Nuestra colaboradora Jéssica Mataix participó el pasado 21 de mayo a la primera edición del Trail de Primavera Confrides. Aquí nos narra su participación y experiencia en esta carrera.

«El Trail de Primavera tiene salida en Confrides, un pequeño y acogedor pueblo del interior alicantino y con la Serrella como terreno de juego. La Serrella, una montaña que enamora y que pocas veces tengo la oportunidad de ir, pese a estar cerca de casa. Cuando vi que se estaba organizando un maratón allí, no me lo pensé dos veces y me inscribí… aún sabiendo que teniendo las carreras del Circuit Xitxarra como objetivo (que no pasan de 25km). ¡Llegaba algo justa! ¡Pero no quería que me la contarán!

Suena el despertador a las 4:15h de la mañana. Me cuesta poco levantarme porque he dormido intranquila y habré mirado unas 4 o 5 veces el reloj, ¡para no dormirme! Tengo todo preparado de anoche; pero quiero desayunar algo antes de ir. Voy con Cris y Marcos y luego nos juntamos con corredores del Club Atletismo Alcoy.

a las 5:30 salimos hacia Confrides. Esta vez era la única del APER que hacía el maratón; Efrén iría más tarde a correr la media maratón. Fui todo el camino concentrada. Hay muchas curvas y llegar allí con malestar y ponerse a correr no es lo que más me apetecía. ¡Al menos no me mareé!

Llegamos un poco más tarde de las 6 de la mañana. Empieza a amanecer y recogemos los dorsales del Trail de Primavera Confrides. Me encanta y disfruto del momento previo a las carreras: el saludar a tantísima gente conocida, algunos ya amigos de estas locuras y no dejar de sonreír mientras unos te cuentan que no están bien, otros que van cortos de entreno… yo siempre digo la verdad. ¿Qué tal estás? Bien. Yo estar, estoy bien. Falta ver luego las sensaciones en carrera, pero si estuviera muriéndome me habría quedado en casa.

He decidido salir sin mochila; noto que se me carga bastante la espalda con ella y quiero llegar lo menos perjudicada posible a la Emmona (que al final no participé). Llevo un cinturón con un bidón de 750ml y uno más pequeño de 250ml. En el cinturón portadorsal de Lurbel llevo el móvil y los geles. La verdad es que fui muy cómoda toda la carrera. ¡Ah! ¡Y los bastones! Aunque soy consciente de que los voy a tener que llevar en la mano toda la carrera, me compensa porque en las subidas me ayudan mucho. Siempre intento llevarlos si la carrera es de más de 35-40km y el desnivel es considerable.

Nos acercamos a la línea de salida del Trail de Primavera Confrides. Somos algo más de 150 corredores, a cada cual con más ganas de recorrer montañas. El primer km es hacia abajo, con lo que salimos algo lanzados. Después viene una subida por asfalto y pista y ya vamos colocándonos en nuestro lugar. Yo como siempre, voy a mi ritmo, sin fijarme en nadie. Y mi ritmo al salir es un poco lento hasta que no pasan unas horas no me encuentro a gusto. Eso me ha faltado en las últimas carreras del circuito ¡kilómetros!

Pasan los kilómetros y empieza la primera subida dura, y justo antes de empezar está el primer punto de avituallamiento. Bebo un poco de agua y relleno el bidón (he salido con poca agua para no cargar peso innecesario, ya que al principio siempre bebo menos y el calor no es tan fuerte). También me tomo la segunda cápsula de sal (me he tomado una antes de salir). Se prevé calor y yo sudo muchísimo; si no me tomo una sal a la hora lo puedo pagar.

La subida es técnica y preciosa, el sol alumbra la hilera multicolor que poco a poco va desapareciendo tras el punto más alto. Me encuentro más o menos bien a este ritmo, y cuando menos me doy cuenta, llegamos arriba, una especie de cresta. A continuación viene una pequeñita bajada. Pasamos a una pista y un voluntario me dice que soy la tercera chica. ¿En serio? Por delante sabía que seguro estaban Esther Sánchez y Myriam Talens; pero daba por hecho que alguna más seguro había. Tampoco me fío mucho, porque a veces se equivocan.. Cogemos una pista en subida donde a ratos me obligo a correr impulsándome con los bastones para acabarla lo antes posible. ¿Llegarán a gustarme las pistas algún día? ¡Lo dudo!

