Es un debate ampliamente extendido, según a quien le preguntes puedes encontrar respuestas dispares. Muchos corredores opinan que correr en cinta es mucho más fácil que hacerlo fuera y por lo tanto no rindes igual en el ejercicio.

Hay factores que influyen a la hora de elegir una forma de ejercitarse u otra. El grado de forma que tengamos cada uno, pero también hay algunos importantes como la edad, no todo el mundo puede empezar a correr desde cero y marcarse unas metas muy altas, las articulaciones como muchos sabemos son bastante frágiles en ese aspecto y si tenemos sobrepeso, una edad avanzada o no hemos realizado ejercicio en un largo período de tiempo tenemos un alto grado de riesgo de sufrir las temidas tendinitis.

En primer lugar lo compararemos con la máquina por excelencia que desde luego es más comparable, las cintas de correr.

Los que defienden correr al aire libre opinan que se gasta mucha más energía pues con la resistencia del viento o el propio ejercicio no es lo mismo que estar metido en una sala con una máquina que te haga la mitad del movimiento, correr fuera te hace ir más rápido y mejorar la resistencia. Sin embargo los asiduos al gimnasio dicen que eso no es verdad.

En un estudio realizado en la universidad británica de Exeter del profesor Andrew Jones llevaron a nueve corredores para ejercitarse en una carretera y midieron su gasto de energía. Posteriormente tomaron a esos voluntarios y corrieron en una cinta pero con distintas inclinaciones eso sí, el resultado fue que al poner un 1% de pendiente en la cinta igualaban prácticamente la resistencia al correr fuera nada menos.

En cuestión de velocidad, en un estudio en Singapur corrieron al aire libre y luego se les pidió hacerlo a la misma velocidad en una cinta, el resultado fue bastante sorprendente, aunque pensaban que en la cinta lo hacían igual, realmente estaban haciéndolo más lento, la respuesta a esto es que cuando corres en interiores no tienes referencias visuales para saber que tan rápido corres, con lo que si lo hacemos fuera nos esforzamos más.

Pero hay otras cuestiones a tener en cuenta como dijimos al principio, correr fuera significa poder tener un resbalón, pisar mal y dañarte un tobillo o tener alguna lesión similar por una superficie algo irregular. Además por cada kilómetro que corres, tus pies golpearan el suelo más de 1.000 veces, repetir ese movimiento contra el asfalto causa que las articulaciones tienen un mayor desgaste en exteriores, las cintas de correr amortiguan bastante ese impacto y en otras máquinas de cardio como por ejemplo las bicicletas elípticas tienen un impacto muchísimo más reducido en comparación.

La cinta de correr por lo tanto igual que hacer cardio con máquinas, pueden ser mejor que un suelo duro si has sufrido anteriormente una lesión sobretodo para fortalecer paulatinamente los tendones y músculos, si tienes sobrepeso o tienes baja forma física, una vez que hayas pasado esos estados, es ideal que cambies las resistencias o varias entre hacerlo en exteriores o en gimnasio o en casa.

Hay que tomar algunas cuestiones en cuenta también, como que correr al aire libre te hará estar mucho más positivo, respirar aire fresco mientras nos ejercitamos es fantástico como muchos sabemos y por nada lo vamos a cambiar, pero plantearnos en algunas circunstancias usar las máquinas no es algo aislado.

Conclusión de correr en cinta o al aire libre

Sabiendo sobre todo los límites que tienen pero los beneficios que nos ofrecen tanto una parte (correr en cinta) como otra (correr al aire libre). Personalmente creo que lo más importante es elegir el ejercicio que te sea más ameno y motivador, y luego que mejor se ajuste a tu ritmo, tu cuerpo y tus objetivos, lo importante desde luego es movernos en lugar de hacer una vida sedentaria.

Andrés Ortega