Lesión crónica 2018 Sportvicious

El reloj no para de devorar segundos, mantiene su ritmo constante sin intención de parar, convirtiendo en pasado justo el segundo anterior. El dolor no para, mantiene en guardia todo lo que le rodea. Unas veces golpea con fuerza, otras de manera silenciosa, incluso hay momentos en los que parece no estar y es entonces cuando vuelve. Cambia de sitio, se esconde o se instala de manera permanente. Le llaman lesión crónica a un okupa que no quiere desalojar nuestro cuerpo.

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EL DOLOR NO ES LO MÁS IMPORTANTE

¿El dolor es proporcional a la importancia del problema?

Lo realmente importante es lo que produce el dolor.

Crónica es la manera de alimentarnos, la forma de movernos (mucho, poco, bien o mal), como pensamos. Crónico es nuestro día a día… y tampoco, lo crónico es temporal. Casi nada es para siempre. Cuando la estructura no está dañada, cuando el tejido conjuntivo tiene buena salud, el problema está en la función, no en la estructura. Somos seres funcionales.

EN EL MOMENTO QUE SE PONE EN MARCHA EL PROCESO DE REPARACIÓN, ES TIEMPO DE OBSERVAR, DE ROMPER ESQUEMAS O DE CREAR OTROS NUEVOS, DIFERENTES.

Algo hace estar en estado de alerta a nuestro cerebro atendiendo a una alarma que saltó hace tiempo y no se apaga.

Aparece una sombra continua anclada al miedo al cambio, al miedo a ir en otra dirección, al riesgo de avanzar con otro movimiento, al vértigo a salir de la zona de confort. Lesiones o patologías que no acaban de solucionarse. En muchas ocasiones nos obsesionamos con darle el papel principal a la lesión, cuando deberíamos preocuparnos más sobre la recuperación de la salud que sobre la enfermedad.

El intestino, el segundo cerebro

Últimamente no paramos de oírlo por diferentes vías. El comportamiento del cerebro y del intestino tienen unos amigos en común: la red neuronal, la mucosa y la emoción.

La genética influye, pero en un porcentaje muy pequeño sobre nuestra salud. Si entendemos que el problema de la cronicidad está en el cerebro y no en el tejido donde aparece el dolor. Si entendemos que el cerebro y el intestino están directamente relacionados. Si entendemos que lo que pensamos influye en el aparato digestivo. Si entendemos que lo que asimilamos de nutrientes afecta al cerebro. Entonces el dolor crónico puede estar vinculado a lo que comemos.

Encontramos en el intestino y su mucosa muchos inicios de artritis, dolores articulares, desajustes ginecológicos, lesiones musculares de repetición, alteraciones o patologías  emocionales. ¡Comer mal genera dolor crónico!

Inflamación de baja intensidad. El asesino silencioso

Como un fantasma que solo deja ver su sombra, no aparece de inmediato, su terreno es el medio o largo plazo. La gota de agua no rompe la roca por su fuerza sino por su constancia.

Un poco de tóxico de aquí, otro de allá mantenido en el tiempo y el fantasma aparece de repente, sin haberlo visto ni intuido en ningún momento previo. Como una mancha de tinta que se extiende a nivel celular, aparecen esos dolores nocturnos sin explicación, esos que no obedecen al movimiento sino a la carga ácida de los tejidos.

Muévete y todo se moverá

Las células de nuestro cuerpo son pequeños atletas distribuidos por diferentes tejidos. Necesitan entrenamiento de manera periódica. La entrada y salida de nutrientes es movimiento, la respiración es movimiento, el bombeo circulatorio es movimiento.

El movimiento es la mejor manera de eliminar estrés oxidativo de nuestra sangre, controlarlos radicales libres y alcalinizarla. Deporte, ejercicio o movimiento tu eliges, ¡pero muévete!

El triángulo de los lados perfectos. Sistema nervioso, biología y fisiología.

El factor emocional, el nutricional y el mecánico forman la base que sujetará toda la estructura y la función del organismo.

Debemos generar mecanismos distintos para buscar otras vías de solución. Buscar otras adaptaciones, generar distintas compensaciones para equilibrar el triángulo.

Muchas veces oímos; hay deportistas que no se cuidan que son competitivos y  capaces de rendir. Si de acuerdo pero ¿hasta cuándo? Otros apenas duermen, no respetan la fase de reparación y consiguen objetivos, pero ¿cuál es la factura que pagan? Entrenan mal sin respetar los descansos ni las cargas de entrenamiento… Entrenan siempre en fatiga, siempre cansados.

Mi opinión es que esto es un viaje de corto recorrido, que puede llamar la atención. Creo que para recoger hay que sembrar. Hay deportistas que compensan muy bien una de las patas de la salud deportiva pero a la larga aparecerán los problemas en forma de fatiga, de lesiones, de falta de rendimiento incluso de problemas de autoestima por no conseguir los objetivos. Sin duda una buena planificación de entrenamiento, descanso (sueño) y nutricional ayudará al conjunto de sistemas a gestionar sus funciones. Lo contrario es dejarlo todo en manos del destino, del azar. Jugársela a la ruleta rusa. El tiempo solo , no lo cura todo.

Tenemos en nuestra mano (epigenética) mucho poder para encaminar nuestra salud.

Debemos realizar una buena ingesta de macro nutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micro nutrientes (vitaminas, minerales y oligoelementos).

Tener buenos hábitos de recuperación: sueño reparador, buen tono muscular, ajustar la mecánica y cadenas musculares con sesiones de masaje, estiramientos y técnicas de relajación.

Vamos a ponérselo difícil a la lesión (lesión crónica) para que no se instale durante un tiempo prolongado. El día a día nos va a llevar al futuro inmediato.

Algunas alarmas de nuestro cuerpo sobre la lesión crónica

El cansancio nos va a dar pistas sobre la calidad de la nutrición y el descanso. La fatiga habitual nos puede hablar de acidosis. Acumulación de deshechos que afectan al tejido conjuntivo.

Retención de líquidos por consumo de alimentos con excesos (sal, azúcar, harinas refinadas, alcohol) o deshidratación por falta de aporte.

Insomnio provocado por entrenar muy tarde o cenar demasiado cerca del sueño. Es preferible la actividad deportiva a la mañana y cenar 3 horas antes de acostarse.

Malas digestiones. La clave del rendimiento estará en abdomen (intestinos, hígado, estómago…) Nutrición, asimilación y eliminación.

Desarreglos hormonales alterarán el sistema nervioso y la circulación de líquidos provocando periodos irregulares o dolorosos.

Tensión muscular y disminución de la movilidad articular como consecuencia de exceso de cargas y poca atención a la recuperación.

Descansa, muévete, aliméntate y la lesión crónica se detendrá en el tiempo.

Tinin Txo