El siguiente artículo no estaba previsto, ni por mí, ni por ningún periodista que se dedique a dar noticias sobre expediciones al Himalaya.
El alpinista de 84 años, Carlos Soria, decía adiós a su último intento a la cima de, definitivamente, su bestia negra: el Dhaulagiri.
La noticia saltó casi por sorpresa ya que las previsiones eran que, Carlos y Sito, después de 14 intentos, por parte de Carlos, tenían por fin la cima de esta montaña.
Dia 17 – Carlos Soria
No había dudas. Las horas en la montaña estaban ya llegando al límite, tal y como dejé escrito en el último artículo sobre Carlos.
Ese día, miércoles, en horario de Nepal, empieza su ataque a cima.
Las previsiones eran perfectas. Nieve perfecta y un tiempo sin tendencia a empeorar a corto plazo. La ventana perfecta, y, sobre todo, el momento perfecto.
Y Carlos, más fuerte que nunca…
Pero falló lo menos previsto. La mala suerte hizo que un sherpa cayese sobre la pierna de la prótesis*, después de un resbalón, provocando fractura de tibia.
La información dejó claro que la fractura no era abierta.
El accidente por encima de los 7700 m, se produjo a metros de la gran travesía y no tan lejos del CIII.
Bajar, imperativo
Las siguientes horas eran claves en el devenir de la salud de Carlos Soria,
Sólo se pensaba en el nuevo objetivo, bajar a Carlos por debajo, si era posible, del campo 3 que está situado a unos 7200 metros.
Esa idea era clave para que el rescate y la consiguiente evacuación en helicóptero.
A esas horas, se puso en marcha en el campo base, todo un operativo, en el que Bartek Ziemski y Oswald Rodrigo Pereira, gracias a que un helicóptero los subía al CII, y acercara una camilla para el mejor descenso de Carlos.
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Jueves 18
El trabajo de Bartek y Oswald dio sus frutos, ya que gracias la camilla deslizante, pudieren dejar a Carlos con la mejor posición posible, sin forzar la pierna, el en CII.
Por suerte, ese mismo día se le rescató en helicóptero donde por fin, la noticia, sin dejar de ser preocupante, fue menos mala.
La pierna de la fractura no fue la de la prótesis.
Todo se aclaró.
Según fuentes, el accidente se produjo en una de las cuerdas fijas de la travesía.
La cuerda a la que iban asegurados todos, tenía comba, no estaba tensa.
Por suerte, a pensar del accidente, cuando el sherpa cayó sobre Carlos, la cuerda se tensó y los retuvo a todos, situación en la que fue Carlos, el más perjudicado.
Pero hay que vivir la situación, ya que, si lo pensamos bien, podían haber caído todos si la cuerda no se llega a tensar.
Rescate y al hospital – Carlos Soria
Hay un dato que no vamos a obviar.
Y es que, a pesar de la larga trayectoria de Carlos en las expediciones que ha realizado en las grandes montañas, este ha sido su primer rescate.
Un rescate que, gracias al buen tiempo que esos días reinó en la zona, finalmente se pudo hacer en helicóptero.
Para sorpresa de todos los que seguimos estas noticias, nuestro asombro fue, el mío al menos, ver pilotando ese helicóptero al mismísimo Simone Moro, (foto portada).
La fortaleza de Carlos ha sido ejemplar.
Han sido horas de incertidumbre para todos, he estado pendiente de las redes durante horas a la espera de ver a Carlos fuera de peligro, ver a Carlos, cerca del final de este infierno, en el que él no ha tenido la culpa, y en el que vio envuelto.
Bajar sin una de las piernas al 100%, arrastrando su cuerpo de 84 años sobre el plumas, y luego sobre una camilla, no está para muchos.
Carlos ha hecho de esto su vida. Está en el límite.
No sé si volverá a estas grandes montañas, si volverá a intentarlo, pero creo que su vida está ahí arriba, pero no su muerte.
Con permiso de la publicación, Desnivel on line, cierro con esta frase que Carlos ha dejado a través de un audio desde el hospital: «No me imaginaba resistir un dolor como este».
Noël González
Fotografía de ©Simone Moro