M Vilaseca www.sportvicious.com

Manu Vilaseca nacida el 24 de mayo de 1979 en Río de Janeiro, Brasil. Hija de padre español y madre brasileña. Enamorada de la naturaleza, apasionada por las montañas y por viajar descubriendo mundo junto a su pareja, Gerard Morales.

Manu es una gran corredora de larga distancia. Sus logros más destacados son: 5ª posición en la Transgrancanaria, en el Lavaredo Ultra-Trail (2015), en el Ultra Trail du Mont Fuji (2014), en la TDS (2019), y 8ª y 10ª en el Ultra-Trail du Mont Blanc (2013 y 2015, respectivamente).

Declaraciones de Gerard Morales

Manu Vilaseca, o gata como le digo yo, una persona sencilla, de trato fácil y alegre, humilde, simpática, buena persona y muy sensible. Le encantan los animales y esta es la razón principal por la que ¡dejamos de comer carne y pescado!

Como atleta, la definiría como una de las chicas más duras que he conocido. Nunca se da por vencida. Es una trabajadora incansable; aunque las cosas se tuerzan, sigue intentándolo.

No desfallece y jamás busca una excusa ante un resultado no esperado. Eso es algo que me impresiona mucho de ella. Le pueden salir las cosas muy bien, bien o normal, y siempre la oirás decir que todo está correcto.

Manu Vilaseca tiene buena actitud y es muy perseverante. Le encantan los retos difíciles; le motivan aún más.

Capaz de hacer un Ironman o la Marathon de Sables y ser competitiva en todo lo que hace. Para mucha gente, y me incluyo yo, ¡es inspiración!

Como pareja, es genial. Nos entendemos perfectamente; muchas veces pienso que también es mi mejor amiga. Intentamos hacer calendarios parecidos, por que si uno de los dos no compite y el otro sí, tenemos cierta “envidia” de las agujetas y el cansancio del que ha corrido.

Nos llevamos excelentemente y nos respetamos en todos los sentidos. Llevamos más de seis años juntos y tengo que decir que han sido los mejores años de mi vida. He aprendido muchísimas cosas de ella y estoy seguro que seguiré aprendiendo más.

Cada día intento reflejarme en ella.

Manu Vilaseca i Gerard Morales @MartaBacardit www.sportvicious.com

ENTREVISTA A MANU VILASECA

¿Por qué decidiste dejar tu ciudad natal Río de Janeiro y mudarte a Cataluña en el 2016?

La elección de venir a vivir a Cataluña, concretamente a la población de Moià (Barcelona), fue porque conocí a Gerard en la carrera Ultra Trail du Montblanc. Aunque nos conocíamos poco, vimos rápidamente que teníamos muchas cosas en común; nuestras vidas eran muy parecidas.

Además, yo tenía ganas de salir de Río, ya que el tema de la violencia me preocupaba mucho. Me di cuenta de que tenía que marchar de allí como fuera y quería encontrar un pueblo más seguro para tener una vida más tranquila.

Mi decisión fue rápida porque dispongo de pasaporte español. Quizás hubiera tenido que ser un proceso más largo, pero Gerard y yo charlamos y no quisimos demorar el tema porque no queríamos estar tan lejos el uno del otro.

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¿Cómo se tomaron tus padres la idea de empezar una nueva vida lejos de casa Manu Vilaseca?

Mi decisión definitiva la tomé a mi regreso del UTMB. Llevaba tres meses fuera de casa y fui directa a mi trabajo en Río, no quise ni pasar por casa. Trabajaba con mi padre, me senté con él a hacer un café y le conté que no quería vivir más en Brasil.

Al principio me dijo que no había problema alguno, que podría combinar el trabajo con mis viajes, pero le dije rotundamente que no quería vivir allí. Le expliqué que había conocido a Gerard y que él lo tenía todo claro.

Es cierto que al inicio mis padres entraron en estado de shock, pero nunca se opusieron a mi elección, ya que confían en mí. Soy una persona que suelo hacer las cosas con consciencia.

Así que ellos me respetaron desde el primer instante. No conocían a Gerard y yo puse la condición de que él viajaría a Brasil para conocer a mi familia y vino para la boda de mi hermano. Así que en dos meses cambié mi lugar de residencia definitivamente.

¿Fue duro el hecho de estar a distancia de tus padres, hermanos y amigos brasileños?

