Aymar Navarro analiza las claves de su buena campaña y repasa su gran trayectoria en el esquí desde que era niño.
Después de digerir el histórico podio y la medalla de bronce en el Xtrem Verbier, la gran final del Freeride World Tour (FWT), en Verbier (Suiza), el Mundial de esquí fuera pista,
AYMAR NAVARRO ANALIZA LAS CLAVES DE SU BUENA CAMPAÑA
¿Esperabas tener una temporada tan buena?
Siempre estás con ganas de hacerlo bien y lograr resultados, pero a estos niveles cuesta.
Cuesta lograr resultados de tan alto nivel.
Llegar a las finales eran un objetivo que tenía porque sé lo difícil que es llegar ahí, pero cuando después de las dos primeras pruebas vi que podía ser una aspiración real.
En Fieberbrunn (Austria) intenté ir un poco más allá y buscar algo potente, porque estaba bien y me encontraba cómodo esquiando, y estuvimos a punto de liarla bien.
Salió una bajada muy buena, aunque en el último salto tuve un descontrol y me caí, pero los jueces me dijeron que si hubiera llegado bien hubiera sido 1º.
Pese a tener la caída me clasifiqué para las finales por los buenos resultados de Andorra. Sabía que podía estar ahí.
En Austria lo demostré y fui capaz de creérmelo, haciendo una bajada de estilo, desconectando, saliendo a competir sin mirar a los otros.
Busqué una línea muy directa, buscando saltos grandes, aunque la nieve estaba costra y no era fácil de esquiar, pero arriesgué y me salió bien.
AYMAR NAVARRO: ATRIBUCIÓN A ESTE SALTO DE CALIDAD
Pues no lo sé.
Mira, los jueces me dijeron que a este nivel llevaba unos cuatro o seis años en el Freeride World Tour y que yo era el rider que más les había sorprendido.
No sé si es porque este año le he quitado importancia a la competición y me lo he tomado como algo más, no como una competición en la que ir a buscar los resultados, sino en plan de ir a disfrutar y hacer lo que me apetece en la montaña.
Recuerdo en Verbier decirme ante de salir, tranquilo, solo es esquiar.
Ha sido cuestión de quitarme la presión y de hacer lo que sé, tampoco voy a tirarle a una línea que sé que no voy a planchar.
AYMAR NAVARRO: “ESTE AÑO ME TOMÉ LA COMPETICIÓN COMO ALGO PARA DISFRUTAR, SIN IR A BUSCAR RESULTADOS”
Si te exiges más en tus bajadas necesitas un mejor material también.
Sin duda.
Al final en este tipo de bajadas le exiges mucho al material, en cuanto a la rigidez o lo blando que sean los esquís y al flex de las botas.
Depende de la nieve buscas un esquí más duro o más blando, y hay que acertar bien con la elección.
Por ejemplo, este año, a diferencia del pasado, he cambiado y he cambiado de esquiar con la Redster 130 y he optado por la Hawx Ultra 130.
Ha sido el único cambio que he hecho, en esquís he ido optando por unos Backland 117 más blandos o más duros.
Y por qué el cambio de bota, qué buscabas.
Siempre me he encontrado mucho más cómodo esquiando con la Redster, pero este año, después de esquiar y caminar tanto con la Hawx Ultra 130, cada vez que me ponía las Redster no me encontraba tan cómodo.
Sabes que tras una temporada tan redonda el año que viene la presión será mayor.
Pasa cada año, cada año hay más nivel y los chicos que suben del júnior vienen con una base muy buena, con mucha base de freestyle.
Cada año la lucha es más y más potente y cuesta estar entre los diez primeros, se vende muy caro.
La clave está en saber leer el terreno, en conocerte a ti mismo y saber dónde están tus puntos fuertes para intentar estar arriba y buscar una línea que sea potente.
Igual todavía hay alguien que no sabe que empezaste con el esquí alpino.
Competí en esquí alpino hasta los 17 años.
Luego me tomé un año de transición y empecé con el freeride, hice alguna competición nacional y ya fui al World Tour en 2015.
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AYMAR NAVARRO: “DE PEQUEÑO SÓLO VEÍA ESQUÍS Y CAMIONES DE BOMBEROS”
Pero en casa no tenías una tradición de mucho, mucho esquí.
Más o menos.
Mis padres sí que han esquiado y me llevaron a esquiar, pero tampoco somos una familia de aquellas de 100% esquí y que mis padres fueran profesores o profesores de esquí.
Mis padres tienen pescaderías en el Valle de Arán y siempre me han ayudado en todo lo que han podido y gracias a ellos he podido llegar más lejos.
Y vivir en el Valle te lo facilita todo.
El esquí es un deporte que siempre me llamó la atención desde pequeño, que he disfrutado y que me lo ha dado todo.
AYMAR NAVARRO Y SU PASO POR EL ESQUÍ ALPINO
¿Lograste buenos resultados en alpino?
En mi último año, en el Campeonato Nacional, hice 2º en el gigante, 3º en el súper gigante y en la combinada.
¿Qué pasó? ¿Te cansaste del alpino?
En mi último año no encontraba la motivación necesaria, no me despertaba con ganas de ir a esquiar.
Todo consistía en ir a entrenar y se me hacía pesado y perdí la motivación.
Decidí dejar el alpino porque no quería perder el amor por la montaña y aburrir el esquí.
AYMAR NAVARRO: EL PASO AL FREERIDE
Al año siguiente de dejar de competir en alpino ya me junté con gente que hacía freeride.
Me enseñaron un poco las bajadas que solían hacer.
Recuerdo que los primeros días iba con mis esquís de gigante y no entendía como podían disfrutar con los que estaban haciendo.
Yo me hundía en cada giro que daba, hasta que me alquilé unos esquís.
Se hizo una competición en el Valle de Arán a final de temporada y me fue muy bien, lo mismo que el circuito nacional que se hacía en el Pirineo, y gané la general.
Empecé ya con el Qualifier del Freeride World Tour y en seis años ya estaba en el FWT.
AYMAR NAVARRO Y SUS PASIONES
Una pasión que compartes con tu trabajo de bombero en Pompiers Emergencies y en el grupo de rescate de montaña, GRM Val d’Aran.
Lo de bombero es otra de las cosas como de pequeño. De pequeño sólo veía esquís y camiones de bombero.
Todos los juguetes que tengo de pequeño son camiones de bombero.
Mis padres me llevaban a un parque de bomberos y era el niño más feliz del mundo.
Es un trabajo y una pasión. Me lo paso genial cada vez que voy a trabajar y me gusta.
No voy resoplando como si tuviera que ir a trabajar en una oficina.
Un trabajo que además te permite compaginar tu otra pasión, el esquí.
Tengo flexibilidad.
Los compañeros del trabajo se han portado muy bien a la hora de hacer los cambios y de ponerme facilidades.
Tener compañeros así se agradece y te deja ir la cabeza un poco más libre.