Ultra Trail du Mont Blanc no había de pasar por nuestras vidas en esta edición. Lo digo porque solo yo tenía dorsal. Hicimos todo lo posible para obtener uno para Bárbara utilizando todas nuestras armas pero fue imposible.

UTMB AlexYo tenía claro que no participaría sin ella pero a mediados de agosto las redes sociales iban llenas de mensajes de un montón de amigos y conocidos que se preparaban para partir hacia Chamonix. A diez días de la fecha de salida, intentamos cambiar el nombre de un dorsal de un amigo que no iba a participar pero la organización nos respondió que no era posible. Fue entonces cuando tenía que decidir si iba o no y al final me decanté por ir. Empecé a mirar vuelos. ¡Caramba, qué caros! Pagué el gusto y las ganas para volar a Ginebra para luego tomar un transfer a la ciudad francesa de Chamonix.

El jueves a última hora de la tarde llegaba a Chamonix. Allí me esperaban Xavi y Paula, que me acogieron en su apartamento.

El viernes se levantó con un espléndido día que preveía una climatología inmejorable para el desarrollo de la carrera. A las 4:30 PM se dio la salida de la 11ª edición del UltraTrail du Mont Blanc.

La edición del 2013 pasará a ser la única que se ha realizado con el recorrido planificado y sin producirse ninguna variación, siendo ésta una de las más largas y con más desnivel acumulado.

La gente salió corriendo sin saber o sin la realidad de que se trata de  una carrera de fondo y no una de velocidad, llegando a mitad de carrera en la población de Courmayer exhaustos y sin fuerzas para poder afrontar la segunda sección de la carrera. Es allí donde se producen la mayoría de los abandonos, siendo conscientes de lo mucho que han sufrido, del sueño que han pasado y de lo que les espera por delante. Una noche más en vela y más de 95 kilómetros y 5.200 metros de desnivel.

Mientras descansaba un poco intentando planificar el resto de trayecto y encontrar compañeros de viaje, veía gente con muchas dudas; otros que lo tenía muy claro, que comían algo y volvían al ataque; gente durmiendo en el suelo y otros tomándose una pequeña ducha. Yo tenía claro que quería ducharme pero no lo hice y mis delicados pies lo notaron, respondiéndome con múltiples yagas en los dedos. El camino lleno de polvo y el sudor fueron las causas de las malditas y temidas ampollas,  pero esto no me hizo abandonar.

Desde Courmayer hasta el Grand Col de Ferret, nos encontramos con un paisaje precioso, desde mi punto de vista el mejor de toda la ruta, dejando a nuestra izquierda las majestuosas montañas que forman el círculo del macizo del Montblanc.

A lo alto del paso del Grand Col de Ferret me encuentro un niño con la camiseta del Fútbol Club Barcelona y más abajo otro con una camiseta del Real Madrid separados por dos valles. Seguro que ellos no saben nada de la rivalidad entre ambos clubes.

En anteriores ediciones, en Champex se podía dejar otra bolsa con material de repuesto para poderse sanear y cambiar de ropa, pero ya llevamos tres ediciones en las que la organización ha dejado de dar asistencia de ese tipo y ha pasado el problema a los acompañantes, sí dispones de ellos.

Para algunos, ese punto de avituallamiento es muy peligroso ya que se llega exhausto y con serias dudas sobre si tendrás tiempo de pasar los tiempos de corte y realizar los tres últimos picos antes de llegar a la meta. Los llamados “tres tenores” pueden pasar factura a todos los participantes. Algunos pierden mucho tiempo. A causa del cansancio, en la entrada de la segunda noche encuentras a muchos participantes durmiendo en los rincones y los puntos de avituallamiento.

Lo más bonito es llegar a la última cima y ver amanecer a lo lejos el fantástico Montblanc iluminado por el sol. Con este recuerdo solo te queda bajar la cima y llegar eufórico a la meta habiendo conseguido tu objetivo.

Alex Clarasó

Más información: http://ultratrailmb.com/accueil.php