El primer año fue duro porque cambié muchas cosas y no estaba preparada. Pensé que todo sería muy fácil cuando en realidad tenía que aprender a hablar un idioma, buscar trabajo, adaptarme a la nueva cultura y todos estos aspectos conllevan tiempo.

Me tenía que aclimatar, pasaba malos momentos, pero tenía claro que mi decisión había sido la correcta.

Además, corriendo no me encontraba bien, ya que cuando la cabeza no está en su sitio, el cuerpo no te acompaña y mis carreras no salían bien.

Me costó dos años adaptarme y al tercer año ya me sentía como en casa. No tengo ninguna duda del gran cambio que hice y estoy muy convencida, pero es cierto que pasé momentos complicados.

¿Cómo era tu día a día en Brasil?

Mi día a día en Brasil era muy diferente al de aquí. Yo trabajaba con mi padre, era socia de su empresa y tenía una tienda de marcos de pinturas y decoración en un centro comercial. Entrenaba muy temprano por la mañana y luego iba a trabajar.

Me pasaba muchas horas en el coche para ir del trabajo a entrenar y de entrenar al trabajo.

Tenía autonomía para hacer mi propio horario, no lo tenía que cumplir a rajatabla, pero es verdad que tenía muchas responsabilidades, ya que si no vendía no podía pagar a mis empleados ni el alquiler.

Era un compromiso muy grande, nada que ver con la vida que tengo ahora. También solía ir a la playa cada día. Entrenaba, me relajaba, bebía agua de coco mientras veía el mar.

¿Y qué tal es ahora la vida de Manu Vilaseca en Moià?

Mi vida en Moià es totalmente diferente a la vida que tenía en Río. Aquí no hay playas… No es que esté muy lejos, pero necesito desplazarte hasta ellas, por lo que no voy frecuentemente como antes.

Mi nuevo ritmo de vida es mucho más lento; no voy a contrarreloj. Otro cambio muy importante es que no tengo que coger el coche cada día.

Todas las mañanas las aprovecho para entrenar y realizar las responsabilidades que conlleva la casa, y por las tardes hago las clases con mi grupo de entreno.

Otra diferencia es la vida social. En Río era muy activa, siempre estaba fuera de casa, comidas y cenas con amigos, la playa, disfrutaba de la ciudad, etc.

Ahora mi vida es mucho más tranquila; me gusta cocinar y estar en casa.

Manu Vilaseca www.sportvicious.com

Manu ejerce como entrenadora personal, profesora de yoga, miembro de la plataforma Peak Run Performance Coaching Team y, además, tiene un grupo de entrenamiento, el Team Peak Run Moià, que regenta junto a Blacky. ¿Ya te da tanto la vida?

Al principio trabajé dando clases de inglés en una escuela de idiomas porque soy profesora. Ahora mi vida está totalmente enfocada al mundo del deporte.

Soy entrenadora en Peak Run Performance, una empresa estadounidense y canadiense, junto con Jacob Puzey, que era mi entrenador. Realicé una formación previa para poder trabajar juntos.

Durante la pandemia, también aproveché para formarme como profesora de yoga y doy clases particulares. Con mi grupo hacemos entrenamientos de fuerza, circuitos funcionales, yoga, etc.

Tengo la gran suerte de que Gerard me ayuda muchísimo y siempre que puede me acompaña en los entrenos.

Los realizamos juntos porque le gusta o, si no, me ayuda a montar la clase. Para mí trabajar juntos es muy importante porque tenemos más fuerza.

Además, soy entrenadora en la plataforma de forma online. Es gente que no conozco ni veo, pero estamos en contacto diariamente.

Asimismo, soy corredora de Craft, marca que me fichó hace un año y medio.

Para mí esto también forma parte de mi trabajo porque tengo unas responsabilidades con ella.

¿Desde siempre te ha apasionado el deporte?

El deporte no siempre me ha apasionado; de hecho, no me gustaba. Recuerdo que, cuando era pequeña, en la escuela buscaba excusas para no acudir a las clases de educación física porque las odiaba.

El único deporte que practicaba, y fue a los 11 años, era la equitación porque mi madre solía montar. Al salir del colegio, iba a la hípica y me gustaba estar allí incluso los fines de semana, pero en ningún momento pensé en practicar otro deporte.

Cuando dejé de montar, me apunté a un gimnasio y realizaba clases de spinning.

