Los grandes placeres de la vida se disfrutan más en compañía: el vino, los viajes, la siesta, el sexo e incluso el ciclismo pueden multiplicar su efecto de gozo hasta límites insospechados cuando son compartidos.Un mes al año, y justo cuando las montañas comienzan a deshacerse de la nieve que nos ha visto esquiar en invierno y los prados y rocas afiladas que nos verán correr en verano van apareciendo, combinamos las zapatillas de montaña con las calas.
La bicicleta y el arte de sufrir dándole a los pedales, aunque no sea el deporte que practicamos habitualmente, nos encanta. No somos rodadores ni sabemos ir a rueda. Somos, simple y llanamente aventureros ávidos por experimentar los más rocambolescos desafíos. Esa pasión y la recompensa mezcla de satisfacción y dolor nos empujó a participar en la Marcha Cicloturista Internacional Mallorca 312 en tándem mixto: dos ruedas, dos corazones y cuatro pulmones para empujar una bicicleta de 20 años y más de 20 kilos del mejor acero.
La Marcha Cicloturista Internacional Mallorca 312 es uno de los eventos deportivos más importantes de Baleares y cuenta con una proyección de cara al exterior sensacional. Se celebra a finales de abril y consiste en la peregrina idea de dar la vuelta perimetral a la isla de Mallorca en menos de 14 horas, recorriendo 312 kilómetros y acumulando más de 4.000 metros de desnivel positivo. Una marcha impecablemente organizada con un crecimiento exponencial que ha doblado la participación respecto a la edición 2014, congregando a 3.100 entusiastas de la bicicleta provenientes de 20 países, y que nos atrapó desde nuestra primera participación en 2012 en su tercera edición.
Nuestro idilio con Mallorca 312 y su organización fue como un flechazo. A finales de 2011 nos comentaron que una gran ruta de 312 kilómetros giraba en sentido antihorario por Mallorca, recorriendo los puertos de la Serra de Tramuntana por la mañana y permitiendo rodar en grupo a toda velocidad por la tarde para llegar a cenar a Playa de Muro. No lo dudamos y nos inscribimos. Enviamos un par de bicicletas, un iglú automontable y dos sacos de dormir, tomamos un avión y un autobús y nos presentamos en Playa de Muro ataviados con barretina y “espardenyes de set vetes”. Aunque parezca mentira, no nos reconocieron por nuestros complementos, sino por las cervezas de litro que llevábamos en la mano.
El director de carrera, Xisco Lliteras, nos dio la bienvenida y pasamos la tarde-noche refrescando nuestras gargantas con la bebida del placer. Por la noche colaboramos en el montaje de la meta y no pudimos ir a descansar al hotel puesto que realmente no teníamos alojamiento. Nuestro plan de dormir en la playa pareció fantasía a la dirección de carrera y nos ganamos su cariño, un gintonic y un reto de cara a 2013: ser el primer tándem en completar la Mallorca 312. Esa primera marcha fue el inicio de una pasión irrefrenable con la isla.
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Mallorca 312: http://www.mallorca312.com/