Dani Catalán www.sportvicious.com

Dani Catalán nos narra cómo empezó su historia con la fotografía.

Así empezaba mi vida en la fotografía, acompañando a mi abuelo un fin de semana tras otro a sus eventos deportivos.

¿Por trabajo? Más bien por pasión, una pasión que le llevaba horas, dinero y frío. Porque vaya si hacía frío en aquel pequeño cuartucho de seis metros cuadrados situado en el garaje de casa.

Pequeño, lleno de aparatos y trastejos que, a día de hoy, pagaría por volver a tocar, sentarme, oler y poder entender perfectamente todo lo que se hacía allí.

Tengo leves recuerdos: montaje de carretes, ya que se compraba la película por metros y se montaban para que salieran más económicos; juegos con la ampliadora; corte de papel fotográfico para hacer pruebas en pequeño hasta sacar “la foto” en aquellos 13×18; juego de líquidos y potingues, de los que se me apartaba por miedo a una salpicadura…

Y así un sinfín de leves recuerdos porque yo no debía tener mucho más de cinco años.

Sin dar importancia a todo aquel conocimiento que poco a poco me iba llegando, sin valorar aquella primera cámara que mi abuelo me dejó -¡quién la pillara!- o aquella que mis padres hicieron el esfuerzo en comprarme de segunda mano, que vaya usted a saber dónde la rebuscó él.

Pues así arranca mi vida fotográfica, con leves recuerdos, muchas horas, momentos, instantes, partidos de básquet en el campo del Licor 43, también en Àusias March, viendo y disfrutando del club al que seguí hasta los veinte años.

Carreras de motocross en un antiguo circuito en el barrio de Santa Rosa de Santa Coloma.

Quién me iba a decir que, por circunstancias de la vida, ésta iba a dar un giro de 180 grados y que un hobby vivido desde toda la vida se iba a convertir en mi trabajo a día de hoy.

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¿Quién es Dani Catalán?

Así es. Soy Dani Catalán, en estos momentos viviendo, gozando y disfrutando de un “arte” que podríamos decir… ¡familiar!

¡Familiar, sí!

Mi abuelo, mi tío, algún primo y actualmente con mis hijos lo tenemos como un juego, un aprendizaje, una manera más de pasar el tiempo entre risas, disparos, revelados “artísticos” e inventos varios, filtros con sombreritos, orejitas y cosas varias.

Pero al final la vida me demuestra que un juego o unos ratos divertidos con una cámara de fotografiar nunca sabes dónde te pueden llevar.

Hacer fotografías me gusta, ¡sí! Pero creo que lo que más me apasiona es “transmitir”: sentimientos, alegrías, derrotas, esfuerzo, ambientes, luces, transmitir.

Una fotografía que me transmite, me gusta y me paso horas viendo es una que todo aquel que pise mi hogar podrá ver.

Una imagen con la que mi abuelo ganó un segundo premio en Sonimag, la Feria del Sonido y de la Imagen que se celebraba en Barcelona.

Es una fotografía que utilizo antes de cada gran evento; la miro, la analizo y me da fuerzas para tratar de encontrar una imagen que me llene y transfiera tanto como esa, una imagen que lleva conmigo diez años y no me cansa.

Ese es mi verdadero reto: encontrar, crear y “cazar” imágenes así.

Toco muchas ramas de la fotografía; quizás por la que más se me conoce es por la deportiva y más concretamente la extrema.

Es también la que más gozo, ya que me permite estar en el exterior: nieve, desierto, selva…

Lugares llenos de aventura en los que suelo encontrarme con muy buena gente.

Imagino que mi pasado como socorrista en montaña y mar, mi experiencia con motos de agua, esquís, todoterreno, lugares hostiles, inclemencias del tiempo y saber estar en el lugar más inverosímil y difícil me ha hecho estar preparado para sonreír en cualquier momento.

Y en las peores situaciones se transmite y mucho, y ahí estoy para captar el instante.

Me dedico a la fotografía.

Me llena, me motiva, me complace pero tengo que decir que no he elegido este camino por placer sino que, más bien, el COVID-19 y diversos motivos familiares me han lanzado a ella.

A veces los castillos más grandes se desmoronan y tienes que empezar de nuevo a construir con las únicas herramientas que tienes en las manos, la cámara.

Comunidad de fotografia Sport Media Club – Dani Catalán

Consumo mucha imagen y tengo una comunidad de fotografía en forma de club llamado Sport Media Club.

Tengo la gran suerte de trabajar y codearme con grandes referentes de la fotografía y vídeo que son compañeros, amigos y casi familia.

Me cuidan, me miman, me guían y me dan caña. ¡Cuando toca, mucha caña!

Para mí, la fotografía ha pasado de ser un hobby a un estilo de vida, de sacar la cámara de vez en cuando a guardarla para ir a dormir, y depende de en qué eventos ni eso.

Algo que me encanta es disparar a mis compañeros de trabajo porque, como ya he contado, me satisface transmitir y la gente con la que suelo trabajar lo hace por pasión, porque le gusta, porque lo vive.

¡Y eso transmite!

Coches, bicis, esquís, pelotas, zapatillas deportivas, motocicletas…

Son herramientas para que la gente que se dedica a ello o lo hace por placer se divierta, sufra, comparta.

La cuestión es que, ya sea por trabajo o pasión, suelen hacerlo por diversión.

¿Y no es bonito poder inmortalizar eso? ¿No es bonito que con el paso del tiempo esa imagen nuestra sirva para llevar a esa gente al pasado?

Recuerdo aquellos momentos de sobremesa en que los abuelos y las abuelas solían sacar sus álbumes en blanco y negro, recordar y sonreír.

Solo espero que mis imágenes, algún día, tengan esa función: ayudar a recordar, transmitir y arrancar sonrisas.

Mi selección de fotografías, por ser diferente y dar un toque distinto, es un mix entre fotografías mías y de mi abuelo. He pensado que sería una manera diferente y agradable de dar una vuelta por el tiempo.

Dani Catalán