También corría un poco hasta que un día me apunté a una carrera de 5 km. A partir de allí conocí gente y probé otros deportes que me iban gustando. Me gustan y practico muchos deportes, pero no quiero probar ninguno más porque no tengo más tiempo.

¿Quién te inculcó este entusiasmo?

En mi familia nadie hace deporte; la única es mi madre. En ningún momento he tenido ninguna influencia de nadie. No sé de dónde me vienen las ganas de hacer todo lo que hago.

Lo único que recuerdo es que, como diseñadora industrial, acudí a la feria de Milán con mi padre y realizamos una parada en Courmayeur, donde me quedé flipada con las montañas. Sabía que se disputaba una carrera allí y mi ilusión era participar en ella algún día.

A mí la montaña me fascina pero tampoco sé el porqué, ya que en Río hay montañas, pero son pequeñas y no tienen nada que ver con los Alpes.

Las montañas me llenan de energía y puedo estar allí todo el día; tengo la sensación de que no necesito nada más.

Cuéntanos un poco tu trayectoria deportiva Manu Vilaseca…

De los 11 a los 25 años solo montaba a caballo. Después fue cuando me apunté al gimnasio, realizaba rutas en BTT y me inscribí a un raid con un equipo formado por cuatro personas.

Mi primera carrera fue complicada porque íbamos en kayak y se hundió. Nos quedamos en medio del mar y nos rescataron, pero seguimos en carrera y fuimos el último equipo en llegar.

A pesar de todos los imprevistos, me encantó y seguí participando en carreras de aventura. Asimismo, participaba en carreras de BTT, triatlones. Ironman, etc. El trail running fue el último deporte que probé.

Fue cuando The North Face abrió una tienda en Río y buscaban una persona para esponsorizar.

En el 2012 realicé mi primer ultra, La Misión, de 160 km en Chile y gané la carrera.

M. Vilaseca @AitorLamadrid www.sportvicious.com

¿Qué otros deportes practicas actualmente Manu Vilaseca?

Hago bici de montaña y de carretera, me gustan las dos. Incluso tengo una bicicleta de enduro, pero lo hago esporádicamente porque no puedo sufrir caídas y hacerme daño.

Me gusta ir a un bike park y disfrutar de este deporte. Practico yoga con mucha regularidad y curiosamente vuelvo a montar a caballo porque mis cuñados tienen una hípica en Moià. 

Dices que tanto te da llegar la primera como la última, pero al mismo tiempo declaras que quieres ganar… ¿En qué quedamos?

A ver, no da lo mismo llegar la primera o la última… Siempre que nos colgamos un dorsal y hemos entrenado, intentamos ganar.

Es cierto que participo en carreras que sé que no ganaré porque tengo los pies en el suelo, pero no quiero dejar de participar en ellas por este hecho.

Al volver de una carrera, me siento satisfecha al saber que lo he dado todo, que he acabado y que prácticamente no me puedo ni mover. Puedes entrenar mucho y estar en forma, pero nunca sabes cómo te vas a encontrar el día de la carrera, es imposible controlarlo.

Somos personas y no nos levantamos cada día sintiéndonos estupendos. Quizás el día D tienes un mal día y debes gestionar los problemas que van surgiendo; mentalmente eso cuesta mucho, sobre todo cuando sabes que estás a un alto nivel físico.

Me gusta valorar el hecho de luchar, de intentarlo y no rendirse. Cuando abandonas una carrera por lesión, no pasa nada, pero cuando lo haces por pensamientos negativos y al día siguiente te atormenta el hecho de no haber acabado, es lo peor que te puede pasar.

¿Por qué motivo te atrae tanto la larga distancia?

Es la distancia en la que me encuentro mejor. Siempre me he sentido una atleta de larga distancia más que de corta.

Tardó mucho en encontrarme bien y por este motivo en las distancias cortas sufro porque mis sensaciones son agónicas.

Las ultras son carreras totalmente mentales, tienes que buscar la motivación, encontrarte contigo misma, gestionar los malos momentos, elaborar estrategias al momento y has de ser inteligente con las decisiones que tomes porque van a condicionar tu resultado final.

El hecho de pensar que es una carrera larga y no saber qué va a suceder durante tantas horas me encanta.

Has viajado por todo el mundo disfrutando del trail running. ¿Cuál es el lugar favorito de Manu Vilaseca donde no te importaría perderse?

