó el Yak Mountain.

Fue un recinto para juntarnos los escaladores y poder tomar unas cervezas, un café, un té, poder debatir, poder quedar, una zona de encuentro de los escaladores y una tienda donde poder proveer de equipo de montaña a cualquier persona que esté ligada al mundo del deporte de montaña.

Nos juntamos tres socios al principio y hemos estado caminando durante 4 o 5 años; y nos fue muy bien.

Pero por motivos personales y sobret odo laborales, mis compañeros ya se desentendieron un poco del rocódromo y me he quedado solo al frente de él, al cual no he podido atender con tienda, bar y roco.

Lo dejamos solo en rocódromo, que era más fácil de llevar y así podía compaginarlo con mi vida personal y demás.

Así surgió el Yak Mountain, de una ilusión.

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Fue en inicio una empresa, luego sociedad entre tres amigos y luego pasamos a un club. Todos somos socios, opinamos, ayudamos y trabajamos.

En cuanto al nombre de Yak Mountain, viene de un viaje que hicimos por Asia.

En ese viaje de montaña nos encontramos con muchas caravanas de porteadores, de caravanas de yaks (la vaca del Tíbet), y nos pareció impresionante cómo el animal caminaba por la montaña, robusto y cargado. Y a esa altura, a 4.000 o 5.000 metros.

Un animal noble que pastaba, que lo utilizaban también para la lana y para la leche. Es un animal que convive con la sociedad de las montañas y nos pareció una fortaleza de animal.

Nos lo trajimos como un símbolo de las grandes montañas.

Nos gustó el nombre del yak y lo compaginamos con el Yak Mountain (es un animal de montaña).

De ahí surgió el nombre y siempre nos ha parecido original.

Le hemos dedicado la decoración nuestra de aquí del rocódromo, siempre se la hemos dedicado a esa zona, a la zona del Tíbet o a la zona de Asia Central.

Un poco los orígenes del budismo, los estilos de vida, etc., están muy relacionados para mí con la filosofía de la escalada, que tiene que ver mucho con la meditación, con el buen hacer, las buenas formas, la educación… muy reflejados en el budismo.

Para mí la escalada es más que un deporte.

Aunque en los últimos años se ha dedicado más a enfocarlo en el deporte y en la competición, pero los orígenes de la escalada no estaban muy claros.

Al principio estaba catalogada como deporte de montaña; de todos los deportes que hay en la montaña, la escalada era uno.

No es un deporte competitivo, aunque ha empezado a serlo, pero no es un deporte competitivo en el medio natural.

Es un deporte en el cual tú te puedes enfrentar a unas dificultades y puedes superarlas.

O puedes tener ese acompañamiento de un compañero para asegurarte y confiar en las personas que van contigo y compartir todo: el miedo, la experiencia de vivir un momento intenso, el hecho de estar en el medio natural.

Todo eso, esa filosofía, del que nosotros vamos buscando un poquito la libertad de movimiento, la armonía con la naturaleza, más que un deporte.

Aunque hace falta entrenar para tener una condición física aceptable y poder evolucionar en la escalada, sigue siendo un estilo de vida. Vivimos en la montaña, entrenamos en la montaña y disfrutamos en la montaña.

Al final, la montaña nos enseña ciertos valores que no tenemos en las ciudades y, para mí, sigue siendo completamente un estilo de vida.

Toda mi vida ha estado relacionada con la montaña y la montaña me ha ido dando escalada, experiencias, momentos duros, momentos felices, compañeros (he ganado y perdido compañeros).

Le he encontrado un sentido a mi vida que gira todo en torno a la montaña.

Y añadiendo un breve apunte personal, en cuanto a qué supone para los demás la escalada, aunque para nosotros ha sido un deporte de filosofía y le hemos dedicado mucho tiempo de nuestra vida, hemos entendido que a la gente le agrada mucho la escalada y de ahí surgió el Yak Mountain.

Si a nosotros nos gustaba tanto juntarnos para hacer escalada y compartir, pues dar la oportunidad con el rocódromo de que otros pudiesen también aportar, a nosotros y a ellos, ha surgido un ambiente de escaladores, de muchos escaladores, ahora con la publicidad que nos hacen las redes sociales y demás, ha crecido mucho.

Y yo creo que seguirá creciendo, porque la escalada en sí y sus valores es algo que la sociedad acepta muy bien, ya sea en infantil como en adultos.

Para personas que no encuentran su sitio, la escalada les puede aportar ciertos valores que hoy en la sociedad están en desuso, como decíamos antes, el compartir, el encuentro de la gente, el animar a la gente, todo eso va con la filosofía de la escalada.

Creo que este deporte viene para quedarse mucho tiempo y aportar ciertos valores que se necesitan hoy en las sociedades en las que vivimos, sobre todo en las más industrializadas.

Pienso que sí, que la escalada subirá y nosotros nos sentimos orgullosos de haber puesto la primera piedra de la escalada en la ciudad.

Ojalá surjan más piedras para que esto evolucione y vaya por buen fin.

Espero que todo lo que hemos sembrado nosotros quede en el tiempo”.

Elena Martínez