Una vez en el punto más alto empezamos a bajar y en el km 11 está el segundo avituallamiento del Trail de Primavera Confrides. Aquí paro a beber, como una naranja y cojo un puñado de frutos secos. Tampoco quiero beber mucho porque la bajada continúa y con la barriga llena de líquido es incómodo. Me despido de los voluntarios y continúo la bajada por pista. Tenemos por delante unos 4km y 800m de desnivel negativo hasta el siguiente avituallamiento, ubicado en el pueblo de Quatretondeta. Llega un momento que la pista se hace sendita y reconozco la zona; por aquí vine con unas cuantas guerreras el pasado verano a hacer un entrenito. Pasamos por debajo dels Frares, ¡espectacular!. Volvemos a la pista y a correr se ha dicho.

Llego al avituallamiento, km 16 aproximadamente del Trail de Primavera Confrides; como algo y continúo, me noto bien. Pero viene un tramo muy pesado, pista, llaneo, un cauce de río seco. ¡Me está costando! Por fin parece que subimos un poco y llegamos a Facheca. Allí me encuentro con los alcoyanos Salva, Nando e Iván. Charlamos un poco, bebemos y comemos, unas fotos y a seguir. Antes de salir veo que llega Ana Abad, si me ha pillado supongo que va mejor que yo. Aunque me había dicho que correría sólo la mitad de la carrera, pero la presión de que te quiten un pódium la tengo en la cabeza. Un poco más de pista, una subida y llegamos a Famorca, donde están Saúl, Jesús y Gema, la mujer de Zeus. ¡Qué subidón!. Cargo agua hasta arriba porque viene la segunda subida gorda de la carrera, unos 600m positivos para alcanzar la Malla del Llop. La subida es un zigzag donde se ven a los que van delante y los que van detrás. A mitad de la subida hay una fuente y no pierdo la oportunidad de refrescarme un poco. ¡Qué bueno! Casi llegando arriba veo a Nando y Salva; Nando tiene problemas estomacales; pero parece que se recupera y tiran delante de mí. Veo a un chico con calambres sentado y le doy unas sales 226ERS, comentándole que van muy bien. Y justo después de darle me empieza a coger a mí algún principio de rampa… ¡Qué miedo les tengo! Llego a la Mallada del Llop (1340m) y allí hay un fotógrafo para inmortalizar el momento en el vértice geodésico. Y no dejo pasar la oportunidad de poner la mejor de mis sonrisas.

Continuamos cresteando hacia el Pic de la Serrella, y de allí empieza una bajada con mucha pendiente y piedras resbaladizas que sin rampas habría disfrutado muchísimo. Pero con el miedo a que se me coja un gemelo bajo con cuidadín. Tenemos por delante unos 7km y 500m de desnivel negativo hasta llegar al Abdet, último pueblo y avituallamiento. Llegando allí llamo a Kiko, tengo cobertura y en Confrides no tengo. Le digo que me quedan sólo 4 km para finalizar el Trail de Primavera Confrides. Me anima y sigo con una sonrisa. Empezamos a subir hacia Confrides pero llega un momento que nos alejamos del pueblo… y eso a estas alturas no hace nada de gracia. ¡Pero no queda otra! Me obligo a correr en los falsos llanos, aplicándome eso del libro de Scott Jurek: “en ocasiones hay que hacerlo, y punto”.

Por fin llego a la carretera del pueblo y encaramos la última subida que nos llevará a la plaza donde está la meta. Entrando a meta oigo que están dando la entrega de trofeos a los corredores de la media maratón del Trail de Primavera Confrides y justo le dan el premio a la 3ª corredora, Anabel, ¡qué ilusión! Jaime me menciona y dice que otra guerrera está cruzando la meta… también en 3ª posición. ¡La verdad, no me lo crecía! ¡Tercera de la Trail de Primavera Confrides!

Tras cruzar meta, bajar pulsaciones, hablar con Saúl que estaba esperándonos en meta… recuerdo que lo primero que le dije fue que no me veía capaz de ir a Emmona. Son 4000m más positivos que los que acababa de hacer. Tras meditarlo, hablarlo con Kiko y comentarlo con Bàrbara de Sportvicious, tuve que perder la oportunidad de correr por el Valle de Nuria porque esta vez no me ardía por dentro.

¡Será por carreras! ¡Pensando ya en la próxima!

Jéssica Mataix