El deporte me ha permitido viajar mucho y eso es una buena oportunidad para conocer mundo.

Es difícil decir con qué lugar me quedo, pero hay dos países que me marcaron mucho: uno es Japón, donde participé en dos ocasiones en el Ultra Trail Monte Fuji, y otro es Nepal, un lugar mágico por sus montañas, por el budismo, la cultura, etc.

Un lugar sencillo que nos obliga a hacer un reset de lo que es ahora la sociedad. Es una vida más fácil que confirma que con mucho menos podemos ser igual de felices.

M. Vilaseca @UTMB19 www.sportvicious.com

Tienes la gran suerte de compartir el amor por el deporte con Blacky (Gerard Morales). ¿Cómo es él?

¡Somos tan parecidos que a veces me veo reflejada en él! A menudo le digo que no haga según que cosas y pienso que yo también las hubiera hecho. Llevamos el mismo estilo de vida; por este motivo fue tan fácil irnos a vivir juntos.

Nos gustan las mismas cosas y pensamos de la misma manera. ¡Lo siento, no puedo decir nada más porque lo tengo sentado a mi lado! (risas). Cuando no lo conocía del todo, la gente me decía que Gerard era una persona fantástica y esto me aportó mucha seguridad.

Es una persona que tiene un corazón enorme y ayuda a todo el mundo.

Es una de las mejores virtudes que un ser humano puede tener.

El Gerard deportista es una persona a la que admiro mucho. Cuando entreno y compito, pienso en él, en cómo lo hace e intento hacer lo mismo.

Lo he visto competir en ultras donde ha sufrido muchísimo y seguía corriendo.

El año pasado, en la Trail 100 Andorra, le hice de asistencia y creo que sufrí más yo que él. Veía que no estaba disfrutando y él seguía, siempre lucha.

Es un gran ejemplo tanto como persona como deportista.

¿Soléis entrenar juntos?

Al principio entrenábamos separados porque su alto ritmo no se adecuaba al mío. Pero un día salimos juntos a dar la vuelta a Montserrat en bicicleta de carretera y, al finalizar, me comentó que se me daba bien.

A partir de ese día, todos los entrenos de bici los hacemos juntos, sea la distancia que sea. Para mí, es genial porque mejoro salida tras salida.

En cambio, a correr no salimos tanto juntos, aunque si estoy preparando alguna carrera, a veces me acompaña y sé que tan solo lo hace por mí, para ayudarme y porque quiere que haga una buena competición.

Le gusta hacerme de asistencia, de esta forma participa conmigo. Sinceramente, cambia mucho entrenar sola o acompañada.

Él me motiva y hace que siga mis entrenos planificados a rajatabla. Si se me ocurre cambiar los planes, me dice que ¡ni hablar!

¿Participáis en las mismas carreras o cada uno tiene su propio calendario?

Intentamos realizar un calendario prácticamente similar. De esta forma, nuestros periodos de entrenos y todos los aspectos que conllevan la carrera, el antes, durante y después, los compartimos.

De lo contrario, estaríamos separados la mayor parte del tiempo. Además, me gusta llegar a la meta y ver que está allí esperándome.

¡Estos momentos son un regalo!

¿Cuál de los dos es más competitivo?

(Risas) (Gerard mira a Manu Vilaseca) ¡La pregunta del millón de dólares! (Más risas). Sí que hay un pique, pero es sano. Comentamos los entrenos que vamos a realizar para motivarnos.

Lo gracioso es que si él sabe que he corrido 15 km, pues él hace uno más y me lo echa en cara. Gerard es más competitivo que yo.

Tiene aquel punto en la carrera que puede ir a más cuando ya no puede más. Yo también lo tengo, pero hay veces que dudo, pero al final me acaba saliendo.

¿Qué objetivos tiene en la vida Manu Vilaseca?

Mis grandes objetivos se van cumpliendo. Llevo una vida en pareja y estoy feliz. Tenemos un piso, dos perros, trabajo y salud. Lo tenemos todo, no nos falta de nada.

¡No puedo pedir más! Si tengo que hablar de un sueño que quizás nunca pueda lograr…. sería un ochomil en Nepal.

Es un objetivo mayúsculo y espero que algún día la vida me regale esta oportunidad.

Fotografías de Marta Bacardit, Blay Castells, Aitor Lamadrid, UTMB