Antonio de la Rosa parece no encontrar los vientos que se esperaban al llegar a aguas más próximas a la Guayana Francesa, donde se encuentra la meta de la de la competición Rames Guyane 2014.
El grupo de remeros guayaneses que tenía próximos persiguiéndole, con circunstancias meteorológicas y corrientes más favorables y buenos conocedores de la zona, le han ganado millas en estos últimos días, consiguiendo alcanzarle y relegarle a un quinto puesto en estos momentos.
A pesar de aprovechar sus horas de remo al máximo, aún más ahora que hay luna llena, el calor y el escaso viento están haciendo insoportables estos últimos días al aventurero, “ayer tercer día de calor sofocante, desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde el sol estaba durísimo, intento aguantar hasta las 14:00 horas, pero apajarado… El viento apenas sopla, se hace sofocante, el mar no empuja, en dos días he recorrido la misma distancia que en uno de los normales, y muchísimo menos de lo que tendría que ser a esta latitud y en estas fechas”. Y pone un ejemplo, “esta mañana he remado de 9 a 11 con un sorprendente viento sureste de 3 nudos… poquísimo”.
El aventurero reconocía esta semana que el cansancio está ahí y empieza a haber una importante degradación del cuerpo. La novedad del principio se ha disipado, y tras comprobar que la duración de la travesía se va a alargar, se levanta y sólo piensa en llegar lo antes posibles. Aún así, el español se muestra confiado, “iré haciendo lo que pueda y lo que me deje la madre naturaleza, llegar, confío que llego, ¿cuándo?, ¿quién sabe?”. Incluso gasta bromas y se ríe sobre ello, “a este ritmo veo las campanadas de nochevieja en el Atlántico, original un rato, lástima que no me traje uvas”.
La prueba tiene un importante factor psicológico, de remo y de navegación. Es este último, el que el español ha notado que más falla, aprendiendo en el transcurso de la prueba muchos detalles marítimos y de su embarcación, que el resto de remeros dominan, bien porque es su segunda participación en la competición o bien porque tienen routadores en tierra analizando todas las situaciones y les aconsejan. Ello demuestra el espíritu aventurero de Antonio de la Rosa, que sin abandonarle su habitual competitividad, sigue intentando arañar millas y quedar entre los primeros puestos de esta edición de la Rames Guyane. Aún quedan muchos días y unos 1300 kilómetos, pueden pasar muchas cosas.
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